TODOS SOMOS BLACK
Estaba sentado cómodamente en las sillas reservadas para los gobernadores, listo para presenciar la enésima graduación de niños del colegio, usualmente no asistía a tales eventos, pero este año se vio sobrepasado, la curiosidad peso más que cualquier otra razón, por más lógica que esta sea, ya era un hombre viejo, pero en el fondo de su ser él quería saber, leía los periódicos y tenía aun espías, pero él quería ver con sus propios ojos; quería demostrarse a sí mismo que no estaba equivocado, que durante esos años no estuvo equivocado, obviamente no se arrepentiría, no sería él si lo hiciera.
Así que se mantuvo tranquilo, solo observando, en un momento una niña parecida a su hijo, rubia, blanca, alta, con un uniforme de corbata verde y una insignia de head girl en el pecho, pasó a su lado, la niña se detiene, voltea ligeramente y sonríe con una sonrisa que hace más de 20 años no ve, los ojos de la niña se ven azules, pero luego cuando ladea la cabeza ligeramente ve que son grises, gris como un día nublado de calma, no como un día tormentoso, como eran los de su hijo, la niña espera.
Ella sigue sin verlo, el solo la observa, su postura, extremadamente ordenada y peinada, luego ve a un niño de cabello castaño acercarse a la niña y abrazarla, no logra identificarlo, la gente empieza a acomodarse, junto a la niña rubia hay una pelirroja, el niño de cabello castaño se gira mirando atrás, saludando a otras personas, y por los rasgos de su cara identifica claramente quien es o con quien está relacionado, ojos azules tormentosos…
No quiere girarse para ver, espera estar equivocado, pero en el fondo sabe que no, aprieta la mano de su esposa, y la mira de reojo, ella ve lo mismo; la niña rubia toma asiento, la postura de una reina, esta dos filas por delante de él, su cabello ondeado perfectamente, la niña se gira para mirar al fondo, pero siempre eludiendo su mirada, levanta una mano para saludar a alguien más atrás, la ceremonia va a comenzar.
Neville Longbottom está en el escenario hablando sobre la promoción de este año, sobre el brillante futuro y todas esas sandeces que no le interesan, Longbottom es el director de la escuela desde hace unos años, empiezan a llamar a los niños hacia el escenario, cuando sorpresivamente escucha un nombre que no estaba preparado para escuchar, entonces la niña rubia se levanta y sube al escenario, recibe su diploma y por primera vez cruzan miradas, ella lo ve y le sonríe sarcásticamente, siguen pasando los niños, más atrás vienen el que identificó en primera instancia, seguido de la niña pelirroja.
La niña rubia dará el discurso final de la promoción, su esposa aprieta su mano, cuando ve que se pone más pálido de lo normal, la chica habla y es como escuchar a su hijo años atrás; le hacen entrega de un premio para el mejor alumno, el cual ella recibe emocionada, el niño que identificó le da un pequeño beso a lo cual la niña se sonroja visiblemente, él solo puede mirarla, se gustan piensa, la niña baja del escenario y se da por terminada la premiación.
Ella corre hacia alguien más atrás y el siente la risa, una risa que no escucha hace mucho tiempo, una risa cantarina, como de niño pequeño, como la de su hijo cuando le enseñaba a volar, se coloca de pie y su esposa con él, entonces y solo entonces se permite mirar hacia donde la niña rubia esta, ella esta abrazada a su hijo, con sus brazos colgando sobre su cuello, fundidos en un abrazo, su hijo levanta la vista y lo ve, no le sonríe, solo lo mira con ojos fríos, la niña se da vuelta y también lo ve, dos pares de ojos gris tormentoso lo ven ahora, su hijo toma de la mano a la niña rubia y ella asiente, juntos comienzan a avanzar hacia él, su corazón late fuerte, casi se sale de su pecho y su esposa le toma el brazo, le hace un gesto para que se mantengan así, su hijo se acerca, pero en su camino se detienen a hablar con una mujer que no reconoce, su hijo da un beso en la cabeza de la mujer que sostiene a un niño de 11 años de la mano, junto a ella hay otras dos cabezas muy rubias, sin embargo el niño de su mano tienen el cabello un poco más oscuro.
La mujer asiente, los niños se voltean a ver pero ella no, ella esconde la cabeza en el pecho de su hijo, luego todos se voltean a verlo, la mujer esta visiblemente embarazada, su mundo de derrumba, él pensó, él quiso, pero no fue así, el reconoce a la mujer; su esposa emite un jadeo ostensible, junto a ella se acerca un joven a quien identifica como su nieto mayor y junto a él la madre de su hijo, todos lo ven de igual forma, su esposa se esconde tras él, aprieta su mandíbula, solo su hijo y la niña rubia se acercan, su nieto mayor los mira con desprecio, la misma mirada que el dio muchas veces, su nieto sostiene a su abuela, ellos no se acercan, la mujer embarazada y el niño pequeño tampoco, las otras cabezas rubias se mueven lentamente tras su padre, su hijo está muy cerca de él.
Padre – señala su hijo, luego dirige una mirada gélida a su esposa, - madrastra - señala con un asentimiento de su cabeza, los ojos de su hijo no transmiten emoción alguna, no como hace rato cuando abrazaba a la niña rubia o cuando besaba con devoción a la mujer embarazada.
Draco, ¿cómo estás?, pregunta de forma atropellada, su esposa gime a su lado, por un momento el piensa que eso es solo lo único que ella parece poder hacer.
Su hijo lo mira sin expresión mientas contesta con un escueto - bien – a la par que mira de reojo a los otros dos rubios que llegan al grupo, - no pensé que vendrías- señala su hijo circunspecto- dadas las circunstancias,
¿No vas a presentarnos? – pregunta con el corazón en la mano, asumiendo que lo haría sin tener que preguntárselo.
Encantador como siempre, bueno al fin y al cabo mi madre crio a un hijo educado, lo último lo señalo mirando a su madrastra fijamente y arrastrando las palabras. - hijos este es Lucius Malfoy, el hombre que me engendró y ella es mi madrastra Astoria – luego hace una pausa y señala - como bien saben, Astoria es la madre de vuestro hermano mayor Scorpius. Astoria sonríe tímidamente, ella no conoce a los hijos de Draco.
-Ellos son mis hijos, Lyra- dice presentando a la rubia de la ceremonia,- recién graduada, ellos son Leo y Orión, también alumnos de esta escuela, no es necesario que te presente a mi esposa porque la conoces-, los gemelos rubios lo miran de forma sarcástica, Lyra lo mira como si algo estuviera oliendo mal, -mi esposa está acompañada de mi otro hijo Caelum y por cierto quien crece en su vientre es Antares, mi segunda hija, y si cómo pudiste escuchar son todos Black.
Todos sus nietos presentes le saludan con una inclinación de cabeza y la misma expresión de hastío que tenía su hijo cuando lo reprendía; Lyra se aventura a colocar una mueca de desagrado al mirar a su esposa, esto lo descoloca, ninguno de ellos hace o dice algo más, todos cierran filas con su padre, el ve un poco más allá, su nieto mayor lo mira fijamente, pero no hace ademan de acercarse a ellos.
-Podemos hablar en privado, ¿por favor?- Señala con la voz un tono más bajo de lo habitual, su hijo lo mira burlonamente, luego con su mejor cara de póker señala sarcásticamente – por supuesto, no me perdería a un Malfoy pidiendo por favor, solos tú y yo.
Le hace un gesto a su hijo para que lo siga, hasta llegar a una oficia desocupada. Draco tiene las manos en los bolsillos y lo mira fijamente - quiero hablar de tu herencia - su hijo no muestra ninguna expresión y Lucius se pregunta si siempre fue así, - sé que cuando te fuiste te dije que no heredarías nada de mí, y sé que con el tiempo recibiste la herencia de tu Black, pero Astoria y yo no tenemos hijos y todo el dinero Malfoy…..
Su hijo avanza hacia él, sus ojos están casi negros, aprieta los dientes, respira controlándose y luego le señala - no quiero nada tuyo, no quiero el dinero Malfoy, no ahora cuando ya no lo necesito…- Draco deja la frase suspendida, por un segundo Lucius ve un dejo de tristeza en los ojos de su hijo, Draco se recompone rápidamente y asume su pose fría nuevamente.
-tal vez no para ti, pero para tus hijos- dice débilmente.
Draco lo mira con un dejo de odio en sus ojos, -cuando me dejaste sin nada, cuando me cerraste todas las puertas- Draco pierde un poco el control, pero se recompone –cuando me humille para pedir favores, cuando te supliqué que al menos me dejaras conseguir trabajo, tu respuesta fue que me las arreglara solo- los ojos casi negros de Draco estaban un poco llorosos, el no lloraba desde que nació Lyra – y lo hice padre, sin tu ayuda, sin tu dinero, me costó pero lo logré….
-Draco, Scorpius es un Malfoy, un sangre pura, deja que el herede, tu puedes darle lo tuyo a tus otros hijos- su hijo lo mira y forma una mueca – por supuesto padre sólo Scorpius verdad, el heredero que te aseguraste que tuviera, el único del que estás seguro que es un Malfoy.
-Sabes, cuando nació Lyra, Harry nos acogió en su casa, la antigua casa de los Black, ellos tiene el tapiz Black intacto y en él aparecen todos mis hijos excepto uno-
-Scorpius es un Malfoy- dice Lucius viéndolo fijamente.
-Dije que uno de mis hijos no aparecía, no que Scorpius no era un Malfoy…..