Ñam... Buenas, vengo con un nuevo capítulo, esperando que sea de su agrado y agradeciéndoles por la espera. uvu

El error más grande..., ¿ha sido la curiosidad?

–Chica… ¿acaso no tienes hambre? –Toy Freddy le preguntó mientras los demás la veían extrañados al darse cuenta de que no comía ni una rebanada

–Emm… no, supongo que sí lo guardo podré comérmelo cuando tenga hambre –tomó aquella rebanada que llevaba rato siendo observada por ella con cierta… podría decirse que melancolía, y le colocó una servilleta para cubrirla

–¿Te sientes bien? –le cuestionó su compañero azul

–¡Sí, por supuesto que lo estoy! –en un intento de desviar la atención hacia otra cosa hizo lo primero que se le vino a la mente– ¿Dónde está Foxy?

–¿Cuándo dejó de ser 'Mangle'? –el conejo azul que, en otras circunstancias, hubiese hecho aquella pregunta con cierta diversión, esta vez la hizo con preocupación… no le parecía normal que hubiese dejado de llamarle 'Mangle' de la noche a la mañana

–¿Uh? ¡No ha dejado de serlo! –contestó la pequeña polluela de rosadas mejillas con nerviosismo– Solo que no le veo el caso a llamarla así si no está presente

–¿Entonces admites que solo lo haces para fastidiarme? –casi de la nada, apareció aquella zorra blanquecina en el techo, algo muy de ella

–Nunca dije que no lo fuese –con unas palabras dichas entre dientes, la zorra blanca se desvaneció del sitio, casi como había llegado al mismo

–Muy bien, supongo que eso tendría que dejarnos más tranquilos –suspiró con cierto pesar el oso y salió dejando solos al conejo y la polluela

–Algo te pasa, ¿verdad? –se acercó un poco más el azulado conejo a su compañera– Estás actuando aún más extraña que de costumbre

–¿Acaso estás diciendo que siempre actúo extraña? –quizás esta vez no intentaba cambiar el tema, quizás esta vez realmente se sentía ofendida ante aquel comentario, quizás…

–Oh, por supuesto que sí –en su voz no podía notarse ni una pizca de arrepentimiento, esas actitudes eran muy propias de él; si Toy Chica se divertía fastidiando a la pobre 'Mangle', él lo hacía fastidiándola a ella, no por venganza, solo que así era el orden natural de las cosas en "Freddy Fazbear's Pizza" – Pero eso no es lo que importa aquí, ¿qué es lo que te ha pasado?

–Te digo que no es nada, solo que aún no tengo hambre –otra mirada melancólica fue dirigida hacia aquel trozo cubierto con un delgado papel

–Nunca te había visto actuar de esa manera ante un simple trozo de pizza –repitió la acción de su cabizbaja compañera– ¿Será que estás a dieta?

–¿¡Te parece que necesite ponerme a dieta!? –la pobre Toy Chica… de lo único que el conejo podría aprovecharse para hacerla rabiar al punto de querer arrancarle ese bonito rostro que tanto atesorada, era del hecho de que había ocasiones en las que se sentía insegura acerca de su femenina figura; y, el problema más grande, era que él ya estaba enterado de ello

–Hmm… puede que sea así... –con una pequeña sonrisita burlona, examinó rápidamente a su exaltada compañera– Aunque, si te soy honesto, a mí nunca me has parecido la gran cosa

–¿¡CÓMO TE ATREVES?! –y así fue como, sin siquiera enterarse, el conejo logró hacer que su compañera se olvidase de aquello que la estaba aquejando

~Con Golden Freddy~

–Oh, vamos, no le veo nada de malo a que resuelvas nuestras dudas –después de aquella discusión, Toy Chica y Toy Bonnie se dirigieron a buscar a Golden Freddy, siendo que tenían la esperanza de que él tuviese algo de piedad con ellos

–No es mi problema ni mi obligación decirles qué demonios está pasando aquí y mucho menos lo es soportarlos, así que váyanse de una buena vez

–Eso quiere decir que sabes algo, ¿verdad? –la pobre Toy Chica, estaba dejando que su curiosidad la hundiese cada vez más, ni siquiera su compañero conejo se atrevería a retomarle nada a aquel dorado oso

–¡He dicho que no es mi obligación resolverles sus estúpidas dudas! –ante la reacción del enfadado oso se encontraba, encogida de hombros, una asustada polluela de mejillas rosadas y al borde del llanto

–Y-Yo… lo lamen… –la pobrecilla ni siquiera podía articular bien una oración, era la primera vez que alguien le hablaba de tal modo

–¿Qué rayos está pasando aquí; por qué están armando tanto escándalo? –Puppet había estado consolando nuevamente al pequeño Ballon Boy, después de que el nuevo guardia se reusara a jugar con él, pero eso no evitó que escuchara el alboroto que se estaba armando donde los dos Toy y Golden Freddy

–No es ni remotamente mi culpa, este par de… niñatos –se le habían ocurrido miles de insultos, y cada uno mejor que el otro, pero sabía que a Puppet ninguno le haría la más mínima gracia, y estaba completamente consciente que ni él ni la marioneta se encontraban con el mejor de los humores, así que prefirió evitarse cualquier discusión sin sentido– han venido a abrumarme con múltiples preguntas estúpidas

–¿Es eso verdad? –ambos animatronicos de mejillas pintadas se encogieron de hombros y bajaron la mirada ante la firme pregunta de aquella marioneta– Ya veo… –respiró en un intento de no explotar… eso no sería lo mejor para la situación y él estaba enterado de ello– No se detendrán hasta saberlo, ¿no es así? –sin cambiar la posición que habían tomado hace unos momentos, ambos asintieron sintiéndose un poco apenados– En verdad no deberían ser tan insistentes, hay cosas que no necesitan ser descubiertas

–Pero… ¿por qué, por qué no podemos saberlo? –ella lo sabía, pero nadie podía estar consciente de ello, muy en el fondo sabía que ni ella ni los demás deberían estar enterados

–Simplemente… es algo que no necesitan saber, no hay ninguna otra razón –tal vez sí la había, pero era algo que a él no le convenía, sabía lo que podría ocurrir si la verdad era descubierta y eso era algo que preferiría evitar a toda costa

–Podemos enfrentar lo que sea, no debes sobreprotegernos –un oso de mejillas rosadas hizo una aparición que a cualquier humano le hubiese helado la sangre

–¿Y quién dice que los estoy protegiendo a ustedes? Son demasiado jóvenes, aún se creen el centro de todo –suspiró un poco decepcionado de aquel oso, el hecho de que Toy Chica y Toy Bonnie fuesen tan insistentes no le causaba ninguna molestia pero esperaba mucho más de alguien que poseía el nombre 'Freddy', después de todo, sus antecesores no habían demostrado ni remotamente una actitud como esa– Algún día llegará el momento de que sepan lo qué está pasando e incluso puede que sea de mis labios pero, hasta que ese día llegue, ustedes deberán ser pacientes, dejar que las cosas sigan su curso y no tratar de forzar nada –hizo una pausa– Espero haber sido lo suficientemente claro

Mientras un decepcionado conejo azul y un abrumado y fastidiado oso salían de la sala, la pequeña polluela no había movido ni un músculo, se debatía entre si debía o no decirle a The Puppet lo que había visto, consideraba los pros y los contras, pero aún no terminaba de decidir, le parecía la decisión más importante que había tenido que tomar en toda su existencia como animatronico, claro que no había mucha competencia.

–¿Pasa algo? –apenas los otros dos habían dejado la habitación, Puppet se percató de que ella mantenía su mirada fija en el vacío, pensando profundamente

–Yo… ¿en verdad es algo tan malo? –aún no se decidía, pero no le quedaba de otra, ella necesitaba saber lo qué estaba pasando, necesitaba entender por qué aquellos animatronicos se encontraban en el olvido y mutilados de la forma en que los había visto

–En ningún momento he dicho que sea malo, sólo no deben saberlo aún, hay un lugar y momento para todo –aun así, ella pensaba que había descubierto algo que era realmente malo, y la respuesta de Puppet la hacía dudar; ¿y si ella había descubierto algo más, algo ajeno a aquello que tanto se empeña Puppet por mantener en las sombras?

–Entonces… ¿cuándo será el momento? –había decidido no dar a conocer lo que sabía, no por ahora

–Aún no lo sé, y no deberías preocuparte demasiado por ello; todo cae en su lugar tarde o temprano –dicho esto, aquella alta y delgada marioneta, abandonó la sala

–Yo… –se encontraba completamente sola, hablando consigo misma– ¿Y si ellos han hecho algo malo? Algo tan malo que Puppet los ha castigado de tal modo –comenzaba a asustarse a sí misma, ¿y si aquello tan malo que habían hecho fue preguntar demasiado… justo como ella y sus compañeros?

Espero que les haya gustado y, como dije en el capítulo de "Con el alma en un garfio", no tuve mucho tiempo como para editarlo, sólo le he dado una pequeña leída por encima, pero no confío demasiado en ello. ;-; En fin, nos veremos en el próximo capítulo que suba por aquí. ;o