A la Espera del Príncipe


Three-shot — AlMay

Parte 2: Respuesta en Marcha


—Min, Min, Min, ¡Maldita sea! ¿¡Donde estas Min?! —Gritaba la joven princesa mientras corría desesperada por todo el palacio.

Y es que no podía encontrar a Min por ninguna parte. ¡Sin ella Alphonse-sama no podría recibir esa carta de respuesta!, y de ninguna forma iba permitir eso.

Estaba tan concentrada en lo suyo, que ya había chocado con varias personas mientras corría, lo que por supuesto, le había terminado quitando más tiempo entre recoger las cosas que había botado y pedir disculpas. Ante esto, concluyo que había dos posibles opciones; A. Trabajar bajo presión no era lo suyo. O B. Al mundo realmente le gustaba conspirar en su contra cuando tenía prisa. Esto último podía confirmarlo, el famoso Día Prometido, mientras llevaba a Envy a Central, la habían atacado un ejército de soldados maniquí. Tomaría nota de eso más tarde.

Mientras pensaba en eso, Xiao Mei le daba palmadas en el rostro, sin la intención de lastimarla, repetidamente en busca de su atención.

— ¿Qué quieres, Xiao Mei? —Pregunto mientras seguía corriendo.

La pequeña panda apunto con insistencia de una manera bastante cómica hacia una llamativa puerta unos metros adelante.

—La... ¿Biblioteca? —Ladeo su cabeza confundida intentando recordar el por qué Min estaría en dicho lugar. — ¡Claro, la biblioteca! Min había dicho que hoy tendría un trabajo que hacer en la biblioteca.

Así, corrió desesperada hacia la puerta abriéndola de golpe.

— ¡Ah, princesa! —Exclamo la joven al notar como May la abrazaba fuertemente con un rostro que denotaba un exceso de alegría y alivio a la vez.

— ¡Min, al fin te encuentro!

— ¿Que necesita? —Pregunto acariciándole la cabeza.

— ¿Podrías llevar esta carta a los encargados de los viajes internacionales? —Casi suplico.

— ¿Eh? Por supuesto. —Sonrío cálidamente—. Pero si me permite preguntar; ¿por qué tanta prisa?

— ¡Es una carta de respuesta para Alphonse-sama! —Respondió a base de reacción sin siquiera medir el volumen de su voz, con una mezcla de emoción y vergüenza.

— ¿Alphonse–? ¡Oh, claro! ¿Es el joven del que siempre me habla tan alegremente? —Pregunto para estar segura, ahora comprendiendo el por qué del estado de la princesa.

— ¡Si! —Chilló.

—Ah, ya veo. —Tomo la carta en sus manos—. Entonces, esto era para las... ¡Doce! —Salió corriendo del lugar, y es que según el reloj colgado en la pared de enfrente, no faltaban ni nada más ni nada menos que tan solo diez miserables minutos para las doce del día.

May suspiro ya mucho más tranquila. Al igual que todos en el palacio, Min fue entrenada y era bastante rápida, de seguro que lograría llegar a tiempo.

—Por poco y no lo lográbamos, Shao Mei. —Dijo mientras abría la puerta de su cuarto. Había sido una mañana agitada.

La pequeña panda solo atino a asentir. No podía estar más de acuerdo.

Recostada en su cama, pensó en la carta de su querido Alphonse-sama. Decía que estaba bien con su familia en su pueblo natal. Eso le alegraba, él chico tenía más que merecida toda esa felicidad. Tal vez podía decir lo mismo de su situación. Para ponerlos en contexto, el mismo año que volvieron desde Amestris, hizo las paces con Ling y —cosa que por cierto, lastimaba ligeramente su orgullo— su relación mejoró bastante, al punto de que él ahora emperador tenía el descaro de llamarla hermana.

También un cambio importante que paso durante esos dos últimos años, ya a nivel político, es que ella se convirtió en representante del clan Chang, y al tener buenas relaciones con Amestris, también sería quien propondría el tratado de paz y comercio con dicho país. Era por eso mismo que podía decir a que actualmente vivía en el palacio real. Proyecto que por cierto, aun no ponían en marcha, necesitaban una linea de trenes que conectara ambos países.

—Bueno, no hay tiempo que perder, ahora; ¡a preparar todo! —Exclamó a todo pulmón feliz, con sus manos en sus caderas. — ¡Alphonse-sama estará aquí dentro de tres meses y tengo que empezara pronto a pensar en todo lo que puedo enseñarle!


— ¡Winry, revisa el correo! —Gritó la anciana.

— ¡Ya voy!

La joven mecánica salio de la casa suspirando. Ed estaba reparando el techo, esa gotera llevaba molestándolos semanas. Al estaba haciendo sus ejercicios, si bien su cuerpo se había recuperado notablemente desde el Día Prometido, un poco de entrenamiento de vez en cuando no viene mal. La abuela debía terminar esa pierna para hoy. Y ella había terminado todo su trabajo esa misma mañana, lo que la dejaba como la única que podía ir a buscar el correo; puesto que el cartero, Jamie, había renunciado la semana pasada.

— ¡Ah, Winry! —La saludo alegremente la señora de la estación del tren.

—Hola, señora Pott. —Le devolvió la sonrisa — ¿Ha llegado alguna carta?

—Si—, dio una respuesta corta mientras buscaba en un cajón. —Estas llegaron ayer de Rush Valley.

Winry sonrió enternecida, aun cuando ya no trabajaba ahí actualmente, sus amigos de Rush Valley seguían escribiéndole.

—Y esta llegó esta misma mañana—. Señalo.

— ¿Esta mañana? —Preguntó confundida. —Se supone que el tren no vendría hoy.

—Al parecer es un envío especial desde Xing.

—Hmm, ya veo... Adiós señora Pott.

—Hasta luego Winry.

—Con que Xing, ¿eh? —Dijo para sí misma mientras caminaba de regreso a casa.

«Para: Alphonse Elric. Remitente: May Chang»—. Estaba escrito en el sobre.

—Con que era eso. —Río divertida. —No debería sorprenderme que le haya respondido tan rápido.

—No debería sorprenderme que le haya respondido tan rápido.


— ¡Ya llegue!

—Hola. —Saludó Edward sin despegar la vista de su libro.

— ¿Cómo te fue? —Pregunto esta vez, mucho más amablemente, el menor de los hermanos.

—Bien, gracias. —Sonrió, no sin antes dirigirle una corta mirada indignada a Ed, por supuesto. —Al, por cierto, esta es para ti. —Dijo entregándole dicha carta.

—Esta es... ¿De May? ¿Tan rápido? —Pregunto a su amiga claramente confundido.

—No debería sorprenderte. Al parecer la enana sigue creyendo que eres su Príncipe Azul. —Se unió Edward a la conversación dejando su libro a un lado.

Alphonse solo rio suavemente. Debió haberlo pensado antes. Era imposible que May lo olvidara así como si nada. Por supuesto no es que le molestara, ambos se habían hecho muy buenos amigos.

—Bueno, el pay estará listo en unos minutos, así que será mejor que se levanten y empiecen a ayudarme a preparar la mesa si es que quieren comer.

Si, bueno, podía pensar en eso más tarde, aún tenía que leer la carta y preparar todo para el viaje. ¡Por qué un pay de manzana no podía esperar!


Si, ahora es un three-shot ._.XD