Este fic participa en el minireto de septiembre para "La Copa de las Casas 2016-17" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Me tocó escribir sobre una vuelta a casa de Susan Bones y, bueno, aquí está.
Aprovecho, ya que estoy, para recordar que todos los reviús que reciba durante el 2016 entrarán en un sorteo de un fic a la carta. El Ficteo, que lo he llamado (porque soy muy original), tiene las bases en mi perfil.
Gracias a Nasuasda por echarle un vistazo a esta cosa.
Un saludo y espero que sus guste :)
BIEN, TODO BIEN
Susan apoya la frente contra la ventana del tren.
Están llegando a Londres y las casas de las afueras (de techos bajos y con jardines traseros) empiezan a materializarse en el horizonte. Tiene ganas del verano. De sentarse en la mesa con sus padres y contarles que recibió no uno, sino dos poemas de San Valentín (y, vale, puede que uno fuera de parte de Hannah; pero aun así contaba); que el director canceló los exámenes (que iba a clavar, de cualquier forma); y que el pobre profesor Lockhart tuvo un accidente terrible (se piensa gastar su primera paga en enviarle una postal deseándole una pronta recuperación). Y lo de Harry Potter y Ron Weasley. Que al parecer fueron a rescatar a la chica que se había llevado el Heredero y, nadie sabe exactamente cómo o por qué (todos hablan de ello; Justin y Ernie tienen una docena de teorías), pero recibieron la medalla al mérito y chorrecientos puntos (otra vez). Y…
Y la puerta se abre y Susan gira la cabeza. Es Draco Malfoy (con esa sonrisa petulante en su cara que la pone de los nervios y una túnica que le recuerda a la sobriedad de sus profesores) y está solo, ella (unos pantalones vaqueros que le quedan un poco apretados) también. Hannah ha ido un momento al baño; Ernie y Justin, a despedirse de Terry Boot.
—¿Qué quieres? —pregunta, porque Malfoy se le ha quedado mirando con esa expresión estúpida en el rostro que la hace sentir incómoda.
— Siempre me he preguntado si lo de tu apellido era irónico —dice con su voz petulante—. Ya sabes, como es imposible saber si debajo de tanta carne hay huesos o no.
Susan parpadea.
»Te estoy llamando gorda —añade con cierta satisfacción.
Ella no responde, aunque nota como se le cierra la garganta y algo parecido a lágrimas y rabia escala por su pecho. Quiere gritarle que se meta la lengua por el culo y vaya a molestar a otro. Que es un mierda. Las palabras se le traban entre los labios y Malfoy deja escapar una risotada maliciosa antes de cerrar la puerta tras de él.
Hannah le pregunta si está bien. Ernie le ofrece un regaliz rojo que rechaza y Justin le da un abrazo antes de salir. Susan sonríe y les asegura que todo está bien.
(Es mentira).
—¿Qué tal el colegio, cielito?
—Bien —responde.
fin.