LO QUE SE DA POR HECHO, ¿ES VERDAD?

Disclaimer: El mundo de «Fairy Tail» pertenece a Hiro Mashima. La siguiente historia no tiene ánimo de lucro, ni nada parecido. Sólo es una historia creada por divertimento.


Notas de la autora sobre el fic:

Esta historia es un intento de darme un poco de paz por torturar el alma del pobre Natsu en el otro fic que estoy escribiendo (que es largo y su temática es más oscura). Así que, después de compadecerme por su sufrimiento, me dije: «necesito hacer algo alegre con él». Pero tengo un problema serio a la hora de intentar hacer una historia romántica con ellos, porque tras llegar al final del manga… yo es que entiendo que acaban juntos :-/ Y claro, me emparanoyo, porque ¿cómo voy a hacer una historia para que acaben juntos cuando ya están juntos? O_O

Pero entonces se me ocurrió una historia muy surrealista y, lo mejor, con la que me río mogollón, que es lo que necesitaba. Y aquí está XD. No es muy largo y creo que ya he pasado de la mitad escrita (voy sobre las 7000 palabras, para que os hagáis una idea), así que lo subo a pesar de las maldiciones hacia mi persona que recibiré por los que siguen mis otros fics (si alguna lee esto: no me matéis, que este fic lo ideé hace dos días y aun así os actualicé; es sólo un paréntesis XD ).

Por cierto, aviso de que yo no escribo humor, aunque me ría por todo. Tengo una imaginación muy vívida y eso provoca que todo me haga gracia al imaginarlo en la cabeza. Así que seguramente la historia sea más graciosa para mí que para vosotros porque no es lo mismo verlo que leerlo. Pero en fin, a lo que voy, que no se me da muy bien escribir historias cómicas, así que si consigo al menos que os parezca divertida, ya habremos llegado a algo.

Ah, y un último apunte. Pongo el rating T porque se ha creado la leyenda urbana de que M es para contenidos adultos, y ya me ha pasado que ponga ese rating sin haber lemon y me «han echado la bronca». Pero en realidad este fic es M porque hay referencias explícitas sobre sexo. La verdad es que he ideado este fic con la idea de que no haya lemon, pero reconozco que se me está pasando alguna idea por la cabeza. Aún no tengo claro si la desarrollaré o no…

En fin, os dejo con el fic. Espero que os guste ;-D


LO QUE SE DA POR HECHO, ¿ES VERDAD?

CAPÍTULO 1

—¡Escucha, escucha! Ésta es buena —se rio Happy tras abrir una carta y leer su contenido.

Lucy se encontraba sentada en una de las mesas del gremio aguantando su mal humor, pues enfrente tenía una montaña de cartas que un montón de locas habían escrito a Natsu.

Estaba muy enfadada. Todo aquello era culpa de Jason, su exjefe de la revista del Hechicero Semanal. En uno de los números del mes anterior habían decidido hacer un reportaje extenso de los cinco solteros de oro del gremio y ese día habían traído toda la correspondencia que habían acumulado en la editorial.

Por supuesto, su montaña no era tan grande como la de otros: el primer premio se lo había llevado Loki que no había perdido la ocasión para hacerse publicidad a pesar de apenas aparecer por el gremio como miembro. Y la segunda montaña en tamaño se la había ganado Gray, por lo que Juvia andaba desesperada aferrada a él para que no leyera las cartas.

Pero a pesar de que la montaña no era tan grande como la de otros, la fastidiaba de igual forma.

Miró a Juvia, la cual intentaba por todos los medios que Gray no cogiera ninguna carta mientras pedía a un completamente sordo Natsu que quemara dichas cartas. Y estaba sordo porque no podía parar de reírse con lo que esas lunáticas le escribían a él.

—Juvia no quiere que leas estas cartas —se quejó la mujer que hacía de muro para que no se acercara a ellas.

—Sólo quiero saber qué opinión tienen de mí.

—Que eres genial —aseguró—. No hace falta que las leas; Juvia puede resumirlas para ti.

Gray consiguió esquivarla y logró coger una. Juvia se le echó encima al momento.

—Sólo… quiero… leerlas —declaró con esfuerzo al intentar quitársela de encima.

—¿Por qué quieres darle este disgusto a Juvia? —lloró ella. Acto seguido, se convirtió en agua y Gray quedó atrapado en su cuerpo líquido.

—¡Deja de hacer eso! —le gritó mientras elevaba el brazo del agua—. ¡La vas a estropear!

Juvia se quedó de piedra con esas palabras y volvió a su estado sólido sorprendida por su propio lapsus.

—¡Anda! ¡Es verdad!

Un instante después, toda esa zona del gremio se convirtió en una piscina y las cartas acabaron por el suelo destrozadas.

—¡Juvia! —exclamó enojado Gray.

Lucy suspiró con envidia. A ella le encantaría poder hacer lo mismo, sin embargo, ahí estaba: intentando poner buena cara ante el hecho de que un montón de arpías le mandaran cartas entusiasmadas a Natsu.

Como Loki se las había llevado al plano celestial, Laxus y Freed habían desaparecido con las suyas con los Raijinshuu y Gray se había quedado sin ellas gracias a Juvia, varios integrantes del gremio se acercaron a cotillear las únicas que estaban a disposición de cualquiera. Natsu no tenía ni un reparo en dejar que otros las leyeran.

Levy cogió una y la abrió. Con ella, sacó una foto de una chica muy guapa. Lucy comenzó a tamborilear con los dedos en la mesa.

—¿Otra fan que manda su foto? —preguntó Happy desconcertado—. ¿Por qué hacen eso? ¿Y por qué son todas tan guapas?

—Hombre… Es evidente que pretenden llamar su atención, así que las que son atractivas, intentan atraerle con su aspecto.

El gato la miró confundido.

—¿Y las otras no?

—Bueno… Piensa que, si no eres muy agraciada, mandarle una foto podría ser contraproducente.

—Eso es una estupidez —comentó Natsu—. ¿Para qué me iba a interesar cómo son?

Levy compuso una sonrisa nerviosa y dejó su pregunta en el aire. Pero Lucy resopló disgustada.

—Hay que ver lo despistado que eres —se quejó—. ¡Son cartas de amor! Y hacen eso porque quieren atraer tu atención.

—Pero si no las conozco…

Lucy resopló de nuevo y se llevó una mano a la cara.

—Pero cada una de esas fans espera que puedas encandilarte con ella y la respondas —ayudó Levy. Como Natsu se quedó perplejo, ella continuó—: No te preocupes… Ésta es la típica dinámica entre famosos y fans enamoradas. No hagas mucho caso.

—De todas formas —intervino Happy—, todas las cartas no son de amor. Y algunas son muy divertidas. Fijaos en ésta —y leyó—: «Me ha llamado la atención el dato que incluye la revista sobre que puedas soportar el fuego en la piel sin quemarte y que incluso puedas comértelo. Así que tengo una duda sobre su límite. Como no se puede hacer la prueba de si podrías comerte una estrella…».

—¿Una estrella? —se sorprendió Levy.

—«…mi pregunta se limita a algo más sencillo: ¿podrías, por ejemplo, comer magma volcánico? Creo que eso sí podría comprobarse».

—¿Magma volcánico? —consideró Natsu con interés.

—¡Dios! Están más locas que él… —reprochó Lucy—. ¡No se te ocurra intentarlo! El magma volcánico no es fuego, ¡es roca fundida!

—¿Y qué? Por intentarlo…

—¡Que no lo hagas! —gritó fuera de sí con la respiración agitada.

—Sí que estás de mal humor… —masculló el hombre.

—De todas formas —comenzó Happy, que se puso a valorar varias cartas en sus manos—, ya que se han tomado la molestia, ¿por qué no respondes algunas?

—No es tan mala idea —sugirió Levy, quien se llevó una fulminante mirada por parte de Lucy—. Algunas son divertidas.

¡Menuda traidora…! Si su marido hubiera estado en esta posición, otro gallo habría cantado. Le habría cortado las manos si se hubiera acercado a una de esas cartas. Pero como no eran para Gajeel, la muy mala amiga le instaba ahora a Natsu a que contestara a una de esas enfermas de amor.

No se lo podía creer.

—No soy bueno escribiendo —se excusó con una sonrisa nerviosa—. Así que las tendría que responder Lucy.

—¡Ni hablar! —espetó al tiempo que se levantaba del sitio por el ímpetu—. Lo último que me faltaba era alentar a esas locas.

—Oye… —la llamó Cana cuando se sentó en la mesa para coger una carta y abrirla—, cuando tú llegaste al gremio, ¿acaso no tenías una lista de magos solteros deseables?

Lucy abrió la boca, pero no supo qué decir. Cana tenía razón, pensó mortificada, porque había tenido un libreto entero con nombres, fotos y detalles de los magos que más le gustaban. Así que sintió que toda la sangre se le iba a la cara por la vergüenza.

—Entonces, ¿no te convierte eso en una de esas locas? —preguntó Happy.

—¡No es lo mismo! —se defendió—. Jamás he escrito una carta de amor a un mago famoso.

—Tener una lista, mandar cartas… todo va de lo mismo —replicó Cana divertida, y sacó el contenido de la carta—. ¡Anda, una foto! Y qué poca ropa lleva encima…

Lucy suspiró molesta y decidió que aquello era suficiente para ella. No tenía por qué aguantar eso. Si hubiera sabido que ese día les iban a mandar la correspondencia propiciada por el número dedicado a Fairy Tail, se habría quedado en casa. No tenía por qué quedarse allí a mirar cómo se regodeaba ese estúpido con las cartas de sus fans.

—Me duele la cabeza… Me iré a casa a descansar —se excusó de forma abrupta y se puso en pie.

—¿Te sientes mal? —se preocupó Natsu. Dejó la carta que tenía en la mano e hizo el intento de levantarse—. Te acompaño.

—No hace falta —le detuvo con su mano—. Es porque aquí hay mucho ruido, así que me iré sola para estar más tranquila.

—¿Estás segura? —insistió.

—Sí. —Miró al montón de cartas y le dijo con una sonrisa forzada—. Tienes mucho para leer, así que será mejor que no pierdas el tiempo.

—Acompañarte no es perder el tiempo —dijo confundido.

Lucy le observó por unos segundos en los que sintió que algo cálido la recorría por dentro y por fin se asomó a ella la primera sonrisa sincera desde que esa montaña de cartas había llegado al gremio.

—Gracias, pero prefiero ir sola.

Lucy se marchó de allí con paso ligero mientras dejaba atrás al grupo de curiosos que seguían abriendo cartas indiscretamente.

Estaba muy celosa. No soportaba que hubiera acaparado tanta atención de tantas mujeres a lo largo y ancho de Fiore. Gracias al cielo, Natsu era lo suficientemente desapegado a esas cuestiones como para ni fijarse en las fotos que le habían enviado. Pero, aun así, no había podido evitar cocinarse ella sola en sus propios celos.

Suspiró y se subió al borde del río en su camino a casa. Le habría gustado invocar a Plue para poder hablar y desahogarse con él, pero ese día no podía llamarle, así que se lo tendría que quedar dentro.

Sabía que todo ese asunto era más culpa de ella que de él. En realidad, a pesar de todas esas cartas, no había mostrado un interés verdadero más allá de la curiosidad. Pero no lo había podido evitar. Todas las que conocían a Natsu eran conscientes de que el interés que mostraba por el sexo opuesto era nulo. Ella era la única estúpida que se había enamorado de alguien tan poco conveniente que no podría corresponderla nunca. Todas las demás habían sido lo suficientemente listas como para descartarlo al momento y no darle oportunidad. Así que, por esa parte, se encontraba segura.

Sin embargo, todas esas fanáticas no le conocían y, por ende, habían mandado sus platónicos sentimientos por carta. Y aunque una parte de ella se mantenía firme en el pensamiento de que Natsu seguiría igual, otra parte la inquietaba ante la idea de que no se había interesado hasta ahora porque no había aparecido la adecuada que se lo quitara.

Se rascó con fuerza la cabeza para desechar ese pensamiento tan negativo. Para empezar, Natsu y ella sólo eran amigos.

—¡Lucy, te vas a caer! —la advirtieron los hombres que cruzaban el canal en barca.

—¡Estoy bien! —contestó ella.

Casi ni se había dado cuenta de que había llegado a casa tan ensimismada como iba por el camino. Abrió la puerta de su apartamento y se dejó caer sobre ella según la cerró. Ahora que lo pensaba mejor, quizás el silencio absoluto de su casa no fuese buena idea. No iba a poder evitar volver una y otra vez a lo sucedido en el gremio. Quizás debiera escribir algo…

Se quitó los zapatos y se dirigió al escritorio, aunque se detuvo al ver la revista de la discordia. Hasta el día anterior, la había tenido allí desde que la compró para recrearse la vista al revisarla. Le encantaba ver la portada y, por supuesto, ver las fotos de alguien en concreto de su interior. Pero ¿hoy?

Tenía ganas de quemarla.

La cogió y se puso a golpear la revista contra el escritorio enfadada.

—¡Maldito Jason! —Golpe—. La próxima vez —golpe— que te pille —golpe—, ¡te voy a matar! —Golpe, golpe.

Dejó la revista sobre el escritorio de malas formas y se sentó en la silla mientras la fulminaba. En la portada salían los cinco y, sobre ellos, en letras bien grandes, se advertía del dossier extenso sobre los solteros de oro de Fairy Tail y con póster gigante en las páginas centrales. Gruñó cuando volvió a pensar en las cartas. Meses antes se había hecho otro con las solteras de oro del gremio donde ella había estado incluida y no habían obtenido esa respuesta. Se notaba que el público mayoritario de esa revista era femenino, por eso andaban luego desbocadas escribiendo a todos los magos que salían en ella.

Refunfuñó, pero acabó por atraer la revista hacia ella para abrirla por la página seis, la cual estaba dedicada a Natsu… y suspiró. Jason había sacado una foto espléndida, reconoció por enésima vez. Tocó la foto casi de forma inconsciente mientras sonreía. Salía demasiado bien… volvió a suspirar. Para su desgracia, esa maldita foto sólo le servía para fantasear más de lo que ya lo hacía… Y en el proceso, ¡lograr que hubiera más arpías fantaseando al igual que ella!, se enervó en su mente.

Resopló muy disgustada con el ansia insana de rasgar esa maldita revista por las nubes, pero se contuvo. Lo mejor que podría hacer era descargar su frustración y, para ello, nada mejor que su diario. Abrió una cajonera del escritorio y sacó el cuaderno donde vertía sus pensamientos más secretos. Era su vía de escape por estar encerrada en ese desafortunado enamoramiento que no tenía visos de acabar ni aunque se lo propusiera.

Así que después de escribir lo que había sucedido durante ese día, de enfurecerse hasta acabar haciendo tachones por sus agresivos pensamientos y de conmoverse hasta las lágrimas por su desventurado destino amoroso, decidió que necesitaba un baño relajante.

De modo que cerró el cuaderno y, con un suspiro, se dirigió hacia el baño.

Sin embargo, casi no había ni cerrado la puerta cuando una sombra se cernió sobre su ventana.


— * —


Fin del Capítulo 1

14 Junio 2018


Notas finales:

Pues nada, primer capítulo publicado. No creo que me lleve mucho tiempo terminar el fic, pero como decía, tengo otros tres abiertos (y dos de ellos publicando »_«). Además, mañana empiezo a trabajar de nuevo, así que menos tiempo libre T_T . Pero no creo que tenga problemas con este fic para actualizar cada semana. Espero que os haya gustado ;-D

¡Saludos!