Diclaimer: Harry Potter le pertenece a J.K Rowling.

Advertencias: Spoilers de Deathly Hallows.

Pareja: Albus Severus/Scorpius.

Palabras: 344

Aclaración: Serie de treinta viñetas ó drabbles independientes sobre Albus Severus y Scorpius. Momentos en la vida de ambos, y en su relación. Orgullo Slytherin, corazón de serpiente. Rompiendo el odio y la tradición.

Directo

Te llaman, y por primera vez el Salón se queda en silencio, observándote mientras caminas hacia lo que siempre has temido, hacia el Sombrero Seleccionador. Aquel que todo lo sabe y todo lo ve, y con el que te sientes desnudo.

Todas las miradas puestas en ti no te afectan como deberían, aunque te sonrojas al ver levemente a Neville, que te da ánimo desde lejos, deseándote lo mejor. Lo mejor que se espera de ti.

Lamentarás decepcionarlos, porque para ellos lo mejor es Gryffindor. Y tú no sabes muy bien qué hacer, porque la casa de los valientes no encaja en ti, no de la manera en que debería, y eso el Sombrero lo verá.

No.

No puedes dejar que la desgracia ocurra. Tienes que engañarlo.

Estás a pocos pasos del taburete.

Hacerle creer que tienes alma de león, coraje y nobleza en tu corazón. ¿Y cuál es la mejor manera?

No hay ninguna. Solamente… pensar como Gryffindor. Y viviendo con ellos toda tu vida, es una actuación bastante fácil.

Perfecto.

Te sientas en el taburete, preparado para fingir lo que no eres con una sonrisa que el que supiera lo que estás pensando, la consideraría cínica.

Estás preparado para ganarle a ese Sombrero¿por qué quién mejor que tú en ese papel?

¡Slytherin!

Te quedas estupefacto, y el resto también.

Casi maldices, sin poder creer.

¡El sombrero ni siquiera fue colocado en tu cabeza¡No tenía que funcionar así¡Debe de haber un error y seguramente volverás a pasar por la Selección¡No puede haberse acabado!

Pero no es un error, no cuando la profesora te mira apremiante para que te dirijas a tu mesa. Y te dices que no hay reclamos posibles, no cuando ya está pasando el siguiente niño, al que el sombrero sí se asienta sobre su cabeza, y reflexiona, y divaga, y después de un tiempo considerablemente largo, el niño va a parar en Ravenclaw.

Eso te parece injusto. El Sombrero fue directo y firme contigo.

Eres un slytherin.

Y el Sombrero nunca se equivoca, Niño de Plata.