Aviso: No me llamo J.K.R., no poseo los derechos de Harry Potter ni nada que se le parezca...

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Capítulo 1: Experimentos de madrugada.

Hermione gimió débilmente. Sentía como el deseo crecía imparable una vez mas en su interior. Unas manos recorrían suavemente la piel de sus muslos mientras una lengua húmeda y cálida la acariciaba una y otra vez entre las piernas, recorriendo su sexo incansablemente, haciendo que la excitación que sentía se convirtiese en una necesidad imperiosa. Un pequeño gruñido de frustración escapó de su boca cuando notó que los labios de su amante abandonaban su piel, pero la protesta fue rápidamente acallada cuando empezó a trepar por su cuerpo, dándole pequeños besos, mordiendo y lamiendo poco a poco su camino en él.

Había conocido a Stuart Ledford en una fiesta, la tarde anterior. Desde el primer momento le pareció una persona increíblemente atractiva y agradable; eso y el llevar varios meses de 'sequía', como ella lo llamaba, habían sido los responsables de que, antes de que quisiera dar cuenta, estuviera metida en su cama y fornicando como si no hubiera mañana.

Para su agradable sorpresa, Stuart se había demostrado no solo como una persona encantadora, sino también como el mejor amante de cuantos había tenido hasta ese momento. Quizá su relación no fuese algo serio, y quizá nunca lo llegase a ser, pero por el momento no le podía importar menos; lo único que quería ahora era disfrutar de ella todo lo que pudiera.

Toda clase de pensamiento coherente abandonó su cabeza cuando sintió el calor de su miembro deslizándose entre los labios de su sexo, presionando ligeramente contra su entrada. Cambió ligeramente de postura para facilitarle la penetración y asintió con la cabeza. Su cuerpo aceptó la invasión casi sin esfuerzo. Stuart dejó escapar un suspiró y empezó a moverse lentamente, arrancando de ella un gemido cada vez que volvía a impulsarse en su interior. Poco a poco sus movimientos fueron acelerándose, entrando y saliendo de su sexo cada vez mas deprisa, mientras ella le rodeaba la cintura con sus piernas, con los ojos cerrados, concentrada en las increíbles sensaciones que creaba en sus embestidas.

Stuart levantó ligeramente las caderas y se inclinó aun más sobre ella aumentando considerablemente la fricción. Tuvo que morderse el labio para no gritar de placer. "Stuart... No puedo más." Él la miró durante un momento. Los dos estaban al limite de su aguante. Entrelazaron las manos fuertemente y siguieron golpeando carne contra carne a un ritmo aún más frenético. Hermione fue la primera en alcanzar el orgasmo. En medio de las crecientes oleadas de placer que nublaban su mente una imagen apareció fugazmente: Ron desnudo, encima de ella, dentro de ella, penetrándola salvajemente una y otra vez. Sintió como sus entrañas se derretían, y un placer absoluto se adueñó de ella, tensando todos y cada uno de sus músculos. Casi de inmediato notó el calor de su amante vertiéndose en el interior de su vientre y su cuerpo sudoroso y jadeante derrumbándose encima del suyo con un gemido ahogado.

Permanecieron así durante unos minutos, recuperando el aliento. Después Stuart la besó tiernamente y se retiró de su interior, deslizándose a un lado y cayendo casi inmediatamente en un profundo sueño. Normalmente a Hermione le hubiera molestado que su amante se durmiera tan rápido, de alguna forma le hacia sentirse usada, pero después de haberle dado la mejor noche de sexo de su vida, entendía perfectamente que estuviera totalmente rendido. Además, eso le permitía concentrarse en otro pequeño asunto: por qué demonios había pensado en Ron justo en ESE preciso momento, y por qué había tenido el orgasmo más intenso desde hacia... bueno, desde hacia mucho, mucho tiempo.

En cuanto pensó un poco en ello, se dio cuenta de lo que había pasado: Stuart la había cogido de las manos como solía hacer Ron. Sin duda esa era la razón por la que inconscientemente le había asociado con él. Y en cuanto a por que se había excitado de tal manera... Bueno, eso en realidad tampoco requería ninguna explicación, aparte de la mas que notable habilidad de Stuart como amante.

Pero si todo era tan evidente. ¿Porque se sentía entonces tan inquieta? Era como cuando había resuelto un problema, pero en su interior sabía que esa no era la solución correcta; que sin darse cuenta había pasado por alto algo importante.

Después de unos minutos de dudas y tras comprobar que Stuart seguía dormido, decidió hacer un pequeño experimento. Puso sus manos entre sus piernas y empezó a acariciarse. Cerró los ojos e imaginó que Ron tenia su cabeza entre sus piernas, lamiéndola, invadiendo su interior con su lengua, mordisqueando jugetonamente su sexo. Empezó a frotarse más rápido, imaginándose que sus manos eran los labios de Ron, su lengua, sus dientes.

El orgasmo la alcanzó bruscamente, casi por sorpresa, sacudiéndola de la cabeza a los pies y dejándola por segunda vez en pocos minutos jadeante y sin fuerzas. Retiró su mano de entre sus piernas y se la llevó a la boca. Se paró un instante antes de lamer sus dedos... no era el semen de Ron lo que los cubría, sino el del hombre que dormía a su lado. Se limpió la mano con las sabanas. "¿Si fuera de Ron... No te hubiera importado lamerlo?" Lo estuvo pensando durante unos segundos, pero en realidad conocía perfectamente la respuesta.

Se quedó tumbada en la cama, mirando al techo. No podía creer lo que le estaba pasando. "Ahora resulta que te excitas con tu mejor amigo. ¿Que va a ser lo siguiente?... ¿Ginny?" Intentó calmarse y racionalizarlo. No eran mas que fantasías, solo eso. Nada real. No tenía porque preocuparse. Cerró los ojos y se relajó sobre la blanda cama.

Conocía a Ron prácticamente desde su infancia, y siempre había sido su mejor amigo; nada mas y nada menos. Mientras pensaba en eso, un pequeño recuerdo casi olvidado la alcanzó... Eso no era totalmente cierto: En Hogwarts estuvo durante algún tiempo encaprichada con él... más o menos, entre el cuarto y quinto año, si no recordaba mal. Pero no fue mas que un típico enamoramiento pasajero, lo normal entre adolescentes. Con el paso de los años había llegado a olvidarlo completamente. Sintió el dulce dolor de la nostalgia. Entre tantas cosas horribles que habían ocurrido durante aquellos años era agradable el haber podido recuperar ese pequeño y cálido recuerdo.

Un pequeño gruñido la devolvió a la realidad. Giró la cabeza y se quedó observando como Stuart se revolvía entre las sabanas y seguía durmiendo tranquilamente, totalmente ajeno a los problemas de su compañera de cama. Estaba claro que por esa noche la diversión se había acabado. Después de descansar un poco mas, decidió que lo mejor era regresar a su casa. Salió de la cama con cuidado de no despertarle y cogió su varita. Un par de hechizos después, su cuerpo estaba limpio y fresco.

Recogió su ropa rápidamente y salió del dormitorio sin hacer ruido.

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Bueno, por fin acabaron los examenes y demas... TT... asi que, como vuelvo a tener un poco de tiempo libre, aqui estoy de nuevo.

Por cierto... Este fic NO es sexual (igual se me ha ido un poco la mano con el picante... nose). Es solo una historia en la que el sexo influye en la trama... mas o menos... vamos, que no todos los capitulos van a ser como este (gracias a dios, porque esto del folleteo es complicado de escribir).

Otra cosa: En este fic se realizan practicas sexuales de riesgo no recomendadas. Evidentemente gracias a la magia, no existen embarazos no deseados o enfermedades de transmision sexual en el mundo magico... por lo menos no en este.

Nada mas... comentarios y/o opiniones seran bien recibidas.