CRUCE DE CAMINOS
Disclaimer: Esta serie pertenece a su autora, Mitsuro Kubo, y el estudio MAPPA. Esta historia no tiene ánimo de lucro y su existencia se debe a mi propio divertimento y que su creadora me dejó con ganas de más. ¡Maldita!
Comentarios previos:
Antes que nada, comentar tres cosillas:
* La primera, este fic viene a satisfacer uno de mis mayores TOCs: rellenar huecos de la historia. Después de ver el final del capítulo 10 supe que estaba jod*da. Tengo la «mala manía» de imaginarme introspecciones de los personajes sobre lo que les pasa, especialmente cuando el autor de turno tiene a mal dejarme sin una historia detallada (cabreo, ¡cabreo!, ¡CABREO!). Entonces, me gusta ponerme en sus cabezas e idear la situación que les llevó a hacer lo que hicieron. Eso puede o bien perderse en mi cabeza o acabar siendo escrito. Y de ahí el fic que nos ocupa. Puesto que la historia no está terminada (sigo esperando pacientemente la segunda temporada), hacer una historia «original» lo tengo descartado (soy de las que hacen historias «a partir de…», no de las que modifican la historia del creador :-s).
* La segunda, aterricé por aquí esperando encontrarme con algo similar a este fic (que me rellenara huecos de la historia y así ver qué otras cosas se les ocurre a los demás sobre los personajes), lo cual me ahorraría horas y horas de escritura. Pero empecé a leer sinopsis y vi que me había metido en un pantano farragoso. Empecé a leer muchas veces la palabra «omegaverse» y «dragons» y cosas varias, algo que no había visto jamás y al final tuve que indagar qué era. Añadido a eso, la cantidad de fic UA que hay es impresionante. Conclusión: teniendo en cuenta la cantidad de fics que hay de estos dos terrenos, mi temor de volver a encontrarme un fandom desvirtualizado me hizo saltar todas las alarmas, así que no he leído nada y, por tanto, tampoco sé si este tipo de historias que hago puede gustar o no en un fandom como este. No me matéis, ¡gracias! Con no seguir leyendo basta.
* Y la tercera, por si alguna loca viene siguiéndome desde otro fandom (y sé fijo que una lo hará y me echará la bronca por el Telegram por dejar estancado el fic de Sou/Mis y no avisarle de que estaba obcecada con otra cosa), por favor, por favor, por favor, ve la serie antes de leer el fic. Son 13 capítulos sólo, ¡no fastidies! Que aquí destripo cosas T_T, ¡y la serie está genial! *¬*
Y os dejo con el fic. De momento lo tengo ideado como dos partes sobre el punto de partida de los protas hasta que se cruzan sus caminos (lo dicho, todo por culpa del final del capítulo 10 T_T): la primera va sobre Yuri (que es con la que estoy ahora) y la segunda, sobre Victor. Pero la verdad es que me incita seguir un poco más de la historia del principio de ellos en Japón. Supongo que, de hacerla, sería una tercera parte conjunta. Pero no lo tengo muy claro, la verdad. Lo mismo se queda en dos...
CRUCE DE CAMINOS
PARTE I
Capítulo 1: Antes de la FGP
—Espero que mañana hagas una buena actuación en la competición —le dijo Yuuko a Yuri tras aceptar la videollamada. Ni siquiera había saludado—. Le estoy diciendo a todo el mundo que lo vea. ¡Estoy tan emocionada!
—¡Yuri! ¡Tienes que ganar! —gritaron tres niñas a la vez tras la espalda de su madre.
Yuri sonrió por la confianza que la familia Nishigori tenía en él. Eran sus mayores fans, pero por eso también debían ser las únicas personas que pensaban que tenía posibilidades de ganar la Final del Grand Prix.
No era un mal patinador. Era, de hecho, uno de los mejores de la Federación Japonesa. Pero era consciente de sus límites… o más bien, de la calidad de los otros patinadores.
—Piensa que por fin podrás conocer en persona a Victor. Me das tanta envidia…
—¡Quiero un autógrafo! —pidió Axel.
—¡Y yo! —gritaron las otras dos a coro.
—Creo que va a ser un poco complicado —se excusó Yuri sin poder evitarlo. Pensar en ponerse a pedirle autógrafos a Victor para las personas de su alrededor le creaba ansiedad. Casi no sabía ni cómo sobreviviría al hecho de pedirle uno para él mismo. Estaba convencido de que le daría un ataque o algo por el estilo por el hecho de tener a su ídolo delante.
No es que le admirara. Eso no llegaba a describir ni un poco lo que sentía cada vez que le veía patinar. Era su ídolo desde que le vio por primera vez patinando en el mundial de Bulgaria. Después de esa temporada había pasado a la categoría senior y había ganado todo tipo de campeonatos a lo largo de los años. Europeos, mundiales, copas del Grand Prix e incluso Finales… Nada se había interpuesto en su camino y, en la actualidad, era indiscutiblemente el mejor patinador de la categoría individual masculina.
Se había pasado su vida como patinador intentando emularle. Cuando era niño, incluso había copiado sus coreografías junto con Yuuko.
Definitivamente, no le admiraba: le idolatraba. De modo que, una de las cosas que más nervioso le tenía era saber que al día siguiente estarían compitiendo en la misma pista.
—Pues yo también quiero un autógrafo —contraatacó Yuuko ante su negativa—. Llevo toda la vida queriéndolo.
Conocía a Yuuko desde que siendo niño pisara por primera vez la pista de patinaje del Ice Castle después de que su profesora de ballet le aconsejara probar con el patinaje. Yuuko era la mejor patinadora de Hasetsu y por eso la admiraba. Pero puesto que ella a su vez admiraba a Victor, aquello pudo ser el inicio de su fijación con él.
Por supuesto, Victor había hecho méritos más que suficientes para que todos los ojos le observaran, pero Yuuko fue la que se lo señaló de inicio.
Desde ahí, había sido una constante carrera para acercarse cada vez más hasta él. Y Yuuko había sido la primera que le había animado. Cuando en un arrebato le pidió a sus padres que le compraran un caniche como el que tenía Victor, Yuuko había dicho que quería verle algún día compitiendo contra él. Eran palabras dichas hacía una década, pero ella fue la primera que había confiado en que algún día llegaría a participar en campeonatos internacionales y se encontrarían.
—Entonces, la próxima vez ven tú y se lo pides.
—No seas así —se quejó ella—. No es lo mismo que se lo pida una fan más de todas las que le acosarán a que se lo pida uno de los finalistas del Grand Prix. A ti te lo dará fijo.
—No me voy a poner a pedirle cinco autógrafos.
—¿Así que sólo vas a pedirle el tuyo? —recriminó Yuuko molesta.
—Lo mismo ni siquiera puedo pedirle el mío.
Yuuko resopló ante esa falta de confianza.
—¿Dónde crees que estás? —le azuzó Yuuko—. Eres uno de los mejores patinadores del mundo. Por eso estás en la Final del Grand Prix. Deberías recordar que ahí sólo llegan los seis mejores patinadores. Así que eso debería decirte algo. Si te descuidas, Victor podría acabar pidiéndote un autógrafo de vuelta.
—¡¿Qué?! —se horrorizó Yuri al pensarlo. Si le pasase algo como eso, seguro que incluso se olvidaba de cómo escribir y haría el ridículo. No, no dejaría que algo así pasara nunca. No podía dejar que Victor pensase que era estúpido.
—¿Qué demonios estás pensando para que tengas esa cara tan horrorizada? Ni que fuese algo del otro mundo.
Para él sí lo era. Esa idea se encontraba dentro de la escala «De los Imposibles» a la altura del sol congelándose al día siguiente.
—Tienes que tranquilizarte —intentó calmarlo viendo que se estaba alterando—. Seguro que lo harás bien. Has entrenado mucho.
—No sabría dec…
—¿Qué tal por Sochi? —le interrumpió Yuuko para cambiar de tema. Su amiga debía estar viendo, incluso a miles de kilómetros de distancia, que le estaba invadiendo de nuevo la presión y el estrés.
—¿Hace tanto frío como aquí? —preguntó Lutz.
—Es parecido —contestó él—. Pero he estado casi todo el tiempo dentro de edificios, así que tampoco lo he notado mucho.
—Deberías aprovechar la tarde para ver la ciudad —le sugirió Yuuko.
—Prefiero descansar en la habitación. Van a ser dos días duros.
—E intensos —le dijo con malicia. Después suspiró soñadora—. Me encantaría estar allí para ver a Victor patinar de cerca.
—¡Y a nosotras! —Yuuko las miró, entrecerrando sus ojos con suspicacia.
—En realidad, vosotras deberíais estar ya en la cama. Es tarde.
—Debemos aguantar el sueño, mamá —explicó Loop como si fuese algo normal—. Mañana dormiremos hasta tarde y así podremos quedarnos de madrugada viendo la competición.
—¡Ni hablar! —se enfadó Yuuko encarándose a sus hijas—. Vosotras no vais a ver la competición. Los niños tienen que dormir a esas horas.
—Pero ¡mamá! —se quejaron—. Es la primera vez que Yuri participa. ¿Cómo nos lo íbamos a perder?
—Lo podéis ver por la mañana en diferido.
—¡¿Qué?! —exclamaron indignadas—. No puedes castigarnos si no hemos hecho nada.
—¿Quién habla de castigo? Si no miráis ninguna noticia antes de verlo, será igual que hacerlo en directo.
Yuri se rio al ver la cara espantada de las tres niñas cuando Yuuko dijo eso. Entendía que su madre se preocupara por los horarios de sus hijas, pero también entendía que las chicas quisieran ver el campeonato. De hecho, era culpa de su madre que fuesen tan fanáticas del patinaje sobre hielo.
—Por un día no pasará nada —salió él en defesa de las trillizas. Yuuko se giró con intención de matarle a través de la pantalla.
—¡No se te ocurra incitarlas! Deben acatar sus horarios.
—¡Mamá! Yuri también nos entiende.
—Yuri no tiene que educar hijos —adujo ella feroz—. Y él no sabe lo que significa que tus hijos tengan un precedente. —Se giró de nuevo hacia el ordenador para hablar con Yuri—. Si las dejo una vez, querrán hacerlo siempre. Y son demasiado pequeñas.
—¡No somos tan pequeñas!
—Está bien —rio Yuri por lo bajo—. Mejor no me meto.
—Lo pueden seguir en internet cuando se levanten.
—¡Mamá! —lloriquearon a coro las tres.
Pero su madre decidió ignorarlas.
—Descansa, Yuri. Concéntrate en hacer una actuación que los deje a todos perplejos. Yo me voy a meter a estas tres a la cama.
Yuri se despidió y terminó la videollamada. Pensó en lo que haría esa tarde, pero no tenía muchos ánimos. Su entrenador siempre le recomendaba salir para despejarse, pero ya había descubierto que los nervios no le dejaban disfrutar de los lugares. Aunque paseara por las calles, su cabeza estaba sumergida en la ansiedad que le generaba las horas previas a una competición.
Sin embargo, durante toda la tarde descubrió que no podía evitar pensar en el día siguiente de una forma ilusionada y aterradora a la vez. Durante años había peleado y entrenado por lograr alcanzar a Victor y por fin lo había conseguido. Al día siguiente estarían en la misma pista, compitiendo entre los mejores patinadores del momento. Se sentía impaciente por conocerle. Le encantaría poder hablar con él y sí: llevarse un autógrafo y una foto para casa. Yuuko y Minako le envidiarían hasta el final de los tiempos por ello.
Y para eso, sólo tenía que esperar un día más.
— * —
Fin del Capítulo 1 - Parte I
8 Octubre 2017
Notas: Hasta aquí el primer capítulo previo a todo el anime y que muestra las preocupaciones del Yuri a lo que le viene. De momento, veremos su perspectiva. Espero que os guste.
Por otro lado, puesto que son capítulos cortos, mi idea es subir varios a la semana, así que no tardaré mucho en actualizar.
¡Saludos!