Antes que nada, gracias por entrar a leer, este proyecto me entusiasma mucho y más me entusiasma decir que está dedicado completamente a DoubleWhammy, la cual me dio el empujón que necesitaba para empezar a trabajarlo. Tam, no hablamos por dos años, pero sigo creyendo que eres genial, gracias por tu apoyo~.
Esta historia estaba pensada como una Saga. Por cuestiones de comodidad, he decidido ponerlos todos en un sólo fanfic, pero, cada capítulo tendrá su propio Summary, sus propios clasificaciones, géneros y todo lo que conlleve. Espero se entienda.
Summary (Complete):
Cuando una persona llega al fondo del pozo, no hay más opciones que subir hacia la luz del exterior, cuando la llama más brillante de la esperanza cae… ¿Está bien acudir a una sombra con una mano extendida, cuando una parecida fue quién la arrojó en primer lugar?
—Te daré una lección por día, tanto física como espiritualmente.
— ¿Eso realmente ayudará…?
—"Lo que hoy somos descansa en lo que ayer pensamos, y nuestros actuales pensamientos forjan nuestra vida futura."
—… No lo entiendo.
—Te prometo que al final ambos lo entenderemos. Ya lo verás.
Disclaimer: Happy Tree Friends es propiedad de Mondo Mini shows y creada por Kenn Navarro, Aubrey Ankrum, Rhode Montijo, Warren Graff y el resto de sus colaboradores. Es decir que no me lucro de ninguna manera con este fanfic, el cual sólo busca divertir...
...
Si fuera mío, Flippy y Flaky serían una pareja oficial, pero allá yo.
Había demasiado silencio afuera.
En esas circunstancias, con el aroma a muerte poblando el ambiente, la sangre manchando las paredes y los suelos de su hogar y la luz en los ojos de sus amigos ya extinta en los pisos inferiores, el silencio era lo más peligroso que podía concebir. Este episodio había sucedido ya en cada cumpleaños: en el de Giggles, el de Lammy, el de Handy, el de Mole, Sniffles, Cuddles, Toothy… ¿Qué le había hecho pensar que el suyo sería distinto?
La culpa era una mala consejera.
El miedo también, Sino hubiera clavado ese vidrio en el ojo de Flippy esa noche de lluvia en la que accedió a llevarlo, él podría haber mantenido durante más tiempo el control sobre él, el pánico la había llevado a cometer una estupidez, la había hecho intentar abandonar a su amigo en plena vía, antes solían ser mejores amigos, pero entonces, perdía la cabeza en los momentos menos insospechados. El ser asesinado era una posibilidad al servicio del día en Tree Town, pero Flippy lo hacía con un brío incomparable; a diferencia de Lumpy, the Mole, Cro-Marmot o Lammy él realmente lo disfrutaba, ese dolor ajeno… Esos gritos de agonía, el líquido vital fluyendo, la vida extinguiéndose bajo el filo de su cuchillo de caza…
¿Ese era su Flippy? ¿Ese maníaco de mirada dorada y sed de sangre? ¿Cómo es que no había notado antes que semejante monstruo se ocultaba en aquel oso tan tierno, dedicado y servicial…?
— ¡NO TIENE SENTIDO ESCONDERTE, PERRA, TE HE VISTO CORRER POR AQUÍ! —pasó demasiado cerca de la lavandería, obviándola ante la puerta apenas entreabierta, delatándose como recién revisada por él. Quizás habría podido escapar a esas alturas, pero Flippy, o el monstruo con cara de Flippy, conocía su casa más de lo que conocía la suya propia, habría cerrado las entradas obvias, quizás tapizado las ventanas, escondido las llaves en el intestino grueso de uno de sus amigos sabiendo que nunca los tocaría…
Sabía que la única forma de salir con vida esa noche era alcanzar el cuarto del pánico en el sótano, al lado de la caldera. Él había insistido tanto en colocar una, pero no sabía que había accedido a la idea sin su conocimiento; era una estupidez, Flippy podría haberla condicionado de tal manera que no hubiese necesidad de salir durante meses con sus conocimientos de supervivencia, pero ya no importaba, se jugaría el todo o nada alcanzando ese lugar.
Respiró profundo, aunque en silencio, arrepintiéndose apenas nanosegundos luego cuando percibió el olor de la ropa sucia en la que estaba escondida, los pasos de Flippy resonaban en la planta baja, así que salió de su escondite. Se había quitado el exceso de ropas, los accesorios y los zapatos tan incómodos, intentando ser lo más cauta posible mientras salía de la lavandería. Descalza y ligera, tomó un atajo hacia las escaleras mientras el militar tiraba de cosas en la cocina, buscándola como un demente.
Logró subirlas e internarse en su habitación, ya no tenía caso buscar otro escondite como el que antes tenía; bajar al sótano hubiese sido muy arriesgado con él en la cocina. No tenía otra opción…
Apenas atisbó el bate en una repisa se alargó a alcanzarlo, con la desesperación de ser muy baja para dicho mueble. Sintiendo como sus ojos se nublaban de la desesperación, en un acto tan valiente como estúpido saltó y pudo tomar el bate… Trayendo consigo un trofeo del beisbol, diversos objetos y la tabla misma de la repisa causando un estruendo. Flaky sintió que su sangre se helaba ante la risa seca y estrangulada que venía del pasillo: Acababa de firmar su sentencia de muerte.
Ya no había tiempo para pensar más.
Justo en el instante en que la puerta se salió de su lugar gracias a una patada del militar Flaky con las lágrimas cubriendo su mirada realizó un swing perfecto impactando con el cuerpo ejercitado del "Oso Sanguinario"; el impacto le tomó desprevenido por apenas una milésima de segundo, las intenciones de darle una muerte rápida a la chica, o inclusive perdonarle la vida, se había ido de golpe como su aire. Tosió sangre de forma seca, manchando el rostro asustado de Flaky: Fue la señal de correr.
Soltando el bate como acto reflejo sus instintos le obligaron a emprender una carrera con los pesados pasos de Fliqpy detrás de ella una vez tomó el objeto contundente que ella había soltado. Tomaba su abdomen con un obvio e "inexplicable" dolor, intentando forzar a sus pulmones a trabajar más rápidamente, se había confiado, contando con la cobardía de aquella joven casposa, había olvidado la fuerza y la precisión de su brazo. Había asegurado las puertas, ¿acaso creía que sería tan sencillo?
Su pensamiento se vio perturbado al verla tomar a una puertecilla debajo de las escaleras. ¿El sótano? Se juraba que si llegaba a morir por hemorragia interna convertiría el sótano de esa zorra en su tumba. Se forzó a bajar las escaleras rápidamente, dejándose caer encima de la baranda de madera, tosiendo una mayor cantidad. Con la sangre hirviendo, siguió a Flaky encontrando la puerta trabada, como era de esperar; dejando que la furia se adueñara de la última parte de su cerebro, de una nueva patada destrozó la puerta y la débil silla que lo detenía, adaptándose al dolor (aunque no al daño) bajó las escaleras sin mayor contratiempo encontrando la caldera, cosas viejas y ni un maldito rastro de la puercoespín de largo cabello rojo y casposo.
Caminó hacia dentro, volteó a ver las escaleras y alrededores a estas por si sólo se estaba ocultando, pero no. Se acercó a la caldera creyendo que estaba dentro, y fue infructuoso. Fliqpy repasó en los recuerdos de su Yo saludable, esa caldera nunca había funcionado, su única función era decorativa, ¿De qué demonios servía, si la chimenea de Flaky -esa que en la fiesta, momentos atrás, había hecho conejo asado… Un poco quemado… y quizás calcinado- funcionaba a base de leña? Con sospechas bien fundamentadas tomó el aparato y en un punzante y doloroso esfuerzo terminó por echarlo al suelo.
La parte de atrás de la caldera era un fondo hueco.
…Y entre las líneas de carbón, identificó las líneas, muy bien ocultas de una puerta herméticamente sellada.
Fliqpy, definitivamente, no había estado tan furioso desde la época de W.A.R, y su encuentro con el General Tiger.
Flaky sabía que Flippy contaba con una amplia gama de talentos, desde cómo conseguir comida en un páramo desértico a cómo sacarle filo a un lápiz con una arma blanca más grande que su brazo, además de una mayor cantidad de adjetivos… ninguno de ellas llevaba el nombre de "Estúpido". Ya debió haberse dado cuenta de dónde estaba o dónde se había metido, pero sabía que estaba segura en el Panic Room. Sniffles le había dotado una seguridad que podía ser capaz de competir con el pentágono, pero aún así podía ser capaz de escuchar y ver a Fliqpy con las cámaras integradas en la casa y los micrófonos, y lo único que atinó a hacer la puercoespín, fue cubrir sus oídos y acurrucarse contra la puerta, sabiendo que ÉL estaba del otro lado.
Gritando al principio, bajando el volumen hasta alcanzar un tono ronroneante, prometiendo su asesinato…
—No te salvarás… No permitiré que te salves…
… su futuro...
—Acabaré contigo… Con esa alimaña que llamabas "amigo", como a todos aquí, que ahora sólo sirven como alimento para perros…
… sus deseos más retorcidos llevados a cabo…
—Usaré tu cuerpo en mi satisfacción, hasta que estés tan rota que puedas mover un músculo sin recordarme como parte de tus pesadillas…
… y el amor que tenía miedo de demostrar.
—Es una promesa.
En cambio, ella pensó que no podría vivir una noche más como esa.
Al día siguiente, todos habían despertado en el mismo lugar de su muerte, bañados en la sangre con la que murieron, un terrible dolor en el cuerpo y una confusión a la altura de su amnesia. Recordaban un cumpleaños, pero no sabían de quién, la casa y la decoración les parecía familiar, pero con todo tan destrozado era difícil saberlo. Levantándose con cautela, y saliendo de lugares pequeños en los que no sabían cómo habían llegado como en el caso de Cuddles, todos fueron saliendo sin mencionar palabra, con el objetivo de ir a sus casas, e intentar retomar un nuevo día precioso que, con un poco de suerte, llegaría a la noche sin muertes, necesitaban un largo descanso.
Flippy despertó en el sótano sintiendo un fuerte dolor en su cuerpo, no había muerto anoche, estaba gravemente herido todavía por el golpe recibido gracias al bate de Flaky. Fliqpy se había ido ya hace horas y él, no terminaba de concebir las disculpas para la eriza, disculpas que sabía, no valdrían la pena… Nada de lo que hiciera valdría la pena. De nuevo ÉL lo había arruinado, había recibido otra oportunidad y un choque afuera de la propiedad había terminado por decidirlo todo.
No tenía ánimos de ir al hospital, un rápido suicidio sería más eficaz que la dolorosa operación y post-operatorio al que estaría sumido durante los próximos diez días, sin que nadie tuviera las ganas de verle más que como una cortesía falsa. Alzó la cabeza y esbozó una triste sonrisa, le había hecho caso, un cuarto de pánico… No decírselo fue lo mejor que podría haber hecho, fue una as bajo la manga perfecta, un método de supervivencia ideal contra él…
Si sabía todo esto… ¿Por qué se sentía tan mal? ¿Y esa calidez en su mejilla…?
¿Por qué el pecho apretaba?
—F-Flaky… —¿por qué su voz temblaba?—… Lo lamento tanto… —¿por qué esperaba una respuesta que no llegaría?—… Lo… siento…
¿Por qué dolía de esa manera?
La pelirroja no salió en todo el día ni en toda la noche. Famélica, sedienta y herida, resistió el encierro en la misma posición con la mente en blanco. El militar se había ido tras lamentarlo en voz susurrante y temblorosa durante una hora, la respuesta jamás llegó, imaginó las lágrimas en el rostro de ella tan vívidamente como las suyas propias en sus mejillas.
Sólo levantó la cabeza cuando se hicieron las cuatro de la madrugada del otro día.
La espalda le dolía profundamente ante la postura arqueada, se forzó a levantarse y con la lectura de su mano la puerta se abrió, todo era un desastre, empezando por la puerta artillada y la silla hecha pedazos en el suelo que habían sido su protección por escasos segundos. Aseguró la habitación y subió con un paso fantasma, como si no estuviera ahí, parecido a un estado de shock, provocado sólo por la tristeza y la decepción. Las manchas de sangre seguían en todos lados recordándole la masacre, ahora seca y apestosa, pero sin ningún miembro de sus amigos regados.
Atisbó la puerta de la entrada, cerrada antes de subir las escaleras, sacándose el vestido blanco, manchado de rojo y dejándose caer en la bañera antes de abrir la llave. Ausente, pero consciente, se sacó las evidencias de la noche anterior mientras los pensamientos saltaban de tanto en tanto en su mente, sin llegar a ninguna conclusión real. El agua rosácea por la sangre se fue cuando destapó la bañera y se enjuagó con una nueva. Envolviéndose en una toalla salió y se adentró en su habitación, no necesitaba volver a vestirse, le tenía sin cuidado, lo había hecho por una ocasión especial, pero ya carecía de importancia.
Sentada por una hora en su cama no pudo sino sacudir la cabeza y tomar riendas con una nueva decisión… Necesitaba un descanso.
Sabía a dónde ir, sabía quién sería quién estaría dispuesto, se concentró en hacer su equipaje con lo trascendental, aunque sin poner especial cuidado en lo que metía en su mochila. Esta vez decidió usar una protección en sus pies considerando que a dónde iba no se llegaba sin esfuerzo, en uno de esos innovadores inventos.
Sólo esperaba que Él no se molestara por no avisarle.
Pero, mientras salía de la casa con su equipaje y empezaba a caminar, se sorprendió al descubrir que no estaba segura de a quién se refería con exactitud con esas palabras mentales.
Es todo por el momento, pronto llegaré con el que es, oficialmente, el primer drabble, no los llamo capítulos para no comprometer una línea estricta de tiempo, pero intentaré que cada drabble se conecte en las "enseñanzas". Si llegaste acá es que te has tomado el tiempo de leer y eso lo valoro una barbaridad. Muchas gracias.
Cuídense y nos vemos en el siguiente capítulo.
¿Merezco un review?