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Ya era la tercera rosa en la semana, el cuarto poema y la segunda caja de bombones. Definitivamente Duo Maxwell se había propuesto hacerle la vida imposible. Todo había empezado con una apuesta. Una maldita apuesta acerca de un video juego.
Unos meses atrás se encontraba esperando las órdenes para ejecutar una nueva misión. Iban con él Duo y Trowa, aburridos y somnolientos. Eran ya las cuatro de la madrugada y aún no les habían comunicado qué debían hacer, lo único que les habían dicho es que tenían que permanecer escondidos en los conductos de ventilación del edificio y en silencio, eso hacía que se sintiera bastante preocupado. Si por alguna razón habían atrapado a Quatre y a Wu Fei era muy posible que ninguno de los cinco volviera con vida.
La despreocupación del chico trenzado le crispaba los nervios. Verlo ahí recostado, con las manos debajo de la nuca tan tranquilo era frustrante. La imagen de Trowa tampoco era muy esperanzadora: apoyado sobre la estrecha y metálica pared gris del conducto y a punto de caer dormido.
¿Es que a ninguno le venía a la mente la posibilidad de que los hubieran descubierto y que de pronto pudieran aparecer algún enemigo por los conductos¿De qué modo iba a darles tiempo a escapar en esas posturas tan relajadas?¿Esos eran los infalibles soldados que habían burlado la muerte varias veces y que habían estado entrenando día noche tanto tiempo? Definitivamente se avergonzaba de sus compañeros.
- Que bien demostráis todo lo que os han enseñado-susurró Heero con un toque de sarcasmo-.
-¿Mh? -fue lo único que atinó a decir Duo-.
-Si nos encuentran aquí sois un blanco perfecto, ahí tumbados sin mantener la guardia
-Vamos, no seas tan exagerado Hee-chan, no nos van a descubrir.
-Te debería dar verguenza decir eso. La última vez casi nos matan a todos por tu descuido, idiota-dijo con notable rabia contenida-.
-¡Siempre tanto odio contra mi! -se quejó dramatizando- ¡Te va a salir una úlcera de tanto contener siempre ese estrés!
- Yo no me estreso...y baja la voz pedazo de baka... anoser que quieras salir de aquí en una caja de pino...
-¡Ah es cierto!- dijo bajando la voz- ¡eres un amargado estresado!
-A mí nadie me estresa...y menos tú, descerebrado.
-¿De verdad que Duo no puede estresarte? Duo, hagamos un trato, si consigues que Heero pierda los nervios te compraré ese juego del que tanto hablas.
-¿De verdad? -exclamó Duo
Trowa se echó a reír, previendo que a Heero le esperaban bastantes penurrias que aguantar, tuvo que reprimir la risa cuando recibió una mirada cargada de odio por parte de él. Agradeció interiormente que no pudiera echársele al cuello hasta al menos, haber salido de los conductos de ventilación.
El soldado perfecto suspiró mientras recordaba ese momento, como le hubiera gustado estrangular a Trowa en ese preciso instante. Afortunadamente la misión salió bien. El único problema fue que Quatre y Wu Fei se habían perdido, por eso tardaron en llegar al lugar indicado donde podían comunicarse con los demas sin riesgo de ser escuchados.
¿Cómo podía haberle hecho eso Trowa? Si pretendía matarlo podía haber elegido un veneno rápido y eficaz..., así no tendría que soportar tanta tortura.
Un horrible gallo desafinado interrumpió sus pensamientos, o eso dedujo Heero al escuchar unos catastróficos ruidos que provenían del exterior. Se asomó a la ventana no sin antes haber dado de comer a su boa albina de tres metros. Cada día era más difícil llenarla. Cual fue su sorpresa cuando descubrió a Duo, debajo de un pomposo vestido verde al más puro estilo barroco. Todo lleno de lazos de una tonalidad algo más oscura y el pelo recogido en dos moños a ambos lados de la cabeza. Su cara totalmente llena de maquillaje y dando alocados saltos por toda la calle. No habría podido reconocerlo de no haber sido por la voz.
- ¡Heero¡Mi amor, dame de tu corazón, escucha mis horribles llantos, que hoy lloran por llegar a ti¡No me dejes morir¡Dame algo de tí! Oh, mi amor, Heero...
No daba crédito a lo que veía. Siempre había sospechado que la salud mental de su compañero estaba algo distorsionada, definitivamente después de aquel espectáculo tenía pruebas de sobra que confirmaban su teoría. Maxwell había perdido totalmente el juicio. Malhumorado salió de su casa cerrando la puerta de un portazo. ¿Qué se había creído ese obseso por los juegos?
Una cosa era que le mandara continuamente regalos y lo asaltara cada vez que se cruzaban para declararsele, pero otra muy distinta es que la gente lo relacionara de algún modo con ese proyecto de persona fallido.
Atravesó todo el jardín dando grandes zancadas. Iba tan centrado en su idea de detener a Duo que tropezó con las raíces de uno de los cerezos. Maldiciéndolo a él y a su suerte echó a correr tan rápido como sus piernas le permitían. La canción había empezado a tener giros inesperados, como peticiones de matrimonio, al igual que su voz, a cada segundo parecía que no podía sonar peor.
Lo primero que hizo al verlo es andar pausadamente y obligar a su rostro a no mostrar ninguna emoción. No podía permitir que se diera cuenta de que si dejaba aflorar sus emociones estaría al borde de la histeria. Debía aparentar tranquilidad aunque por dentro una manada de "termitas" le carcomiera el estómago.
-¿Se puede saber qué estás haciendo aquí y armando tanto ruido, Maxwell?
-¿No es obvio¡Heero te amo! -exclamó Duo a la vez que se ponía de rodillas y tomaba la mano del otro chico-.
-¿Podrías dejar de perseguirme cada día a cada hora y a cada minuto de mi vida?
-¡No hasta que quieras casarte conmigo!
- Maxwel...
Por un segundo, Heero estuvo tentado de ofrecerle comprar el dichoso juego, pero se lo pensó mejor. Si hacía eso habría perdido contra él y eso no podía permitírselo. Debía demostrarle a ese cabezota que no conseguiría ponerlo nervioso.
-¿Si? Mi querido, precioso y adorado Heero
-No me vuelvas a llamar así...
-¿Por qué no? Mi querido, precioso y adorado Heero-repitió el chico con una enorme sonrisa en la cara-.
-Haz lo que quieras...
No soportaba más la situación y para colmo Duo estaba absolutamente ridículo vestido y maquillado así. En estos momentos se debatía entre darle un puñetazo en ambos ojos o echarse a reír y ninguna de las cosas le estaba permitido hacer. Él era un soldado perfecto y como tal no debía dejarse llevar por sus emociones, fueran cuales fueran.
continuará...
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Bueno n.n me inspiré y escribí esto XD . .Diganme si les gusta, de ustedes dependerá si quieren continuación o no XDDDD si no recibo ningún comentario de gente que quiera que lo siga eso quiere decir que a nadie le gusto y ps XD no voy a escribir capítulos si nadie los va a leer n-n saludos y besos a todos.