I'm baaaaaaaaack ! Perdón por no actualizar anoche, ni esta mañana, juro que quería hacerlo pero regresé muy tarde de trabajar y luego en la mañana estuve haciéndola de cenicienta y ya no me dio tiempo pero aquí está el final! Espero no defraudarlos y que les siga gustando! Quiero agradecer a todos aquellos que le dieron fav y follow y fav a esta historia pero especialmente a aquellos que dejaron review, saben que me encantan y me alegran el día y la vida !
mitzy: no avisé que publicaría una nueva historia porque cuando actualicé la ultima vez why me, no sabía que este mini fic surgiría pero me da mucho gusto de que hayas entrado a ff y hayas visto la historia! te aconsejo que te crees una cuenta aunque no publiques historias, es muy util para seguir historias o autores y así ff te avisa por mail cuando actualizan o publican historias nuevas y además puedes recibir respuestas personalizadas y privadas de tus reviews ! GRACIAAAAAS por dejar una review en cada capitulo a pesar de haberlos leído todos de una vez ! Tienes razón en eso de que me encantan las reviews :) :) Me halaga mucho que mis historias sean tus favoritas, pero insisto, hay mucho buen material en ff que todavía no has descubierto!
camy: prometo que queria cumplir la promesa ( velada) que les hizo ilexi05 pero se escapo de mis manos y no pude actualizarla hasta ahora! como ya te habrás dado cuenta aquí lo de leer revieja ajenas esta de moda, así que supongo que te contestara en su siguiente review !
Disfruten del final y no olviden dejarme la ultima review para decirme que les pareció POR FAVOOOOOOOOOOOOOOOOR!
IV
-Lo siento amiga- dijo Lanie directamente al oír la exclamación de Kate.- No pensé que estarías tan ocupada a estas horas. Yo solo quería contarte … cuando te desocupes llámame. Lo siento, de verdad.
-Gracias, Len- contestó solo Kate, incapaz de articular mucho más, haciendo un esfuerzo por que su voz no sonara demasiado agitada, y aliviada por que su amiga hubiera comprendido, evitándole tener que inventar alguna excusa para colgar y llamarla luego. Dejó el teléfono a un lado y cerró los ojos con fuerza. Ni bien había visto cómo ella alejaba el teléfono de su oreja, Rick había vuelto a la carga, con miedo de que ella se arrepintiera y, ahora, succionaba energéticamente su clítoris, haciéndola delirar y clavarse las uñas en los muslos, a los que se sujetaba ahora que Rick, aprovechando el movimiento anterior de ella, había flexionado sus piernas proporcionándose un mejor acceso.
-Rick, no … no puedo más- sollozó ella un momento más tarde- ven aquí por favor, te … te necesito a … a tiiii- logró decir entrecortadamente entre jadeos y gemidos, tirando del cabello de él hacia arriba.
Pero él no le hizo caso y, retirando su lengua de su entrada, con la que había estado jugando, volvió a tomar su botón palpitante entre sus labios mientras, delicada pero enérgicamente, introducía dos de sus dedos en ella, arrancándole un alarido ronco que lo obligó a respirar hondo, apretar los ojos y morderse el labio violentamente para evitar acabar allí mismo. Esa mujer, su mujer, terminaría definitivamente matándolo un día.
Cuando logró recomponerse, reanudó su tarea, arrodillándose frente a ella que incorporó su torso para sujetarse a la espalda de él, quien continuaba succionado y mordisqueando a la vez que sus, ahora tres dedos, acariciaban sin cesar las profundas cavernas del cielo, haciéndola gritar su nombre y retorcerse entre sus brazos mientras lágrimas de placer inundaban su rostro.
Ella había pensado que, al dejarlo abrir aquella puerta, se sentiría débil, despojada del "poder" que usualmente tenía sobre él pero, contrariamente, se sentía invencible, convencida de que podría comerse el mundo. Estaba segura de que, junto a él, rodeada por todo el amor que se profesaban el uno al otro, podrían mover montañas si se lo proponían. Ahora él la conocía por completo, tanto física como emocionalmente y era capaz de leerla como un libro abierto en la mayoría de las ocasiones y aquello, lejos de asustarla como había pensado, la hacía sentirse segura, cuidada y protegida. Podía poner su mano en el fuego por que, por mucho que buscaran, no sería posible encontrar en el mundo una persona más feliz de lo que lo era ella en esos instantes.
Nunca pensó experimentar aquello, era cómo un orgasmo continuo. En los últimos diez minutos a penas había podido tomar aire, concentrada toda su atención en un solo punto y encargándose su cuerpo más de exhalar que de inhalar a un ritmo desenfrenado, pero no le importaba, lo último que quería en el mundo era que aquello acabara, algún día iba a morir de todas formas así que ¿por qué no morir de placer? Su mente y su visión estaban borrosas como un cielo poblado de nubes blancas que viajaban sin cesar. No podía pensar, una única cosa flotaba en su mente y, cuando al fin una explosión sensorial la recorrió, haciéndola estremecerse de pies a cabeza, convulsionando casi, mientras sus caderas continuaban moviéndose al compas de los dedos de Rick, manteniéndola en ese séptimo cielo del que había oído hablar y que, hasta ahora creía conocer, esa persistente y solitaria idea franqueó la barrera de sus labios como un suspiro sonoro, como un grito ahogado, como un sollozo de felicidad, como una canción melodiosa- Te amo, Rick. Always- articuló, abriendo los ojos para fijarlos en los océanos oscurecidos de deseo de él quien, emocionado por lo que veía en la mirada de Kate y sentía a través de cada poro de su piel, la besó apasionadamente, tomándola por completo y volviéndola a llevar, después de un breve momento de sentirse libre, volando en el abrazo de la cárcel interna del centro del universo del amor de su vida, al séptimo cielo en una explosión conjunta de chispas multicolor que inundaron la visión de ambos juntos a las lágrimas silenciosas de satisfacción, felicidad y amor que rodaron por las mejillas de los amantes antes de sucumbir al abrazo de Morfeo, ambos abrazados y unidos física, emocional y espiritualmente como lo estarían por el resto de la eternidad and Always.
-¡Dios!- dijo para sí misma Lanie, todavía al otro lado de la línea- y yo que me burlaba de ella diciéndole que "su abuelito" no podía ser tan bueno como ella quería hacerme creer- colgó el teléfono y se encaminó hacia la ducha, el agua fría le haría, sin duda, un gran bien.