CAPITULOXXXVII.- CORAZONES ROTOS. PRIMERA PARTE.
Era muy de mañana y Ron ya se había despertado, y de muy mal humor; en palabras de la mismísima madame Pomfrey estaba tan escuálido que no podía mantenerse en pie por sí solo, Ron le daba la razón pero había comenzado a sentirse fastidiado de permanecer acostado, inclusive los mimos de Ariana y las continuas atenciones de todos los que le iban a visitar ya ocasionaban en el pelirrojo un hastió difícil de soportar.
La noche pasada haba ido Cho a darle una revisión, por supuesto que la asiática se llevó una sorpresa cuando encontró ahí a Hermione en lugar de Ariana pero su profesionalidad pudo más y se dedicó a la consulta médica, Ron había comenzado a estimar a la Ravenclaw, hasta ese momento había visto a Cho como alguien fría y exigente sin embargo todo ese tiempo que había sido su paciente había encontrado en ella alguien sumamente maternal con y confiable. El hecho de que la asiática no dijera nada sobre la presencia de Hermione en aquel lugar cuando sabía a la perfección lo que sentía el pelirrojo por ella le termino de hacerle sentir una sincera amistad por ella.
El muchacho se levantó de la cama y trato de caminar pero la debilidad en sus piernas hizo que estuviera a punto de caer, recargo su peso en la cama para evitar caer, se palpo el pecho sintiendo las vendas debajo de su pijama y recordó que había tenido otras dos crisis de miedo, en aquellas dos ocasiones Hermione había estado con él, había pasado toda la noche a su lado esperando a que se durmiera. Ron miro alrededor y sintió una leve sensación de abandono, se acercó a tomar un vaso con agua del estante más cercano pero mientras que bebía noto la presencia del libro que había dejado Ariana.
En la portada estaba escrito el nombre de Cujo con letras sangrantes y debajo de estas había unas mandíbulas con enormes dientes que inclusive a él le daban terror. Había un separador de hojas justo a la mitad del libro, Ariana le había leído hasta aquel lugar, sin embargo Hermione había terminado de leerle todo el libro la noche pasada, había sido el final más triste de todos los libros que habían caído en sus manos. Pero por supuesto que él tampoco había ledo tantos libros. El recordar a Hermione le hizo sentirse molesto consigo mismo y sentir que estaba engañando a Ariana. Era cierto que le había dicho a Harry que tenía intenciones de tentar suerte con Hermione pero los últimos días se había dado cuenta que el planear algo y hacerlo de verdad eran dos cosas sumamente distintas.
Además, por supuesto que no la estaba engañando, no habían hecho algo malo ninguno de los dos, no se habían besado, ni siquiera habían vuelto a hablar del tema del baile. Pero tampoco podía decir que le estaba siendo totalmente leal a su novia; habían momentos en que los dos se quedaban en silencio, Hermione solía ponerse a leer alguno de sus propios libros del colegio y el hacía cualquier otra cosa, no estaba seguro si ella le volteaba a ver pero el sí que la veía a ella, la observaba por largos ratos disfrutando de su momento a solas, aunque no era nada del otro mundo si era especial para él. Nunca había sentido algo así con Ariana y sabía exactamente por qué. El seguía enamorado de Hermione. No estaba seguro de que Hermione sospechara lo que él sentía pero no le importaba, por el momento estaba a gusto con esa situación.
La puerta se abrió en ese momento y se asomó una pequeña cabecita rubia, Eris miro sorprendida a Ron y corrió a ayudarle.
-¡Ron! ¿Qué haces levantado?-le regaño la pequeña-sabes perfectamente que madame Pomfrey ordeno que permanecieras en cama todo el día
La niña le ayudo a volver a la cama, el pelirrojo se quejó en señal de protesta.
-No estaba haciendo nada cansado solo tomaba agua-se defendió malhumorado el Griffindor
-Podías esperar a que alguien llegara a ayudarte-le espeto la niña quitándose la mochila-te pudiste haber tropezado y romperte el cuello
El muchacho se quejó ligeramente mientras que terminaba de acomodarse en la cama.
-¿Qué haces tan temprano por acá, Eris?-pregunto el muchacho viendo el reloj de su pared, apenas eran la siete de la mañana
-Venía a verte, hace mucho que no te visitaba-dijo la niña mientras que sacaba un pequeño pan de su mochila y se lo entregaba al pelirrojo-además no podía dormir
-¿Por qué? –pregunto el muchacho mientras recibió el obsequio de la niña agradecido
-Tengo problemas con un proyecto personal y no puedo terminarlo-informo la niña
-¿Son ese tipo de cosas que hacías con Harry?-pregunto dándole un gran bocado al pan
La pequeña niña frunció el entrecejo al escuchar el nombre del joven mago.
-No sé de qué me hablas
El pelirrojo frunció el ceño de la misma forma que Eris, la niña claramente se veía molesta al escuchar el nombre del Griffindor. El muchacho sabía perfectamente que sucedía, Hermione le había contado el altercado que habían tenido los dos Griffindor, ahora podía ver claramente que Eris seguía sentida con Harry por su noviazgo con Ginny.
-Así que todavía estas enojada con Harry-murmuro Ron
-¿Enojada? Yo no estoy enojada-respondió Eris con el ceño fruncido y retorciéndose una de las trenzas que llevaba en ese momento
-Sé que no soy el indicado pero tal vez podrías hablar conmigo sobre eso-dijo Ron con un dejo de desagrado en la voz-he escuchado que hablar de ese tipo de cosas con alguien…
-¿De qué quieres que hable?-pregunto la niña fulminando a Ron con la mirada, se había puesto de pie y ahora cerraba los puños con ira-¿Qué me engaño? ¿Qué se fue con tu hermana sin importar que yo lo apoye más?
-¡Hey! Tranquilízate, Eris, no es para tanto-dijo Ron levantando las manos temiendo que la pequeña se desquitara con él, poco después se dio cuenta de que ese no es para tanto había sido tomado muy mal por Eris
La pequeña niña rugió y camino de un lado para otro, repitiendo el no es para tanto que había dicho Ron una y otra vez.
-Tal vez deberías tratar de hablar con Harry, podrías arreglar las cosas con el
-No quiero-dijo la niña tajantemente
-Él nunca te engaño, Eris… hem… simplemente… no te dijo que salía con Ginny-dijo Ron pero enseguida se dio cuenta de que eso no mejoraba en nada la situación
Se maldijo mentalmente y concordó con Hermione acerca de que tenía la madurez mental de una cucharilla de té. La niña le había mirado de manera fulminante y se había acercado a tomar sus cosas para marcharse.
-Eris, espera-pidió Ron pero la niña no le hizo caso-¡Harry quería decírtelo!
La pequeña Griffindor se detuvo justo cuando acababa de abrir la puerta y volteo a ver al pelirrojo, aún conservaba aquella mirada molesta pero al menos parecía haber aceptado escuchar.
-Harry no… no quiso ocultarte lo que pasaba… pero… él sabía… sabía lo que sientes por el-dijo Ron eligiendo perfectamente las palabras para no decir ninguna tontería
-Yo no siento nada por el-respondió Eris pero inclusive alguien tan despistado como Ron pudo notar que aquella expresan de molestia había desaparecido, había vuelto a juguetear con su trenza pero ahora su mirada reflejaba otra cosa, tal vez culpabilidad
-Todos sabemos que sentías algo por el-dijo Ron-incluso yo y eso significa que eras muy obvia… ¿Lo… hem… lo que-querías?
Eris se quedó viendo a Ron, la incomodidad se reflejaba en su rostro, ya había hablado de eso con Cho y con Luna, había llegado a aceptar que no podía haber evitado que Harry y Ginny se hicieran novios, pero el hecho de hablar con Ron sobre eso era más difícil por el simple y sencillo hecho de que él era chico. Se sentó de nuevo junto a la cama y con apenas un movimiento de cabeza contesto de forma afirmativa.
-Sé que es difícil, Eris-dijo Ron esforzando al máximo su cerebro para poder decir algo adecuado-suena feo… pero, bueno… tu sabes… eras muy chica para el
-Yo lo quería-murmuro la Griffindor sin ver a Ron y utilizando un tono regañado
-Y él te quiere, Eris-respondió el pelirrojo se movió incomodo en parte por la posición en la que estaba y en parte porque no le agradaba hablar de ese tipos de cosas-en verdad te quiere porque eres su hermana
-¿Solo su hermana?-pregunto Eris mirando al chico con sus ojitos de color azul oscuro
-Sí, lo lamento-dijo con sinceridad
Eris bajo la vista, suspiro y mantuvo su cabeza gacha por varios minutos.
-¿Siempre es así?-pregunto Eris-¿Siempre duele tanto esto del amor?
-Sí, lamento decirte que nunca se hace fácil-dijo Ron suspirando pensando en lo que estaba pasando con Hermione y Ariana-te lo digo por experiencia, lo único que se puede hacer es aceptarlo
La pequeña niña suspiro y puso de nuevo aquella cara de enojo pero al poco tiempo una sonrisa apareció en su rostro.
-¿Estás bien?-pregunto Ron
-Sí, no te preocupes… en realidad… ni me gustaba tanto, él es un idiota-y aunque Eris seguía sonriendo una lágrima había salido de sus ojitos, Ron no supo si no se había dado cuenta de la presencia de aquella lágrima o la dejaba en un extraño acto de resignación
-Él te extraña-dijo el muchacho
La niña no hizo caso y tan solo se limpió la lágrima que había dejado salir.
-Eres su hermana, te quiere, sé que no es mucho… pero él te necesita
-Yo también lo quiero-dijo Eris sonriendo levemente-quiero a ese cabeza hueca
Los dos se quedaron callados, Eris se había recargado en su cama tal y como lo hacía a veces Hermione.
-Gracias por todo, Ron. Cho dice que eres bastante torpe pero yo creo que eres muy inteligente y lindo
-Claro que no-se rio Ron pero en seguida se llevó una mano al pecho adolorido-me rompí la cabeza tratando de pensar algo que decirte, no lo volveré a hacer
La niña también se rio y miro divertida al chico sin embargo puso una expresión pensativa al poco tiempo. El muchacho se volvió a acostar en la cama y tomo un poco de agua.
-He visto muchas veces a Hermione contigo ¿Ya son novios?
Ron escupió el agua y comenzó a toser sin control a pesar del dolor punzante que apareció en su pecho.
-¿De dónde sacaste esas ideas?-pregunto escandalizado el pelirrojo con los ojos casi salidos de la órbita por la impresión
-Bueno, es que la he visto aquí muchísimas veces más que tu novia… y yo creí…
-¡Pues no creas nada!-grito Ron con la cara roja a más no poder
La niña sonrió al ver la cara de Ron.
-Pero tú si quieres-aseguro la Griffindor, el chico la miro enojado, pensó mucho en algo que decir pero finalmente suspiro y acepto con la cabeza-¿Son novios?
-No, no lo somos-dijo Ron con un dejo de tristeza
-¿Pero y si no quiere ella?
-Creo que tendría que aceptarlo
Dicen que el hacer el amor es intentar fundirse con la otra persona; tener sexo es satisfacer las necesidades carnales, saciar esa sed que en realidad nunca puede ser satisfecha por completo ¿Por qué, de hecho, cuando estamos realmente satisfecho de aquella tan primaria necesidad? Aunque se llegue al esperado orgasmo nunca se deja de necesitar aquel estimulo que ejerce la pareja, aquel contacto que aunque no es del todo familiar si nos saca de la cabeza aquella soledad, frialdad y sobre todo cualquier contrariedad que esté con nosotros. Hay muchas formas de satisfacerse aquella necesidad, en aquellos momentos el cuerpo pierde el control y nuestro raciocinio se pierde por un momento. Hay algunos que piensan que el simple hecho de tener sexo ya cumple con todo el cometido requerido de ser seres sexuados; el llegar con una persona con la que se tenga o no tenga una relación previa, con alguien conocido o desconocido, y tener relaciones para después volver a la rutina diaria como si no fuera nada del otro mundo es una realidad, algo tan simple como cualquier otra actividad diaria. Por supuesto, hay otras personas para la que es totalmente lo contrario, es algo tan poderoso y magnifico que el simple hecho de pensar en estar con aquella otra persona las hace enloquecer, la necesidad del contacto con aquella persona las obliga a esperar para buscar a alguien adecuado, alguien que supere las expectativas que tienen de un solo y simple acto sexual, porque el acto sexual en si es tan solo mecánica burda y sin sentido. Sin embargo, al agregarle un ingrediente extra hace que todo cambie. El tan solo preocuparse por con quien se está haciendo, si es la persona adecuada y sobre todo si hay algo especial entre ellos dos hace que el acto sexual se transforme en algo más, la necesidad de una intimidad mucho más grande que la misma sexualidad hace de este acto algo mucho más poderoso, la intimidad es, muchas veces, la razón de por qué dejamos de tener sexo y comenzamos a hacer el amor, porque no ofrecemos nuestro cuerpo sino que lo compartimos, ofrecemos nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros sentimientos, damos todo de la misma forma que nuestra pareja también hace lo propio.
Es en esos momento que conocemos un leve momento en que intentamos ser uno con nuestra pareja, de que ambos ocupen el mismo espacio en el mundo, algo totalmente imposible pero durante un momento eso es para nosotros algo al alcance de la mano.
Es en esos momentos en que conocemos la plenitud. Y ese en ese momento en que Ginny se encontraba, era la primera vez que sentía tanto calor emanar de ella, sus sentidos parecían haberse amplificado ante la necesidad de tener más, estaba conociendo aquella delicia de sentir la humedad y el calor dentro de ella y al mismo momento de sentirse plenamente completa. El placer de poder rodear a su pareja con sus brazos y piernas al mismo momento de sentir la embestida con la que su novio entraba en ella, y el calor… el calor lo era todo.
Oh, dios…
Eso era lo único en que podía pensar.
El sudor era más en Harry pero ella lo recibía en su cuerpo con gusto, con él hasta el más mínimo roce se hacía sumamente erótico. El acariciar, tocar, arañar, morder, y besar se había olvidado, ahora el contacto con su piel era lo que más la estimulaba. El vaivén del pecho de Harry contra sus senos ardientes la hacía enloquecer, emita pequeños grititos mientras que Harry le daba pequeños mordiscos a su cuello. En un momento el joven mago salió de ella pero en seguida se acomodó en la entrada de Ginny, lo que por un momento pareció un simple accidente se convirtió en el éxtasis para la pelirroja ya que el muchacho no siguió con el simple coito, el muchacho se acomodó y volvió a entrar en Ginny lentamente pero cuando apenas había entrado ligeramente en ella volvió a salir lentamente, el joven mago volvió a entrar en ella deteniéndose cuando apenas la punta de su miembro se había perdido en los labios vaginales de Ginny. La pelirroja lo empujo ansiosa con las piernas para que terminara de perderse en ella pero el muchacho no la obedeció sino que volvió a salir y a entrar ligeramente en ella; la chica se sintió desfallecer al sentir aquellos movimientos, como si fueran la primera penetración una y otra vez, de pronto cuando la chica se había acostumbrado a aquella nueva sensación el joven mago penetro por completo a Ginny, haciendo que ambos se quejaran ante la sensación, el calor en el interior de Ginny se había convertido en un volcán a punto de estallar dándole un nuevo placer a Harry, una recompensa por el calor que él le proporcionaba a Ginny.
El joven mago penetraba levemente a Ginny un par de veces para después hundirse en ella por completo tan rápido que la pelirroja soltaba un fuerte gemido por la sorpresa, tan solo un leve cambio de velocidad ocasionaba que los dos enloquecieran de placer. En un momento el ritmo aumento y después de un embate más Ginny pudo sentir que además del pene de Harry algo más entraba en ella, sintió otro tipo de humedad, otro tipo de calor, algo que chorreaba dentro de ella, su corazón latir, Harry apretándose más contra ella y ella correspondiéndole abrazándose lo más que podía a él.
Ginny abrió los ojos después de mucho tiempo de estar sintiendo como un haz de luz golpeaba contra su rostro, se puso una almohada sobre la cara mientras que sus ojos se acostumbraban al brillo del día, finalmente, después de varios minutos la chica se estiro y se levantó sintiendo al momento un frío que la hizo temblar, se llevó al pecho la cobija para cubrir su piel desnuda.
La chica suspiro y miro a su derecha para ver algo que le provocó una enorme sonrisa, Harry dormía plácidamente a su lado, la pelirroja se volvió a acostar acurrucándose en el muchacho esperando a que se despertara al sentirla, sin embargo este siguió dormido. La chica soltó una sonrisita, recordaba que la semana pasada ella y Maura habían leído en una revista un artículo especial acerca de las relaciones sexuales, en aquel artículo decía que se podía considerar egoísta a un hombre si este se dormía inmediatamente después de haber hecho el amor o si no se despertaba segundos después de que la chica abriera los ojos. Harry no se había dormido inmediatamente después de haber hecho el amor, se habían besado y acariciado unos minutos, hasta que ambos se hubieron dormido, y el hecho de que no despertara en ese momento no hacía pensar a Ginny que Harry fuera egoísta, más bien le hacía sentir cierta ternura además de que le hacía pensar en lo bien que la debió de haber pasado con ella la noche anterior.
La chica se sentó en la cama y busco su ropa, todas las prendas estaban regadas en el piso sin embargo después de pensarlo mucho se levantó y mirando a Harry con una sonrisa traviesa, salió de la habitación completamente desnuda. Ginny se sintió completamente desinhibida al caminar por aquella casa sin prenda alguna, ahí solo estaban ellos dos, y Harry ya conocía todo de ella; cuando llego a las escaleras sintió una leve preocupación, se imaginó a ella bajando las escaleras cuando de pronto la puerta se abriera dejando entrar a alguna persona miembro de la orden, pero después de un rato de vacilar frente a las escaleras desecho aquella idea y bajo segura de la soledad en aquella casa. Se dirigió a la sala y busco el resto de su ropa en donde la noche anterior habían comenzado los besos y las caricias.
Su ropa y la de Harry estaban tiradas a un lado del sofá, la pelirroja miro su blusa y sostén, luego vio la camisa de Harry, y después de meditarlo un poco se puso la camisa de su novio sobre su piel desnuda. Ya más segura al haber cubierto su desnudez la chica se dirigió a la cocina consciente de que una ligera hambre había aparecido. Había comida en la mesa, señal de que Dobby no había aparecido para limpiar la casa, sintió la necesidad de comer algo pero prefirió esperar a que despertara Harry para que desayunaran juntos. Entro a la cocina y se le ocurrió que mientras tanto podía preparar algo para esperar a que el joven mago despertara, le podía dar una sorpresa. La chica se apresuró a buscar los ingredientes necesarios para preparar un delicioso chocolate, la despensa estaba perfectamente abastecida, Dobby seguramente se había encargado de ello.
Puso una olla al fuego y comenzó a agregar los ingredientes necesarios, sabía preparar aquel chocolate desde hacía muchos años, su madre le había enseñado argumentando que atraparía a un buen marido si sabía cocinar bien, no estaba de acuerdo con ese tipo de pensamientos pero tenía que admitir que en ocasiones era útil saber cocinar y no solamente saber cocinar si no ser bastante diestra en todo ello. Ella lo era.
Mientras que preparaba el chocolate Ginny se dio cuenta de que había tenido que pasar mucho tiempo separada de su novio para que pudieran darse un tiempo a solas, hacer el amor había sido consecuencia de la soledad que habían sentido al estar tanto tiempo separados, ahora sabía que cuando regresaran a Hogwarts regresarían de nuevo a la rutina de no verse por días, incluso semanas, porque Harry tenía que cumplir con sus deberes además de tener que seguir con sus entrenamientos, y aunque Eris ya no lo acaparaba tanto aun así no lo vería mucho tiempo. Entonces pensó que todo ese tiempo esperando ver a su novio había valido la pena, hacer el amor era la recompensa por todo ese tiempo esperando a verle. Pensó que si era necesario lo volvería a esperar otra vez para tenerlo solo para ella, y tal vez volver a hacer el amor con él.
La chica esperó hasta que estuviera hirviendo el contenido de la olla para agregar lo que ella conocía como el toque Weasley, su madre le había dicho que si era buena cocinando con el tiempo ella encontraría una forma de darle un mejor toque a todo lo hiciera, al menos con el chocolate así había sido, le ponía un poco de mantequilla y una raja de canela, la chica probo su creación después de haberle agregado el toque Weasley. Había quedado delicioso.
Tomo dos tarros y los lleno del chocolate caliente pensando en que diría Harry de aquella sorpresa en el momento en que le diera a probar del chocolate.
-Parece que alguien tuvo suerte anoche-escucho la voz de alguien a sus espaldas
La pelirroja dio un pequeño salto de susto al escuchar aquel comentario y volteo rápido a ver quién era la persona que estaba detrás de ella. Parado en el marco de la puerta estaba Tom Riddley, la chica quiso hablar pero en ese momento se dio cuenta de algo extraño. Ya había notado que el recuerdo había comenzado a envejecer, hasta ese día Tom se había visto como un hombre maduro pero ahora varias arrugas habían aparecido en la frente del recuerdo, su pose orgullosa ahora parecía estar desapareciendo y ahora se veía algo encorvado y lo más importante era que su cabello ahora lucia en varios lugares unas cuantas canas, ahora parecía un hombre de por lo menos unos cincuenta años.
-¿Te la pasaste bien con Potter, Ginny?-pregunto Tom acercándose a ella
La chica se puso en guardia rápidamente pero su atención era robada por el nuevo aspecto del Horrocruxe.
-¿Sabes? Estoy algo desilusionado-comento Tom acercándose a ver qué había en la olla-me sorprendí mucho cuando salí de tu mente y me entere de que te acostaste con Potter
-¿En verdad?-pregunto Ginny tratando de hacer tiempo y averiguar lo quesea que le estuviera pasando a Tom
-Sí, esperaba ser el primero que te hiciera todas esas cosas-el recuerdo miro a la chica-esperaba ser el primero que te hiciera sentir todo eso
Ginny miro al recuerdo y mostro una sonrisa despectiva, el ver a Tom perdiendo su joven presencia y el hecho de sentirse tan cerca de Harry la lleno de valor.
-Sí, pero ¿Que importa?-dijo el Horrocruxe encogiéndose de hombros-me conformare con hacértelo todos los días por el resto de tu vida
-¿Y qué te hace pensar que yo lo haría contigo?-respondió la pelirroja sintiendo molestia ante ese comentario
-Ho, créeme, lo harás-aseguro el recuerdo sin cambiar su aspecto serio-y eso que estás haciendo… tratando de mantenerme débil pensando en Potter, no te servirá
-¿Qué?
-Tratar de mantenerme sometido con recuerdos felices fue una buena estrategia, no lo niego, pero ya es tarde para eso
-¿Tú crees? Yo te veo algo débil, Tom ¿No será que te estoy venciendo?
-Ya te lo había dicho, Ginny, cada vez que estas con Potter yo me hago más poderoso, el que pienses en él no me debilitará
-¿De verdad?-pregunto Ginny sintiendo de pronto un ligero temor-yo veo todo lo contrario. Estuve con él anoche y tú de pronto apareces viéndote así. Tal vez por eso te enojaste
El recuerdo suspiro.
-Yo dije que estaba desilusionado-dijo el Horrocruxe y de pronto mostro una sonrisa, no como las pasadas que lucían tranquilas y hasta confiables esta era como las antiguas, pero ahora lucía más maligna, había mucho más maldad en esa sonrisa que en cualquiera que le hubiera visto-el que te acostaras con Potter fue lo más conveniente para mí me acabas de ayudar como no tienes idea, mi querida Ginny
Y entonces el recuerdo comenzó a desvanecerse, fue lentamente y lo último que se desvaneció fue la cruel sonrisa de Tom Riddley. La chica se sintió completamente asustada y perdida. Hacía menos de cinco minutos era la mujer más feliz del mundo y ahora todo se había arruinado gracias al recuerdo. Se recargo en la estufa y cerró los ojos tratando de recordar la maravillosa noche que había pasado con Harry, sin embargo el recuerdo de la sonrisa maligna de Tom no la dejaba, recordó la primera vez que le había dicho que el estar con Harry le hacía más poderoso, en ese momento había pensado que tan solo la quería molestar como siempre lo hacía pero ahora no estaba segura, trato de centrar sus pensamientos en el hecho de que Tom estaba envejeciendo, tal vez en realidad estar con Harry le debilitaba y solo quería manipularla para alejarla de Harry y que él pudiera recuperarse; si, eso debía de ser, trato de convencerse de ello pero la sonrisa de Tom regresaba a su mente una y otra y otra vez. Estaba segura que esa sonrisa no era fingida, algo estaba tramando Tom.
La pelirroja miro el caldero con el chocolate y se obligó a si misma a olvidar todo lo que tuviera que ver Riddley, terminó de servir el chocolate caliente y sacudió su cabeza para alejar todo recuerdo del Horrocruxe; se decidió a volver a la cama con Harry.
La chica se sentó en la cama a un lado de su novio y puso ambos tarros en el buro más cercano, examino el rostro del chico y sonrió sintiendo que la horrible experiencia con Tom se diluía en su mente. Se quitó la camisa quedando completamente desnuda y se recostó a su lado, justo en el momento en que la pelirroja se acomodaba a su lado el joven mago abrió los ojos con aire soñoliento.
-Volviste-murmuro Harry sonriente
La pelirroja sonrió encantada al verle despierto y se apretó a su cuerpo en un fuerte abrazo.
-¿Ya estabas despierto?-pregunto Ginny
-Si-respondió el joven mago estirándose con cierta pereza- pero no estabas, supuse que habrías ido al baño
-Fui a hacerte una sorpresa-dijo la muchacha y le indico con la mirada que viera al buro que tenía a un lado
Harry miro con curiosidad los dos tarros y tomo uno, la chica le miro esperanzada y tapándose el pecho con la cobija, observo como su novio le daba un trago al contenido del tarro y sonreía saboreando el chocolate.
-Huele bien-dijo Harry y le dio otro sorbo-y sabe mucho mejor ¿Tu lo hiciste?
La pelirroja asintió con un movimiento de la cabeza.
-¿Qué le pusiste? Esta delicioso
-Tan solo el toque Weasley-respondió la pelirroja con una sonrisa
Mientras que el joven mago le daba un nuevo sorbo a la taza observo a la chica que tenía a su lado, aunque le estaba mirando con una expresión de enorme amor aun podía adivinarse una expresión traviesa, señal de que pertenecía a la familia Weasley. Observo con atención la cara salpicada por pecas, bajo levemente la mirada y observo como la chica abrazaba la cobija para ocultar sus pechos, admitió que estos no eran muy grandes pero en el cuerpo de Ginny, una atleta nata, eran una bendición, siguió bajando la mirada y se deleitó viendo las piernas blancas de la chica, la cobija no se las cubría y podía observarlas cuanto quisiera.
-¿Qué piensas?-dijo Ginny
-En la mucha suerte que tengo-dijo Harry pensando que esas palabras sonaban sumamente falsas en aquel momento-estaba recordando… todo
La chica sonrió ante aquello y se acostó, con una mano jalo a Harry para que se pusiera sobre ella. Cuando la cobija que cubría el cuerpo de la pelirroja desapareció los dos cuerpo se volvieron a sentir, para Harry fue algo asombroso; después de tanto tiempo sintiéndose solo, a pesar de tener a dos estupendos amigos, estar con la muchacha era un cambio estupendo. Ahora solo disfrutaba sintiéndose seguro en el abrazo de la chica, sentir la lujuria al pegar su pecho contra los senos de Ginny y sentirse cerca de su intimidad le hizo olvidarse de todo el resto del mundo.
Mientras que Harry le besaba la pelirroja no pudo evitar recordar a Tom, su sonrisa, su maldad. Se obligó a sentir los labios de Harry en su cuello, pero a pesar de que comenzaba a sentir como la humedad en su interior crecía la sonrisa de Tom no desapareció de su mente. Estaba ahí, desnuda con Harry entre sus piernas, pronto volverían a hacer el amor y ella estaba pensando en Tom Riddley. Las cosas se habían puesto sumamente difíciles, Tom tenía la misma fuerza que tuvo cuando la poseyó poco antes de llevársela a la cámara de los secretos, ni siquiera el collar que le dio Alucard la protegía de él. Una voz en su mente le advirtió del peligro, le aconsejaba entre susurros que hablara con Harry, con Dumbledore y con cualquiera que le pudiera ayudar, cualquiera que le diera un esperanza de que Riddley no pudiera atacarle, mas sin embargo otra voz, su orgullo, le dijo que no era necesario hablar con nadie, que no necesitaba pedir ayuda, que ella podía hacer todo lo que se propusiera.
Mientras que ella abrazaba a Harry con las piernas dándole a entender que estaba lista para recibirlo la chica decidió que podía encargarse ella sola de deshacerse del molesto recuerdo olvidado.
-¿Qué hora es?-preguntó el joven mago, ya habían comenzado a vestirse y de pronto la necesidad por llegar al colegio les había asaltado
La pelirroja se miró la muñeca en donde solía usar su reloj pero en ese momento se hallaba ausente. Se encogió de hombros, ya se había puestos los pantalones y se estaba terminando de poner el sostén.
-Mmmm, no sé, pero es muy tarde-respondió la pelirroja
El joven mago miro la cantidad de luz que entraba por la ventana calculando que hora sería.
-Por lo menos estoy seguro de que ya no podrás llegar a la primera clase-dijo Harry-si nos apresuramos podrás ir al resto de tus clases
-¿Tan rápido quieres volver?-pregunto Ginny fingiendo tristeza-¿Porque te urge marcharte?
-No quiero pero debemos volver, en especial tu… tienes clases con McGonagall ¿Te imaginas que pasará si sigues faltando?
Ginny se lamentó y se llevó una mano a la frente maldiciéndose mentalmente.
-¡Diablos! Se me había olvidado que tenía Transformaciones, seguramente me matara si no llego de inmediato. ¡Hay que irnos ahora!
-Ahora eres tú a la que le te urge marcharse-se burló el joven mago
Hermione bajo de la habitación de los muchachos con una mirada de molestia, los muchos estudiantes que se topaban con ella en los escalones se hacían a un lado al verla, no porque fuera una prefecta, sino porque era una chica con mirada asesina que seguramente le sacaría los ojos a cualquiera que osase estorbarle. La chica había pasado a la habitación de su amigo descubriendo así que este no estaba y después de indagar un poco había comenzado a molestarse.
Aquella mañana se había levantado para estudiar, como era de costumbre, y después de un rato había salido de su habitación con la intención de ir a ver a Ginny, en el camino se topó con Karen, que al parecer ya estaba lista para sus clases aunque faltaran un par de horas para ello, la chica le informo que no había nadie en su habitación, la muchacha le dijo a Hermione que probablemente las tres chicas, Ginny, Maura y Karen, se habrían levantado temprano para ir a la biblioteca a estudiar; Hermione no le tomo mayor importancia y regreso a su habitación a seguir con sus deberes. Cuando se acercó la hora de ir a clases fue a la habitación de Harry para que salieran juntos a sus clases.
Desde que Ron estaba internado los dos habían tenido la costumbre de salir a clases juntos, lo hacían todos los días. Al llegar al dormitorio se encontró con una cama vacía, Neville estaba terminado de arreglarse y fue el él que le informo que Harry no había llegado en toda la noche. Hermione permaneció sorprendida sin embargo, después de varios segundos, su cerebro comenzó a atar cabos sueltos; Harry no vuelve en toda la noche, Ginny no está en su habitación porque supuestamente salió a la biblioteca a pesar de que es todavía temprano, y Ginny no es precisamente madrugadora. Se preguntó si el hecho de que los dos estuvieran ausentes era tan solo una casualidad, comenzó a sospechar que tal vez no lo era, si ellos dos estaban juntos… quien sabe cuántas cosas estarían haciendo, los conocía bien y estaba al tanto de que a veces ellos dos… no pensaban bien estando juntos, era cierto que a veces el amor hacía tonta a la gente. En Hogwarts había muchos lugares vacíos y sin posibilidad de que los sorprendieran. Eso le daba mala espina.
Ahora de solo pensar eso se ponía furiosa ¿Qué ninguno de esos dos Griffindor razonaban antes de actuar? Claro que no. Sin importar que estuvieran haciendo no podían darse el lujo de actuar de esa forma, primero que nada estaba prohibido no llegar a la torre de Griffindor, segundo ya iban a iniciar las clases y más les valía llegar porque si no habría muchos problemas. En especial porque su primera hora era con Snape.
¿Ahora en qué lugar podrían estar los dos Griffindor? La chica de ojos melados miro su reloj y decidió que ya era muy tarde para seguir preocupándose por esos dos tontos, tomo su mochila y salió de la torre de Griffindor hacia el aula de pociones, el andar por el pasillo lleno de estudiantes no mejoró su humor, un par de chicos la empujaron levemente al caminar a su lado y fueron recompensados por miradas fulminantes haciendo que los muchachos se encogieran de miedo. Al mirar más adelante pudo vislumbrar que, en medio del mar de gente, Maura caminaba con paso lento.
-¡Maura!-grito Hermione mientras que trataba de avanzar entre la marea de alumnos-¡Maura!
La Griffindor se detuvo y volteo hacia donde estaba Hermione, a la muchacha se ilumino la cara al ver a la chica de ojos melados y, al igual que Hermione, lucho por llegar a donde estaba ella.
-Hola, Hermione- saludo Maura y miro a su alrededor-¿Y Ginny?
-Creí que estaría contigo-dijo Hermione
-Mmmm… ¡Claro que lo está!… digo, estaba-dijo Maura rápidamente con rostro culpable-es solo que nos separamos… al salir de clases… y… creí que habría ido a buscarte a ti y a Harry pero… ¿Tu… porque buscabas a Ginny?
-Necesitaba preguntarle algo importante-dijo rápidamente-¿Dónde crees que pueda estar?
-No lo sé, tal vez fue al baño-dijo Maura y miro nerviosamente alrededor, como si estuviera buscando a su amiga entre todo aquel mar de alumnos-no debe de tardar en llegar, si quieres dime que es lo que le quieres preguntar y yo le doy el mensaje
-No, no, gracias es que es muy personal-Hermione también miro alrededor-creo que voy a buscarla
-¡No!-dijo Maura y la sujetó del brazo-será mejor que no, ya sabes que últimamente está muy sensible, puede que crea que la estas vigilando
La chica de ojos melados observo con sospecha a Maura, tuvo la intención de enfrentarse con la muchacha sin embargo pronto desistió de ello.
-Tienes razón-dijo Hermione con cara de frustración, suspiro frustrada y miro a Maura de forma crítica-¿Puedo decirte algo y no se lo dices a nadie?
-Por supuesto-dijo Maura aliviada, se había asustado al notar una leve sospecha en los ojos de Hermione-¿Qué sucede?
Hermione la miro dubitativamente y después de un rato suspiro, la tomo de un brazo y la llevo a una esquina de aquel pasillo para evitar que alguien les escuchara.
-Lo que sucede es que Harry no llego anoche-dijo Hermione mirando alrededor y asegurándose que nadie les espiara-fui a verlo hoy en la mañana y no estaba, Neville dijo que no llego a dormir
-¡¿Harry tampoco?!-pregunto Maura sorprendida
Hermione le tapó la boca rápidamente y miro alrededor, varios alumnos que caminaban cerca de ellas voltearon a verles curiosos.
-¿Quieres hablar más bajo, tonta?-le regaño la chica de ojos melados-¿A qué te refieres con eso de que Harry tampoco?
Ahora le toco a Maura revisar que nadie les escuchara y aunque no había nadie cerca de ellas jalo a Hermione de un brazo y la llevo a un lado de una armadura.
-Ginny no llego a dormir-le dijo en un susurro-creí que tal vez habría llegado muy tarde y levantado muy temprano o al menos eso esperaba
-¿Entonces me mentiste?-pregunto Hermione molesta
-Bueno… si… pero es que no quería causarle problemas a Ginny-se disculpó la chica
Hermione arrugo el entrecejo y suspiro.
-¿Es posible que ellos dos estén juntos?-pregunto Hermione más para sí misma que para Maura
-Más que posible-dijo Maura y Hermione le miro interrogante-es que ella salió anoche y me dijo que tenía una cita
Hermione le miro con una ceja alzada.
-Con Harry-aclaro la Griffindor
-¡Ya sé que con Harry!-le grito en un susurro-¿Con quién más iba a estar?-la castaña se recargo en la pared llevándose una mano a la cara con expresión exasperada-no puede ser. No puede ser. Solo faltaba eso, sabrá merlín donde están esos dos ahora, conociendo a esos dos pueden estar ahora mismo en el bosque prohibido en un enorme problema
-¿En tan mal concepto los tienes?-pregunto Maura-tan solo debió de habérseles hecho tarde y fue más seguro quedarse en otro lugar en vez de arriesgarse a llegar a la torre común
-Sí, claro-dijo escéptica-lo importante es que no se note su ausencia ahora
-Pues eso va a ser imposible porque ahorita nos toca clases con McGonagall-le informo Maura-ya tuve que inventarle a Sprout que se sentía mal del estómago y que tuvo que ir a la enfermera
-Bien, bien-murmuro Hermione pensando en que hacer-será mejor que llegues a clases a tiempo y no le des importancia a que no está Ginny
-Pero no por eso McGonagall no va a notar la ausencia de Ginny -argumentó Maura
-Lo sé, si te pregunta acerca de Ginny solo dile que no la has visto-dijo Hermione-si le dices que fue a la enfermera le va a ser fácil verificarlo con madame Pomfrey
-Tienes razón-dijo Maura sintiéndose cada vez más preocupada-¿Y tú no vas a tener problemas con Harry?
Hermione se rio con sarcasmo.
-Tengo clases con Snape, al le importa muy poco si Harry asiste a clases-dijo Hermione-solo nos bajara unos cuantos puntos pero si la profesora McGonagall me pregunta no quiero tener que mentirle
-Solo dile que no los has visto no estarás mintiéndole
Hermione arrugo el ceño y miro a otro lado exasperada. Quedaron en esperar a que ambos Griffindor aparecieran, si no lo hacían los buscarían ellas mismas, ignoraban en donde pero de ello se preocuparían después.
Los dos Griffindor se aparecieron en las cocinas de Hogwarts, aunque los elfos voltearon a verles ninguno les tomo demasiada importancia ya que estaban centrados por completo en elaborar la comida para los estudiantes. Los dos chicos soltaron las nudosas manos de Dobby y este les sonrió complacido.
-Espero que Dobby les haya ayudado en todo-dijo el elfo
El pequeño elfo miró emocionado como los dos Griffindor seguían abrazados por la cintura, el buen humor que mostraban sus amigos le hizo pensar que su trabajo había sido excepcional.
-Todo estuvo muy bien, Dobby-dijo Harry felicitándole
-Muchas gracias por todo-le dijo una sonriente pelirroja y le puso una mano en el hombro
El elfo chillo emocionado y se inclinó varias veces contento.
-Ahora Dobby debe ir a trabajar, Harry Potter, señor-dijo Dobby-si me necesitan solo llámenme
-Espera, Dobby-dijo Harry antes de que Dobby desapareciera entre los demás elfos-no le digas a nadie de esto ¿Si?
-Como digas usted, Harry Potter, señor
La joven pareja salió de las cocinas y aun sin dejar de abrazarse caminaron hacia los salones de clases. La sensación de interminable amor seguía con ellos sin embargo ahora que habían vuelto al colegio poco apoco comenzaban a regresar a la realidad, lo primero que los aquejo fueron las clases que habían perdido, especialmente Ginny parecía contrariada por ello. Después de todo McGonagall sería una pesadilla más tarde.
-Bueno, y ahora ¿Cuál es el plan?-pregunto Ginny tratando de mantener la calma
-No hay ninguno-dijo Harry después de pensar un par de segundos
-¡Tienes que tener uno!-exclamo Ginny soltando a Harry, estaban caminando por el pasillo abrazados por la cintura, pero ahora la pelirroja se había alejado y veía a su novio entre molesta y temerosa-¡Tú me secuestraste! ¿Sabes lo que me hará McGonagall?
Harry se rio levemente al ver la desesperación de su novia y como respuesta recibió un fuerte golpe.
-¡Dime tu plan!-exigió la pelirroja
-Bien… ¿Hay alguien en quien confíes en la clase que tienes ahorita?-pregunto el joven mago
-Maura-dijo Ginny sin dudarlo
-Perfecto-dijo Harry-vas a esperarla cerca del salón de clases y cuando salga idean una excusa y van de inmediato con McGonagall para decírsela
-¿Ese es tu famoso plan?-pregunto Ginny algo decepcionada-¿Y si no me cree?
Harry se encogió de hombros, la chica le dio un fuerte golpe en el hombro sin embargo después le dio un beso tierno en los labios; era muy probable que la profesora animaga le riñera y castigara, pero no le importaba, había valido la pena.
-¿Y tú que vas a hacer?-pregunto
-Lo mismo, esperare a Hermione-dijo sin darle mucha importancia a la situación-después de todo tengo clases con Snape, el que no me presente a clases le alegrara el día
Los dos Griffindor siguieron caminando hasta que llegaron a una bifurcación que los separaría, el pasillo que iba a la derecha llevaba a las mazmorras y el de la izquierda a las aulas superiores, donde estaba a punto de terminar la clase de transformaciones.
-Entonces… ¿Nos vemos al rato?-pregunto Ginny
Harry asintió y le dio un beso más, Ginny le abrazo por un largo rato.
-Debimos de quedarnos en cama-murmuro la pelirroja dando un leve quejido
La pareja se separó, Ginny observo como el muchacho caminaba en dirección del aula de Snape; sonrió recordando la maravillosa velada que había pasado, recordó como habían hecho el amor durante toda la noche, aún sentía aquella deliciosa sensación de Harry dentro de ella. Después de desayunar se habían quitado la ropa y, al contrario de la noche anterior, se habían tomado su tiempo; ella había podido verle sin prenda alguna y, aunque se había muerto de la pena, ella había permitido que el la mirara sin restricciones; ella había estado de pie mientras que el, sentado en la cama, le veía con el deseo grabado en los ojos, el rubor había aparecido en su rostro y poco después había vuelto a entrar en ella. Le había dolido igual que en la primera vez… sin embargo después de un tiempo se había convertido en un dolor algo placentero.
La pelirroja decidió que ya era hora de marcharse a su aula, mientras que caminaba se percató de comenzaba a sentir el miedo a la ira de la profesora animaga. Apresuro el paso aunque sabía que por más temprano que llegara no se salvaría de su destino, rogo porque entre su amiga y ella pudieran inventar una buena mentira. De repente, cuando estaba a punto de llegar al aula recordó que debía de hacer algo todavía más importante que su asunto con McGonagall, se detuvo y miro a su alrededor, no había ningún lugar adecuado para hacerlo y después de meditarlo un poco regreso por donde había venido.
Harry estuvo esperando mucho tiempo frente a la mazmorra donde Snape estaba dando clases, desde ese lugar podía escuchar el leve murmullo que era la voz del profesor dando las últimas instrucciones para la siguiente clase. Al contrario de Ginny él no estaba nada nervioso, lo único que le hacía sentir cierta ansiedad era el hablar con su amiga, sabía que su amiga era bastante comprensiva pero aun así no sabía cómo reaccionaría al verle.
Harry se sabía seguro ya que en esos momentos llevaba puesta la capa de invisibilidad, cuando había estado a punto de llegar a las mazmorras se acordó de que llevaba consigo aquella capa, había regresado corriendo para prestársela a la pelirroja pero esta ya había desaparecido.
Después de un rato más la puerta se abrió y salieron varios alumnos, alcanzó a ver a un solitario Malfoy, a Crabbe, Goyle y Blaise Zabini, poco después salió aquel misterioso alumno llamado Garyel Zelin (la parte de Harry que gustaba de investigar reacciono al ver que el chico mostraba una apariencia cansada y poco concentrada), y por fin, después de un rato más de esperar, pudo ver a Hermione caminar completamente sola entre esa muchedumbre.
Harry se apresuró a seguirla a distancia segura para que nadie pudiera chocar con él, cuando por fin se fue despejando el pasillo Harry pudo acercarse a su amiga lo suficiente como para susurrarle para llamar su atención.
-Hermione-le susurro lo más bajo posible
La chica se detuvo de inmediato dando un leve salto por el susto, volteo alarmada pero no pudo ver a nadie
-Hermione- insistió el Griffindor
La chica se giró rápidamente pero siguió sin ver a nadie. Arrugó el ceño al verse de nuevo sola en el pasillo, los demás alumnos había desaparecido desde hacía un rato. La chica siguió caminando sin dejar de mirar a su alrededor.
-¡Hermione!
Finalmente la Griffindor volteo decidiendo finalmente averiguar quién la molestaba, Harry se percató que más adelante estaba uno de los pasadizos secreto que conocía, oculto detrás de un papel tapiz. Se acercó más a Hermione y tomo su brazo para empujarla lo más pronto posible al pasadizo secreto. La chica grito al sentir el brazo invisible de su amigo.
-Hermione… Hermione… ¡Espera, Hermione!-pidió Harry cuando estuvo detrás del papel tapiz, la castaña había comenzado a sacudirse y dar patada y golpes a modo de protesta por aquella violenta acometida-¿Quieres dejar de pegarme?
-¡AHHHHHHHHH!-grito Hermione muerta del susto
-¡Hermione! ¡Detente!-grito el joven mago
La chica se detuvo de repente al reconocer el grito de su amigo; miro alrededor, no había nadie en aquel lugar pero la chica parecía haber entendido la situación, pareció intuir donde debía de estar su amigo.
-¿Harry? ¿Eres tú?-pregunto Hermione
-¡Por supuesto que soy yo!-gruño el muchacho-¿Tenías que pegarme tan duro?
La castaña se había quedado quieta viendo el lugar donde debería de estar su amigo, le veía con los ojos muy abiertos como una pequeña niña atenta en algo realmente asombroso. Hermione levanto una mano y la acerco lentamente tratando de encontrar a su amigo, sintió el primer toque con la tela de la capa de invisibilidad y poco después levanto la otra mano y con suma rapidez le dio un fuerte coscorrón haciendo que el muchacho se llevara la mano a la cabeza mientras que le lagrimeaban los ojos por el dolor. La capa se le había caído y ahora Hermione le veía claramente.
-¡Maldición, Hermione!-grito el joven mago-¿Por qué hiciste eso?
-¿Qué porque hice eso?-pregunto Hermione molesta y dándole varios golpes
El joven mago solo podía cubrirse con los brazos, trató de alejarse de su amiga pero esta lo persiguió sin darle tregua, después de un rato la chica de ojos melados pareció cansarse y después de haberle un par de golpe más se alejó permitiendo que el muchacho se enderezara lentamente, asustado.
- ¿Y bien? ¿Qué tienes que decirme? Le costaste cincuenta puntos a Griffindor por no haber asistido a clases-dijo furiosa Hermione sintiendo algo de cansancio-¡Cincuenta!
-¿Ni siquiera te da gusto verme sano y salvo?-pregunto el muchacho molesto por el recibimiento de la chica-falte a clases de Snape… ¿Y no piensas que me pudo pasar algo?
-¿Preocuparme?-se rio de forma sarcástica-¿Por quién? ¿Por ti o por Ginny?
Harry se quedó callado, esperaba que Hermione no supiera que Ginny también estaba desaparecida.
-Sí, Harry, lo sé-dijo Hermione
-¿Q-que tanto sabes?-pregunto Harry realmente asustado
-¡Que ella no fue a clases!-grito Hermione, el muchacho se sintió aliviado ante ello pero se esforzó por que su amiga no lo notara-¡faltó a dos clases! No tienes idea de cuánto le va afectar eso para los T.I.M.O.S. ¿Qué crees que le dirá McGonagall en cuanto la vea?
-Oye, tranquilízate, no es para tanto-dijo Harry
La chica le miro como si no creyera lo que le decía el joven mago, Harry, al ver la expresión de su amiga, supo que acababa de cometer un enorme error. La chica de ojos melados parecía querer gritar pero se obligó a respirar profundamente varias veces para tranquilizarse, miro a su amigo ya segura de que podría hablar sin gritarle.
-¿En qué mundo arriesgar los T.I.M.O.S. no es para tanto?-dijo lo más calmada posible pero apretando con fuerza la mandíbula-Si tú quieres arriesgarte a perder tu futuro está bien pero…
-Está bien, de acuerdo, me equivoque-admitió Harry temiendo una nueva paliza por parte de su amiga-no debí de haberla mantenido lejos de clases, lo siento
-No me digas eso a mí-dijo Hermione secamente-díselo a Ginny cuando repruebe todos sus T.I.M.O.S.
-Mira, me vi con Ginny para poder estar un rato juntos-dijo Harry-hace mucho tiempo que no estábamos juntos, ella estaba muy estresada y sabes muy bien que parecía que estaba a punto de explotar si no se relajaba, yo solo quería que estuviera bien ¿No crees que de seguir así lo más seguro es que reprobara por no concentrarse?
Hermione suspiro y tuvo que aceptar mentalmente que su amigo tenía la razón, recordó el aspecto que tenía la pelirroja con todo ese estrés, recordó todas las veces en que a ella misma parecía que los deberes le habían consumirían por completo, especialmente recordó su tercer año en Hogwarts, en esos momentos ella habría agradecido que alguien le cuidara y se preocupara como Harry lo hacía con la pelirroja. La chica de ojos melados se tranquilizó aún más al pensar que tal vez su amigo tenía razón en ello, si de esa forma Ginny se recuperaba de aquella crisis que comenzaba a sufrir tal vez valía un poco la pena el arriesgarse tanto; con tal de recuperar a la sonriente y llena de vida Ginny creía poder pasar por alto aquella enorme falta. O tal vez tan solo no regañarlos tantos.
-Está bien-acepto Hermione pero aún conservaba su aspecto enojado-por el momento ya pagaste un poco de tu culpa…dejémoslo así
La chica de ojos melados se recargo en la pared y se quedó callada, el muchacho la vio y también guardo silencio, ahora ninguno de los dos hablaba, no sabía si su amiga seguiría molesta con ellos por haberse tomado aquel pequeño descanso y, aunque temía seguir provocando a la chica de ojos melados, se atrevió a tratar de hablar con ella.
-Y entonces… ¿algo interesante en clase?-pregunto Harry
La chica le fulmino con la mirada.
-¿A parte de los cincuenta puntos menos para Griffindor?-pregunto con sarcasmo la castaña-nada
-Ya me regañaste mucho, Hermione-dijo Harry-¿Crees que podrías dejar de tratarme así? ¿Qué no habrías hecho lo mismo si pudieras estar un ratito con alguien a quien amas?
Hermione guardo silencio, aquellas palabras habían hecho mella en ella; por un momento la chica de ojos melados recordó a Víctor, el corto tiempo que habían pasado juntos había sido el más feliz de toda su vida. Si le dieran la oportunidad de estar con él por un día, por tan solo una hora… por supuesto que la tomaría, daría incluso una semana de clases por volver a estar un tiempo más con él. Hermione miro a Harry ya sin la expresión de ira que tenía.
-Está bien, tú ganas-dijo Hermione y le sonrió levemente
-Gracias-respondió Harry aliviado-no sabes cuánto lo aprecio
La chica ofreció su mano.
-¿Tregua?-dijo Hermione
-Tregua-respondió Harry
El muchacho se encamino a la salida de aquel pasadizo cuando de pronto Hermione lo detuvo poniéndole una mano en el hombro y le pregunto algo.
-¿Por lo menos la llevaste a un buen lugar?-pregunto la Griffindor
-¿Qué?-pregunto Harry
-¿Qué si al menos la llevaste a un buen lugar?-repitió la muchacha-si saliste con ella al menos debiste llevarla un lugar tranquilo, donde pudieran estar a solas y que no los sorprendieran
-Mmm, si, si, la lleve a un buen lugar-dijo Harry tratando de irse de aquel lugar, de pronto se sintió alarmado por el camino que llevaba esa platica
-¿A dónde fue?-pregunto interesada la chica de ojos melados
-Hemmm, tu sabes, por aquí, por allá-dijo Harry sin verla-en realidad no estuvimos en un solo lugar ¿Ya nos vamos?
-¿Harry?-pregunto Hermione
-Hermione ya vámonos, se no hace de tarde
-¿Harry, a donde la llevaste?-dijo Hermione, le había tomado fuertemente de un brazo para evitar que escapara
-Por ahí, Hermione-dijo Harry bastante nervioso
La chica no lo soltó, se acercó a él y lo miro atentamente tratando de descubrir la verdad en sus ojos, Harry esquivo su mirada varias veces y de pronto Hermione puso una expresión de sorpresa, soltó el brazo del muchacho y retrocedió abriendo la boca asombrada para después tapársela con una mano.
-¡¿LO HICIERON?!
Afuera los estudiantes que estaban alrededor de aquel lugar miraron para todos lados confundidos por aquel fuerte grito que aun resonaba en sus adoloridos oídos.
Maura salió del aula de transformaciones sintiendo un enorme alivio en su pecho, la profesora había preguntado por Ginny, como claramente se lo esperaba; pero su grandioso don por las mentiras la había salvado, no se sentía orgullosa de ello pero cuando la situación lo ameritaba podía decir mentiras tan convincentes que ni sus padres, y a veces ni siquiera ella, podía darse cuenta de la mentira, ahora se había asegurado de que la profesora animaga no preguntara por su amiga otra vez. Se sintió aliviada además de contenta ya que ahora Ginny estaba en deuda con ella, sin duda algún día cobraría aquel favor, y se aprovecharía muy bien aquella deuda.
La Griffindor sintió una leve molestia por tener que caminar de nuevo por aquel mar de gente, le fastidiaba los lugares concurridos, cuando salían de clases ella y Ginny regresaban a la torre de Griffindor por uno de los muchos pasadizos secretos que la pelirroja conocía pero en esos momentos no podía hacerlo ya que tenía la leve esperanza de que encontrarse con Ginny, tenía la ilusión de ver entre aquel mar de gente alguna cabellera pelirroja. Como si alguien le hubiera leído la mente en ese momento la Griffindor escuchó un ruido extraño.
-Chisssst-Maura volteo pero tan solo vio una multitud de alumnos detrás de ella- Chisssst… Chisssst
Maura miro a otro lugar y de pronto vio a Ginny, la pelirroja se ocultaba detrás de una enorme armadura, de aquellas que parecían que hubieran sido hechas para alguien del tamaño de Hagrid; su amiga le miraba con urgencia y movía la mano haciendo una señal para que se acercara. El rostro de Maura se ilumino al ver a su amiga y sintió que un peso se le quitaba de encima, obviamente también tuvo la enorme necesidad de reñir a la pelirroja, de la misma forma que en ese momento Hermione estaba reprimiendo al novio de su amiga, sin embargo Maura era mucho más comprensiva que Hermione y la sensación de alivio por ver sana y salva a Ginny pudo más que el enojo que sentía.
-¡Ginny!-la saludó contenta, se acercó a su amiga
-¡Shhhhh!-Ginny se llevó un dedo a la boca-¿Quieres guardar silencio?
La pelirroja miraba al mar de alumnos como si temiera que alguien en especial la viera y se pudiera meter en problemas por ello.
-¿Qué pasa?-le pegunto Maura con curiosidad
-Estoy en problemas-le susurro la chica
-¿Por qué? ¿Qué paso?-pregunto Maura con gravedad y, sin saber por qué, susurrando igual que su amiga
La chica le miro atentamente, Maura distinguió un leve rubor en el rostro de la pelirroja, parecía estar indecisa entre confiar su problema o guardar silencio.
-¿Qué pasa?-pregunto Maura comenzando a preocuparse por su amiga-¿Tiene que ver con Harry? ¿Él está bien? ¿Tu estas bien?
La pelirroja se sonrojo aún más.
-Sí, no, más o menos-murmuro la pelirroja-¿Traes la Which heart de la semana pasada?
-Por supuesto-dijo Maura extrañada por la pregunta
La pelirroja le tomo de la mano y la llevo por un pasillo que estaba algo más despejado que aquel, la Griffindor se percató que Ginny le llevaba hacía las mazmorras, recordó que Harry debía de tener clases por aquella zona y se le cruzo por la mente la horrible posibilidad que algo le hubiera pasado mientras que estuvieron afuera. Las Griffindor entraron a una de las mazmorras en desuso. No estaba Harry, lo que le alivio enormemente, y lo primero que vio fue un caldero solitario, por la nube de humo ligeramente sonrosado la Griffindor se imaginó que aquella poción estaba comenzando a hervir.
-¿Me prestas la revista?-pregunto Ginny un tanto sonrojada y sin verle directamente
Maura le vio extrañada y asintió, saco de su mochila aquella Which heart, la portada de la revista era de color rosa pastel y se podía leer en el encabezado el libro rosa del sexo con letras blancas además de otros pequeños títulos como ¡Como hacer de tu sexualidad un verdadero encanto!, ¿Te aburriste de la posición del caldero burbujeante y el gato en la escoba? ¡Prueba estas otras!, ¡Haz que la varita de tu chico te haga más encantamientos!.
Maura vio como la pelirroja ojeaba con ligera aprensión la revista y se acercó al caldero, el contenido era un líquido rojo carmesí, su olor era demasiado dulce para su gusto; observo los ingredientes que estaban a un lado del caldero. Mientras que los examinaba se preguntó por qué su amiga estaría haciendo una poción, la había escuchado muchas veces decir que nunca haría una poción si no estaba su propia vida en riesgo, y hasta eso se lo pensaría muchas veces antes de plantearse hacerla.
-¿Alas de Pixies?-murmuro con extrañeza volteando a ver a Ginny
Las alas de Pixie no eran un ingrediente muy común, las alas de Pixie hacían a las pociones inestables ya que hacían que el efecto de la poción se centrara en una parte en específico del cuerpo humano. ¿Qué quería hacer su amiga?
De pronto todo pareció tener sentido, abrió la boca sorprendida sin saber que decir. La pelirroja parecía haber encontrado el artículo que buscaba y enterró la cara en el interior de aquella revista. Maura sabía exactamente cuál de los artículos había estado buscando.
-No-dijo Maura incrédula
La chica se volvió a acercar al caldero y le puso más atención, poción anticonceptiva, eso es lo que era aquel brebaje. Las alas de Pixies ocasionaban que el efecto de la poción se centrará en un lugar en especial… en el útero de la chica que se tomara la poción. En una mesa cercan pudo ver unas yerbas que eran las que daban la propiedad anticonceptiva a la poción, si se aplicaban demasiado podría causar una reacción alérgica, los demás ingredientes eran simplemente para reducir el efecto toxico de aquellas yerbas mal olientes; se acercó a su amiga y, en efecto, estaba leyendo el artículo que ella creía ¡Poción anticonceptiva hecha en casa! No te arriesgues a milagros inesperados. Maura se quedó callada, demasiado impresionada, esperando a que Ginny dijera algo pero esta simplemente estaba callada viendo el artículo con la cara roja de vergüenza.
-No puede ser-dijo Maura finalmente llevándose la mano a la cara sintiéndose desfallecer-lo primero que te digo y lo primero que no haces
-¿Qué? –pregunto Ginny volteando a ver a su amiga
-Que haces precisamente lo contrario a lo que te digo-dijo su amiga, en ese momento se sentía como una hermana mayor riñendo a su hermana por alguna travesura hecha
-Tú no me dijiste nada de eso-espeto la pelirroja
-No me salgas con eso, te lo dije ¿Qué no te dije cuídate?-pregunto Maura exasperada-recuérdalo, Weasley, te dije cuídate
-¡Pero no te referías a esto!-alego Ginny volviendo a susurrar como si temiera que alguien pudiera escucharla
-¡Cuando digo cuídate me refiero a muchas cosas!-dijo también en un susurro-¿Qué no pudiste tomarte tu tiempo y CUIDARTE?
-¿Y qué crees que estoy haciendo?-susurro molesta la pelirroja poniendo su atención en la poción
Maura respiro profundamente un par de veces, tenía razón Ginny, por lo menos estaba asegurándose de que no hubiera ningún accidente con respecto a ello. Un silencio incomodo se apodero de las dos, Maura carraspeo la garganta tratando de romper el hielo pero Ginny no le hizo caso.
-Así que… tú y Harry-dijo incomoda-¿Qué tal estuvo?
-¿Qué te parece si me ayudas con esto?-pregunto Ginny algo alterada y tratando de cambiar el tema
-Sí, sí, claro-dijo Maura rápidamente-¿Qué paso? ¿En qué te ayudo?
-La poción no debería de verse así
La pelirroja le ofrecía la revista y la chica la tomo, leyó las instrucciones pero en realidad no era necesario, el Which heart era la revista favorita de ambas chicas sin embargo esa edición las había cautivado, en el mundo mágico el sexo era poco más que tabú, la apertura a la sexualidad eran de las pocas cosas en las que estaban más avanzados los muggles; obviamente las dos Griffindor habían leído aquella revista hasta casi aprendérselo de memoria, aquel artículo les había llamado la atención, no tanto como el de las posiciones sexuales pero aun así lo habían estudiado con ahínco. Según las instrucciones del Which heart para ese momento la poción debería de tener un color rosa claro con líneas de color blanco, como si fuera un caramelo, sin embargo la poción era de color carmesí. Maura nunca había hecho una poción por si sola por lo que no estaba segura de saber qué es lo que había salido mal.
Las dos Griffindor intercambiaron una mirada de aprensión y segundos después Maura se encogió de hombros, pocos segundos después Ginny le pasó una libreta en donde había anotado lo que había hecho. Maura sintió un ligero alivio, el uso de bitácoras era obligatorio con Snape, y como solía decir Snape por lo menos así sabían las incompetencias que hacían, por una sola vez se alegraba de que Snape les obligara a llevar aquellas odiosas bitácoras. La Griffindor leyó atentamente las notas de la pelirroja analizando todo el proceso y comparándolo con las instrucciones de la revista.
-Creo que se arreglara si la diluimos un poco, le pusiste demasiadas alas de Pixies-dijo Maura pensativa-¿No será mejor si lo haces todo de nuevo?
-No, quiero tomármela lo más rápido posible-dijo Ginny
Maura la miro con aire critico pero decidió que sería más útil que pusiera su atención en la poción y no en criticar a su amiga. Por el momento solo podía hervir el contenido del caldero, solo así podrían saber que tan mal estaba. Mientras que veían la poción burbujear aquella incomodidad volvió a aparecer entre ellas.
-Así que… Harry… los dos… ¿Ustedes…-dijo Maura carraspeando algo incomoda-¿El termino en…
-¿Es necesario que hablemos de eso?-pregunto Ginny poniéndose roja de vergüenza
-¡Pues me lo debes!-dijo Maura-tuve que cubrirte con Sprout y McGonagall!
-¡McGonagall!-dijo Ginny alegre de poder concentrarse en algo que no fuera, del todo, lo sucedido con Harry aquella noche-se me había olvidado ¡Ahora tengo que pensar en ella también!
-No te preocupes-respondió la muchacha-ya te dije que me encargue de ella
-¿En verdad?-pregunto Ginny-¿Qué le dijiste?
-Lo único que garantiza que no volverá a preguntar por ti-respondió la muchacha con un amago de sonrisa
-¡¿Qué?!-rugió Ginny cuando su amiga le dijo la mentira-¿Por qué le dijiste eso?
-Por que funciona-respondió la chica restándole importancia-si no me crees recuerda como me libre de un castigo cuando falte un par de sus clases
Ginny le miro con reproche pero no dijo nada, recordó aquella ocasión en que su amiga había faltado por verse con su supuesto amor de la vida, había inventado otra excusa igual de vergonzosa pero había funcionado, Maura al parecer sabía qué tipo de cosas hacían sentir incomoda a la demás gente. Se contentó con pensar que posiblemente así McGonagall no le molestaría. Las dos chicas miraron de nuevo el caldero, habían aparecido las líneas blancas en la poción pero el color seguía siendo demasiado rojo.
-¿Estas segura de que quieres tomarla?-pregunto Maura indecisa viendo el articulo-no se ve como en la fotografía de la revista
-Pues me arriesgare-murmuró preocupada la pelirroja
-Podrías pedirle ayuda a Snape-comento Maura
Ginny imagino la cara que pondría el profesor de pociones si ella llegara a pedirle ayuda para hacer una poción anticonceptiva, sintió un leve escalofrió y pensó que preferiría pasar por la consecuencias de una poción mal hecha antes de pedirle ayuda a su profesor de pociones.
-O a Hermione
-No-respondió la pelirroja-creo que prefiero que no se entere de esto
-Y si no sale bien pues… ya sabes que pasara-dijo Maura sonriendo divertida y fingiendo que mecía un niño en sus brazos
-¡No lo digas ni en broma!-gruño la pelirroja
-Bueno yo solo decía-la chica se volvió a quedar callada un rato-¿Te gusto? Ya sabes… desde el principio… he escuchado que duele un poco
La pelirroja le miro con el ceño fruncido.
-Me lo debes-le espeto Maura contenta de haber engañado a McGonagall, sin duda esa era la mejor forma de cobrarle el favor
La chica se sonrojo y asintió, Maura sonrió y miro la poción, ahora ya se parecía más a la poción de la foto.
-¿Fue especial?-volvió a preguntar la chica
-Muchísimo-respondió Ginny avergonzada tratando de ignorar la risa cómplice de su amiga-¿Quieres callarte? Creo que prefiero las consecuencias a seguir escuchándote
La pequeña niña mantenía los ojos cerrados, escuchaba con atención los fuertes murmullos que resonaban a su alrededor; Eris sostenía en sus manitas el galeón de oro, nunca la había sentido más pesada como en aquel momento. Cuando la Griffindor abrió los ojos pudo ver una marea de alumnos caminando por el pasillo en el que estaba.
Eris estaba sentada en una banca, había tenido la intención de ir a ver a Ron pero a mitad del camino la conversación que había tenido con el regresó a su mente, había estado pensando mucho en lo que le había dicho su amigo pero solo en ese momento se había planteado seriamente la posibilidad de seguir el consejo del pelirrojo. Durante esos días se había esforzado por mantenerse enojada con su hermanito, los primeros días lo había conseguido pero ahora inclusive le costaba recordar que no le hablaba cada vez que se lo llegaba a encontrar en los pasillos o en la sala común.
Todo lo que hacía ahora inevitablemente tenía que ver con él, inclusive cada vez que platicaba con su padre, vía lechuza, también tenía relación con él. Le había contado a su padre acerca de los entrenamientos con el muchacho, no estaba segura que le hubiera creído, el respondía animadamente a sus comentarios con alegría pero ella tenía la sensación de que tan solo le seguía la corriente.
Volvió a recordar la plática con el pelirrojo y miro pensativa el mar de gente que seguía pasando frente a ella, ya había terminado el día y todos regresaban a sus salas comunes. Sus pensamientos se hicieron más presentes y con la menor cavilación, comparable a la que se utiliza cada vez que se decide si vas a dar un paso después de otro al caminar, decidió sacar su varita y toco con ella la moneda falsa.
La pequeña niña sintió un enorme nerviosismo pero ya estaba hecho, se levantó de la banca y tomando la mochila se encamino al último lugar en el que había estado con su hermano. La sala en desuso estaba lejos y aunque camino lentamente al llegar se dio cuenta que Harry aún no había llegado.
Se sentó en el suelo y espero tranquilamente preguntándose si su hermanito iría a verle, habían varias posibilidades, la que más se le venía a la mente era que su hermanito, enfadado con ella, no quisiera verle, otra era que no llevara consigo la moneda por lo que no supiera que le había hablado, tal vez su hermano no sabía si querer verle y posiblemente no iría a la cita.
Sin embargo al poco tiempo la pequeña niña escucho que la puerta se habría, la pequeña Griffindor levanto la cabeza y pudo ver al joven mago parado en el marco de la puerta, buscándola. El corazón de la niña se agito de inmediato. ¡Si había ido!
Harry la vio, entró al aula y se acercó a su hermanita pero se detuvo a unos pasos de ella temeroso de provocar una pelea con la pequeña.
-Eris-murmuro el joven mago
La pequeña Griffindor no dijo nada, solo le observo atentamente.
-Hola-dijo Eris con seriedad, se levantó y de un momento hizo algo que quería hacer desde hacía varios días
Corrió a abrazarlo. El chico recibió el abrazo un tanto sorprendido para después corresponderle, Harry quiso decir algo pero no pudo, estaba tan aliviado porque su hermanita estuviera de nuevo con el que no pudo articular una sola palabra.
-Perdón-dijo Eris con un susurro que Harry apenas escucho-perdóname me equivoque
Harry se agacho para poderle ver mejor, habían pasado apenas unos cuantos días pero para el habían sido similares a meses, inclusive parecía que Eris hubiera crecido demasiado durante ese corto tiempo. La niña estaba llorando, el joven mago le limpio las pequeñas lágrimas que corrían por su carita, y aun sin poder decir nada la abrazo.
Durante ese tiempo solo había podido pensar en la seguridad de su hermanita. No había dejado de pensar en la leyenda que giraba en torno a la familia Nisher, las grandiosas y misteriosas habilidades de Eris, la necesidad de protegerla ante todo.
-Lo siento-dijo Eris abrazando más fuerte a Harry
-Ya no digas nada
El muchacho escucho la disculpa de su hermanita pero solo la abrazó más fuerte, ahora lo menos que quería era hablar de algún estúpido pleito. Le sonrió a la niña tratando de hacerle entender que no había nada por lo que disculparla.
-¿Me perdonas?-pregunto insistió Eris
-No sé de qué me hablas-dijo Harry-no creo que haya algo de que perdonarte
-Fui mala-murmuro con un puchero en su rostro-me porte como una tonta
Harry observo a su hermanita.
-Yo también me equivoque-dijo Harry-no confíe en ti es solo que…
La niña lo observó con sus ojos sumamente azules tal y como lo había hecho la primera vez que se habían visto, en el campo de Quidditch, puso una mano en la boca de Harry y bajo la mirada con culpabilidad.
-Estas con Ginny-dijo Eris- eso… está… está… bien, eso creo ¿La quieres?
-Si-acepto el muchacho
-¿Y ella te quiere?
-Eso creo… si-dijo Harry recordando la noche que habían pasado juntos
La pequeña asintió.
-Solo… solo… no dejes de ser mi hermanito ¿De acuerdo?
Eris levanto la mirada y le sonrió, sin embargo otra lágrima solitaria recorrió su mejilla izquierda; el muchacho no era un experto en sentimientos, tampoco sabía cómo actuar frente a ellos, pero supo identificar esa lágrima como la última para aceptar la relación entre su primer amor y otra chica. Antes de que el joven mago pudiera limpiarle la lágrima la niña se alejó y le dio la espalda, pudo ver como se limpia la lágrima con la manga de su uniforme.
-Adivina… algo muy bueno paso-dijo Eris con rostro de emoción-¡Adivina!
-No sé ¿Qué pasó?-pregunto Harry divertido ante el rápido cambio en su hermana, aunque estaba seguro de que aquella tristeza no se había ido del todo
-¡No! ¡Tienes que adivinar!-dijo la pequeña sacando la varita de su bolsillo, no espero a que Harry respondiera-Phyro Patronus
-¿Qué?-pregunto Harry sin comprender muy bien a que se refería, observo la varita y le miro sorprendido-¿Acaso… ese es el encantamiento?
-¡Sí!-grito emocionada la niña alzando las manitas triunfantes
En ese momento hasta Harry olvidó el tiempo que estuvieron separados, que la niña había estado triste, y hasta de que había hecho el amor con su novia la noche anterior.
-Pero ya tratamos con ese encantamiento, fue un fracaso-dijo el muchacho
-Ya le encontré el truco-respondió Eris-hay dos formas para lograrlo, hacer el Patronus normal y transformarlo es más fácil pero se gasta más energía; y hacerlo con el encantamiento directamente, gasta menos energía pero es más difícil hacerlo
El chico miro impresionado a la niña, en ese momento pudo apreciar claramente como su hermana se veía más grande y fuerte, especialmente fuerte.
-¿Quieres enseñarme como lo haces?-pregunto Harry claramente sorprendido
La niña sonrió, fue una sonrisa que enamoro ligeramente al muchacho.
-Mira bien-dijo la niña viendo la sala entera y preparándose para sorprender a Harry-¡Phyro Patronus!
Solía haber semanas en que su galeón falso permanecía apagado, inclusive mientras que había estado en funcionamiento el ED solamente mandaba mensajes referentes al grupo pero rara vez recibía uno. Ahora aquella tarde el galeón se había vuelto a calentar, era la tercera vez. El primer mensaje había sido de Eris y la reconciliación había surgido de ese encuentro; el segundo mensaje había sido de Ron, le pedía verle de emergencia, solo le platico acerca de las ansias de estar con Hermione, de confesarle a Ariana los sentimientos que tenía hacía la chica de ojos melados y el creciente fastidio de estar acostado todo el día. Harry deseo haber tenido su habilidad de predecir el futuro en esos momentos, así habría podido evitar esa platica con su estúpido amigo. Le había costado trabajo pero había logrado convencerlo de que mantuviera sus emociones ocultas por lo menos hasta que fuera dado de alta y pudiera arreglárselas él solo.
Aquel tercer mensaje le dio mala espina y volvió a desear poder predecir el futuro, lamentablemente tardaría varios años en llegar la siguiente alineación planetaria. Al ver la moneda falsa sintió malestar ante el nombre de Hermione grabado en la moneda junto al mensaje.
Te espero en la sala de los menesteres, más te vale venir.
Tan solo la agresividad que le transmitían aquellas palabras le puso bastante inquieto pero supo que le iría peor si no acudía a aquella cita. Al llegar a la sala se encontró en una sala muy parecida a la de la profesora McGonagall, Hermione se encontrara sentada frente a una mesa repleta de libros.
-Mmm… hem… ¿Hola?-pregunto Harry
Hermione, que había estado leyendo uno de los libros, alzo la mirada y observo a su amigo.
-Harry… necesito hablar contigo-Hermione le señalo una silla para que se sentara frente a ella-estoy muy preocupada
-¿Porque?-pregunto el muchacho
La chica cerró los ojos y los mantuvo así un rato, como si estuviera tratando de encontrar las mejores palabras para expresarse, después de un rato la chica los abrió y miro a su amigo con detenimiento.
-Harry, me platicaste acerca de… de lo que paso entre tú y Ginny
-Si… pero no se lo vayas a decir -respondió el mago recriminándose mentalmente por haber cedido tan fácilmente frente a su amiga
-Estoy muy preocupada, Harry-repitió cerrando los ojos
-Ya lo dijiste… ¿Pero porque?-pregunto Harry exasperado-no entiendo nada
-Me preocupe especialmente cuando me dijiste que no se cuidaron-dijo haciendo caso omiso del comentario de Harry-eso no debe de pasar de nuevo
-¡SI! Por supuesto… no volver a pasar ¿Podemos olvidarlo?
-¿Sabes que podría pasar si no se cuidan cuando hacen… eso?
-¡Lo sé! ¡Lo sé!-dijo el joven mago-por cierto… no te preocupes por eso… me encontré con Ginny hace rato y me dijo que ya se había encargado de eso
-¿Y te parece correcto que solamente ella se esté preocupando por no embarazarse?-inquirió la chica de ojos melados molesta
-No, por supuesto que no-respondió rápidamente esforzándose en calmar a su amiga lo más rápido posible-es solo que… ¡las clases! ¡Sí!... Las clases no me habían dejado ir a verla, no nos quedamos de acuerdo con respecto a eso de la poción anticonceptiva
Hermione le miro con una ceja levantada.
-Cuando me contaste que no te protegiste me enoje mucho-dijo Hermione volviendo al tema original- pero recapacite y me di cuenta de algo… los Dursley no debieron de haberte dicho nada de este tema
Harry observo sintiendo como aquel malestar en su estómago aumentaba de pronto. Comenzó a darse cuenta que es lo que estaba pasando.
-Oye, Hermione, no es necesario todo esto-dijo levantándose lentamente-yo ya se todo con respecto a… a… eso y tal vez…
-Harry… siéntate-dijo Hermione viéndole con ojos de pocos amigos, el muchacho asintió temeroso y la obedeció-para empezar a lo que le dices eso se llama SEXO… y segundo… vas a escuchar y no vas a decir nada ¿De acuerdo?
Harry trago saliva y asintió.
-Esto no es fácil tampoco para mí pero prefiero hacerlo en vez de ver a Ginny dejar sus estudios por cuidar de un bebe-dijo Hermione, tomo uno de los libros y lo ojeo-bien, empecemos por el principio órganos sexuales
-¡Hey! ¿En verdad? ¿Me vas a hablar de sexo?
-¿Me ves riéndome?-dijo lanzándole una mirada de advertencia el chico negó con la cabeza y la muchacha puso su atención al libro-para empezar hablaremos de los órganos sexuales, las chicas contamos con vagina, útero, trompas de Falopio y ovarios, esos son los órganos sexuales internos, también tenemos algunos externos como el clítoris, los labios internos y los externos ¿Lo ves, Harry?-pregunto Hermione mostrándole el libro al joven mago, en él había una imagen de una chica en la que se podía notar la representación de los órganos sexuales mientras que en la otra página se mostraba directamente la foto de la entrepierna de una mujer dándole mayor relevancia a los labios vaginales, Harry frunció el ceño tratando de no ver aquellas imágenes pero una nueva mirada de advertencia de Hermione lo obligo a prestar atención-existen otros caracteres sexuales presentes en las chicas, los más notorios son los senos
-Hermione… en verdad….-dijo Harry sintiendo como su rostro ardía por la vergüenza
-Estos pueden variar de tamaño-siguió hablando sin hacerle caso a su amigo-esto ya dependerá de cada chica, pero la mayoría de los pechos pueden tener un tamaño estándar, más o menos como los míos, ahora hablemos de los chicos… los chicos tienen pene
-¡Bien! ¡De acuerdo!-exclamo Harry levantándose de la silla-creo que de eso ya se demasiado
-¿En verdad?-pregunto Hermione mostrando una mirada tranquila
-Sí, me parece que no podrás decirme algo que yo no sepa
-Ho, de acuerdo-dijo Hermione-entonces ya que sabemos de los órganos sexuales podremos pasar al siguiente tema
La chica cerro el libro y agarro otro y busco una hoja en especial.
-Pasemos al coito
-¿Al que?
-Al coito, relaciones sexuales, acostarse con alguien, hacer el amor-dijo Hermione- o como vulgarmente dicen los chicos coj…
-¡Hermione!
-¿Qué, Harry?-pregunto la muchacha
-No es necesario… ¡En verdad!
-Claro que lo es-dijo Hermione sonrojándose por primera vez-escucha esto tampoco es fácil para mí pero es necesario para que aprendas a protegerte la próxima vez que lo hagas, ahora siéntate… entre menos me interrumpas más rápido terminaremos
El chico se dio cuenta que Hermione no le dejaría en paz si no la obedecía y después de darse cuenta que no había forma de escapar de ello se sentó sintiendo como su rostro estaba rojo de vergüenza.
-Bien, sigamos, cuando el hombre recibe un estímulo comienza a excitarse ocasionando que…
Cuando la pelirroja observo como su mejor amiga subía por las escaleras que iban a las habitaciones de las chicas por fin sintió que se podía relajar, su día había sido cansado tanto por lo complicado que se estaban volviendo sus asignaturas como por la actitud que había tomado su amiga con ella. La verdad Maura parecía más nerviosa que ella misma por el tema de la poción anticonceptiva y casi todo el día se la había pasado preguntándole si en verdad estaba segura que la poción hubiera funcionado.
Lo único que le alentaba a permanecer despierta era precisamente la persona que se encontraba en una de las mesas que estaban en la sala común, el chico tenía su cuerpo recargado sobre la mesa y su cabeza apoyada sobre los brazos, veía atentamente al resto de los alumnos que aún no se habían marchado a dormir, su rostro reflejaba aburrición y cansancio.
Caminando hacia él se esforzó por no poner lo que Maura había comenzado a llamar una sonrisa de completa estupidez. La pelirroja se sentó junto a su novio y recargando todo su peso a su costado, había esperado que el chico reaccionara amorosamente, que le abrazara y que le repitiera las mismas palabras que le había dicho antes de que partieran de Grimould Place, sin embargo el joven mago siguió inmóvil, la única diferencia que noto fue que su rostro expresó una enorme frustración, sintiendo una creciente decepción miro a su novio con reproche.
-¿Qué paso? ¿Qué tienes? ¿Mal día?
El joven mago le miro con fastidio.
-Algo mucho peor-gruño el muchacho
-¿Qué sucedió?-pregunto Ginny frunciendo el entrecejo
-No quiero hablar de eso
La pelirroja le examino con la mirada tratando de adivinar que sería lo que había puesto a su novio con ese insufrible humor, no tenía moretones ni golpes por lo que no había sido entrenamiento con Alucard, al estar temprano en la sala común evidenciaba que tampoco había tenido una de las sesiones con Dumbledore, lo único que se pudo imaginar es que hubiera tenido un encuentro desagradable con algún idiota.
-Anda, dime que sucedió-dijo Ginny tratando de ser comprensible
En ese momento el hueco de detrás del retrato se abrió y entro Hermione, Ginny noto que la chica de ojos melados se había detenido apenas hubo entrado a la sala común y les miraba con el ceño fruncido, Harry esquivó espectacularmente su mirada.
-Harry… Ginny…-saludo Hermione con suma seriedad al pasar junto a ellos para dirigirse a su habitación-que pasen buenas noches
Ginny observo atentamente a Hermione mientras subía por las escaleras y después volteo a ver a su novio, el cual había vuelto a mirar al resto de los alumnos.
-¿Soy yo o sentí una brisa gélida cuando Hermione nos saludó?-pregunto extrañada la pelirroja
-Prefiero no pensar en ello-murmuro el joven mago
-¿Te peleaste con Hermione?
-Ojala fuera eso
La chica siguió insistiéndole hasta que el joven mago desistió y le conto todo lo que había sucedido.
-Hermione…Hermione… Hermione-murmuro indeciso el muchacho
-Si… Hermione ¿Qué sucedió con ella?-pregunto Ginny
-Ella…
-¿Si?
-Ella… sabe… ella lo sabe-murmuro Harry
-¿Qué sabe?-pregunto curiosa la pelirroja
El chico volteo y la vio ceñudamente, Ginny abrió los ojos sorprendida al comprender de que estaba hablando su novio.
-¡¿Se lo contaste?!-pregunto Ginny murmurando furiosa-¡Se lo contaste! ¡No puedo creerlo! ¿Acaso no pudiste dejar de ser hombre y mantener la bocota cerrada?
-¡Hey! ¿Por qué crees que yo le contaría algo? ¿Y de dónde sacaste eso de que por ser hombre no puedo mantener la boca cerrada?
-Eres hombre-dijo Ginny molesta cruzándose de brazos-todos los hombres presumen… ¡Todo! ¡Siempre presumen todo!
-Yo no le conté nada a Hermione-se defendió el mucho gruñendo
-¿Y entonces como se enteró?
-Es Hermione de quien estamos hablando-dijo Harry-basto con verme a los ojos para que supiera que hicimos el amor
-Eso es una estupidez-respondió Ginny
-¿No me crees? Ve con ella y veras como se entera hasta de cuantas veces lo hicimos con tan solo darte un vistazo-gruño el muchacho señalando las escaleras por donde había desaparecido la Griffindor
-¿E-en verdad?-pregunto Ginny sorprendida-hum… curioso, creí que eso eran inventos de brujas viejas y amargadas
La pelirroja abrazo a su novio y le pidió perdón y aunque el chico la perdono de inmediato mantuvo el rostro de amargura.
-¿Qué es lo que te pasa ahora?-pregunto Ginny-No puede ser algo peor que lo de Hermione
-¿Quieres apostar?-dijo con una sonrisa burlona
Harry suspiro.
-Hermione… ella…-el joven mago miro el rededor para que nadie le pudiera escuchar-ella… me dio la platica
-¿La plática?-Ginny arqueó una ceja
-Si… la "platica"-insistio el joven mago-ya sabes… esa "platica"
Ginny entendió a qué se refería y entonces comenzó a reírse a carcajadas, los alumnos, que habían comenzado a jugar una partida de Snap explosivo voltearon a verles intrigados, al poco tiempo se escuchó una fuerte explosión causado por las cartas mágicas.
-¿Hermione te dio la PLATICA?-pregunto Ginny sin poder dejar de reírse
-¿Te parece gracioso?-le pregunto molesto-espera a mañana, eres la que sigue
-¿Ho, en verdad? Lo siento, a mi dieron la "plática" hace mucho tiempo
-Sigue riéndote y nunca más pasara lo de ayer
-Sí, claro-dijo Ginny con sarcasmo sentándose en la piernas del joven mago-¿crees que podrás estar más de un día sin mí?
Ginny le dio un apasionado beso que el joven mago no devolvió. A pesar de que Harry le veía malhumorado la chica no disminuyo su buen humor, ahora comprendía perfectamente por que el muchacho tenía ese aspecto.
-De acuerdo… dejare de reír… dejare de reír-sin embargo apenas unos segundos después estallo en risas de nuevo-vamos… no te enojes… ¡Ya se! ¿Qué te parece si en señal de paz…
Pero la pelirroja no dijo nada, guardo silencio y segundos después le susurro algo al oído.
-¿Y cómo… o más bien… donde planeas hacerme eso?-pregunto el joven mago, la pelirroja pudo ver que su semblante se había suavizado levemente
-Echaré a las chicas del cuarto-dijo Ginny-no se molestaran si es solo una noche… o aguarda… no, creo que no se podrá esta noche
-¿Por qué?
-Maura esta… molestando mucho-el Griffindor le miro interrogativamente-le conté lo de nosotros
-¡Se lo contaste!-le regaño el joven mago indignado-¡No puedo creerlo! Me regañas a mí porque según le conté a Hermione y tú ya le contaste todo a Maura… ¡y tu si lo hiciste de verdad!
-Cálmate… estas son cosas que no nos podemos ocultar las chicas… son cosas de chicas
-¡Cosas de chicas!-grito Harry-odio eso de cosas de chicas… espero que esa platica que te de Hermione sea tan vergonzosa como la mía
El joven mago se cruzó de brazos y recordó como aquella tarde mientras que él llegaba al gran salón a comer Ginny se estaba marchando para dirigirse a una clase, se habían saludado y Harry le había preguntado sobre algo que podría ser malo. Un embarazo no deseado.
La pelirroja le había mirado un poco acomplejada pero le respondió que ya se había encargado de ello. El joven mago se sintió culpable por pensar en ello muy tarde y se disculpó con su novia.
-No te preocupes, yo también lo había pasado por alto-le había dicho la pelirroja
El joven mago escucho que alguien llamaba a Ginny, era Maura que le esperaba en las puertas del gran comedor, la chica señalaba su reloj insistentemente, ya era tarde.
-¿Estas segura que todo está bien?-dijo Harry mirando a Maura, la chica le estaba viendo algo raro, como si fuera un bicho feo-¿No necesitas algo más?
Ginny se paró de puntillas para darle un rápido beso en los labios.
-Sí, no te preocupes… al rato hablamos ¿Esta bien?
Y sin esperar una respuesta la pelirroja se marchó corriendo. Ahora comprendía porque Maura le había mirado tan raro.
La chica le sonrió para tratar de tranquilizarle, le dio un ligero beso en los labios, le mordió levemente el cuello haciendo que Harry riera a causa de las cosquillas que le había provocado.
-¡Aja! ¡Sonreíste! ¡Estoy perdonada!-exclamo la pelirroja ocasionado que Harry riera de nuevo
El joven mago la observo sintiendo que el enojo disminuía y por un momento recordó su experiencia viendo las memorias de Snape, específicamente la forma en que Lily Evans había hecho sonreír al joven Severus Snape.
-¿Qué te parece si hacemos las pases?-dijo Ginny extendiendo una mano
El joven mago suspiro y acepto.
-Pero era verdad eso de que Hermione te dará la "platica" mañana-dijo Harry mientras que la pelirroja le abrazaba
-¿Qué?-pregunto Ginny asustándose al imaginarse lo desagradable que sería ello
Normalmente en ese pequeño parque se solían ver a muchas personas, solían haber madres charlando entre ellas mientras que sus hijos jugaban en el arenero o en los columpios, ancianos sentados en las bancas leyendo el periódico tranquilamente u hombres jugando con sus hijos adolescentes en los pastos, sin embargo ese día estaba completamente desierto, a excepción de una persona, un chico se encontraba en aquel lugar. Si alguien le hubiera visto sabría de inmediato que él no pertenecía a ese mundo, su vestimenta, una túnica negra, resaltaba de inmediato pero en realidad lo que saltaba más a la vista era la expresión en su rostro, la repulsión que sentía al estar en aquel lugar se adivinaba en sus ojos y la expresión, no soportaba la peste, apestaba a muggle.
Blaise Zabini no se encontraba en aquel lugar por gusto, estaba en aquel lugar porque el lord oscuro se lo había ordenado; en parte también estaba molesto por que había tenido que viajar mucho, no estaba de acuerdo que le citara en un lugar tan lejano a Hogwarts ya que faltaba muy poco tiempo para el partido de Quidditch y debía de tener todo preparado para la ocasión.
El chico miro el rededor con repugnancia, pensando en que diría su madre, esa maldita perra, si le viera en un lugar como ese. Aunque la odiaba también sentía por ella un extraño sentimiento de amor, después de todo era precisamente de ella que había aprendido a detestar a los muggles; ella siempre solía decir lo mismo, los muggles eran como las cucarachas, siempre estaban ahí contaminándolo todo, se reproducían sin control y no importaba cuantos mataras siempre habían más. Su madre era anti-muggle, apoyaba las ideas de lord Voldemort pero de ninguna manera era una Death Eather.
Ella no lo admitía, pero la razón de no volverse un Death Eather era por un miedo atroz que ocultaba con una máscara de repulsión; Blaise recordaba a la perfección de donde venía ese miedo. Drew Zabini era una mujer hermosa, pero sumamente lista, era de origen humilde y desde muy joven se percató que su belleza la podía sacar de muchos problemas, a pesar de su mente activa no reparó que esa misma belleza la podía meter de la misma forma en grandes dificultades.
Blaise había nacido de su segundo matrimonio, Drew al principio lo vio como un estorbo, después de todo… ¿Qué hombre se interesaría en una mujer con un lastre como ese? Mucho se equivocaba porque sus siguientes esposos la habían elegido por esposa por precisamente por ese estorbo. Blaise creció sabiendo que esos hombres con los que solía acostarse su madre eran simple herramientas para alcanzar un estilo de vida cómodo. Todos tenían el mismo propósito y también sufrían el mismo desenlace.
Uno de sus tantos maridos resulto ser un Death Eather, no era importante ni mucho menos influyente pero tenía dinero… y una enorme antipatía por el resto de la gente. Aquel Death Eather había formado una fortuna al vender una vieja fábrica de calderos obtenida por medios no del todo legales. Solo cuando Drew Zabini vio el mundo al pertenecía aquel hombre, el mundo de lord Voldemort supo que se había metido en algo grave, lo mejor era terminar el trabajo y marcharse lo más pronto posible.
El plan era sencillo, agregar un veneno indetectable a la bebida de su marido entonces se marcharía para siempre; sin embargo como Death Eather su marido era inmune a unos cuantos venenos, por casualidad soportaba el veneno que su esposa le había administrado. En esos tiempos Blaise tenía ocho años pero la maldad ya se había presentado en él, ya era inteligente y comprendía cómo funcionaba el mundo de verdad. Sabía que es lo que quería, y por supuesto que debía de mantener viva a su madre para poder sobrevivir hasta que fuera mayor. No podía permitir que su madre muriera.
Aun recordaba como el Death Eather, enfurecido al notar el sabor del veneno en su vaso, se acercó a una aterrorizada Drew con su varita en una mano y un cuchillo en la otra, el pequeño Blaise había intentado detenerle pero el tipo solo había reído y lo había lanzado hasta el otro lado de la sala con una patada. Al Death Eather solo se le había ocurrido un castigo digno para aquella maldita zorra, cortarle la cara, su mayor orgullo.
Tirado en el suelo junto a la chimenea Blaise vio como el tipo agarraba del cuello a su madre y le ponía el cuchillo cerca de su aterciopelada piel; cualquiera habría pensado que matar a alguien era algo difícil e impensable, pero para Blaise fue lo más satisfactorio tomar el atizador que tenía más cerca y enterrárselo lo más posible, le perforo un riñón en la primera acometida y cuando él estuvo de rodillas, Blaise ataco la espalda del hombre perforando uno de sus pulmones.
El Death Eather ahora veía más claramente que es lo que había pasado, mientras que estaba arrodillado y desangrándose se dio cuenta de que madre e hijo era unos completos sociópatas, a Drew no le había sorprendido que su hijo fuera capaz de matar, tal vez hasta se había sentido orgullosa. Drew no dudo en tomar el cuchillo de sus manos y degollarle.
Blaise no supo nunca en que momento su madre logró convertirle en el monstruo que era, no sabía si alguna vez fue normal y no le importaba saberlo, solo le importaba seguir con sus planes, su madre solo había hecho una cosa bien con él, enseñarle que siempre debía de pensar en el futuro para vivir, eso había sido su único verdadero regalo. Zabini había aprendido bien de ella y ahora ya no la necesitaba más, cuando terminara sus asuntos en Hogwarts vería como hacerse de aquella fortuna a nombre de Drew Zabini.
Un ligero viento lo saco de sus pensamientos, puso atención en un lugar cercano a los columpios en donde solían estar los niños muggles, de repente se apareció en aquel lugar un hombre de no menos de dos metros, era muy musculoso, un tupido cabello caía sobre sus hombros y rostro cuadrado, la barba no alcanzaba a cubrir los enormes colmillos en su boca. Blaise Zabini había visto un par de veces a Fenrir Greyback por lo que supo apreciar las diferencias físicas con el Greyback que ahora estaba frente a él, su musculatura y algunas cuantas características lobunas se habían hecho más presentes, aquellos colmillos era mucho más grandes, lo suficiente como para partir en dos un perro o cualquier ser vivo de tamaño similar; las garras en sus manos ahora parecían tan rígidas como el mismo acero, y el pelo… era como si tuviera un animal cubriéndole desde la cabeza hasta sus espaldas . El Slitheryn sabía que aquel hombre lobo había recibido un entrenamiento de Nomack especialmente para acabar con un sujeto rudo en Hogwarts.
Zabini examino lo que el licántropo había llevado consigo al aparecerse, un enorme armario. Greyback soltó aquel mueble y bajo la mano, ambos hombres se miraron atentamente y permanecieron en silencio. El aire se sacudió y entonces aparecieron dos mujeres y otro sujeto, EL sujeto. Blaise examino a la mujer que llevaba un mascara de hueso sobre su rostro, la otra no llevaba ninguna, y EL sujeto no necesitaba ocultar su identidad. Era lord Voldemort.
Blaise Zabini se acercó a los recién llegados e hizo una elegante reverencia cuando estuvo lo bastante cerca del lord oscuro. Ninguna de las dos brujas hizo caso de aquel muchacho, solo el mago oscuro se molestó en mirarle.
-Mi señor, recibí su mensaje-murmuro el Slitheryn-¿En qué puedo ayudarle?
-Blaise Zabini-murmuro Voldemort aparentemente intrigado en el chico-me has dejado impresionado, levántate
Zabini se irguió y miro directamente a los ojos a Voldemort, se obligó a sí mismo a que las emociones no afloraran de su interior, sintió un poco de temor al estar frente a aquel poderoso ser, sintió ira por no poder eliminarlo aun y emoción por que dentro de poco lograría sus objetivos. Los ojos del lord brillaron ante la mirada de Blaise.
-Estoy al tanto de tus movimientos, Blaise-dijo el lord-francamente creí que ya te habías rendido pero cumpliste tu deber
-Señor, solo cumplo con sus deseos-dijo Blaise
-Pues entonces tengo otra tarea para ti-dijo Voldemort-aquí traemos este armario, se me ha notificado que existe un armario similar en Hogwarts
Blaise examino con la mirada aquel armario, le dirigió una mirada interrogativa a Voldemort y este asintió, el Slitheryn se acercó al rustico mueble y lo abrió para ver su interior.
-Es un armario evanescente-murmuro
-Muy bien-concedió Voldemort-necesito que lo examines para que hagas que el de Hogwarts se comunique con este
El chico metió la cabeza dentro del armario y aprovecho para arrugar el ceño, sabía que la primera parte del plan iniciaría cuando Potter tocara la Snitch dorada y la segunda parte del plan cuando entrara en acción la destructora, un leve cambio en el plan, como utilizar un armario evanescente, alteraba el suyo.
-Se la clave para acceder a este armario-dijo Blaise sacando el rostro del mueble-solo tengo que sincronizarlo con el de Hogwarts, será fácil
-Excelente-dijo Voldemort-entonces te pido esa tarea
El lord oscuro le hizo una seña al hombre lobo y este se desapareció llevándose el armario evanescente, Voldemort tan solo se volteó sin molestarse en dirigirle otra palabra al Slitheryn, las Death Eather le imitaron pero justo antes de desvanecerse el chico se atrevió a hablarle al mago oscuro.
-¿Va a utilizar el armario para la invasión, mi lord?-pregunto Zabini
El lord oscuro se volteó lentamente, le miro atentamente, sus ojos brillaron con malicia.
-Tan solo preocúpate por tus asuntos
Los días siguientes fueron bastante tranquilos, el curso escolar estaba a punto de terminar, y aunque los de quinto y séptimo debían de presentar sus T.I.M.O.S. y E.X.T.A.S.I.S. correspondientemente no podían evitar distraerse pensando en los dos bailes que se acercaban y en la clausura de la copa de Quidditch. La mayoría de las chicas ya habían conseguido pareja y las que aún faltaban habían comenzado a desesperarse. Algo curioso había ocurrido en los chicos, los que todavía no encontraban pareja habían ideado una buena forma de acercarse a las chicas sin sentir temor, así como las chicas se juntaban en grupos incluso para ir a los baños ahora los chicos hacían lo mismo para tomar valor. Habían dado uno que otro resultado bueno pero en la mayoría de las veces las chicas huían aterradas ante aquel grupo de chicos solitarios y ansiosos por encontrar pareja.
Faltaba poco más de una semana para la Dumble-sorpresa, Ginny y Harry ya no tenían ningún impedimento para ir juntos al baile, Luna y Cho habían tomado la decisión de que no esperarían a que algún chico se interesara por ellas por que irían juntas, Maura estaría acompañada por un chico de Hufflepuf, Karen aun no tenía pareja, Hermione había recibido varias invitaciones pero las había rechazado cortésmente haciendo que Harry supusiera que lo hacía por Ron, ya fuera por que esperaba saber que pasaba entre él y Ariana o solamente para no alterar más al pelirrojo.
Ron iba a ser dado de alta apenas unos días antes de la Dumble-sorpresa y eso ocasionaba una enorme incertidumbre al joven mago ya que no sabía que es lo que haría su amigo cuando estuviera repuesto de sus heridas. Ginny le había confiado que Ariana iría a comprarse el vestido a Hogsmeade en la siguiente excursión, el mismo día que el chico se diera de alta.
El joven mago sabía que él era el único que estaba al tanto de la terrible situación en que estaba aquel extraño triángulo amoroso, normalmente Ginny se daría cuenta también de lo que sucedía pero sus estudios ahora consumían todo su tiempo y había vuelto a enterrarse entre montones de libros en la biblioteca. Harry no sabía que es lo que pasaría pero estaba seguro que el desenlace de esa historia pronto llegaría y no sería bonito.
Otra cosa que últimamente le había comenzado a estresar era el hecho de que se acercaba el cumpleaños de Ginny y para su fortuna, o des fortuna, ese día coincidía con la excursión a Hogsmeade. Los años anteriores simplemente la felicitaba o le daba un abrazo pero este sería el primer cumpleaños de Ginny en que eran novios y quería darle un regalo que fuera especial pero a pesar de que ya había comenzado a buscar algo de acuerdo a la ocasión aun no tenía éxito. Sin embargo todavía había tiempo para preocuparse por ello. O al menos eso creía él.
Últimamente el joven mago había tomado la costumbre de acompañar a Ginny mientras que ella hacía los deberes y estudiaba para los temibles T.I.M.O.S, él siempre permanecía sentado frente a su novia viéndola estudiar, de vez en cuando ella le sonreía o le daba un rápido beso en los labios mientras que murmuraba partes importantes de las lecciones que repasaba, sin embargo se habían hecho frecuentes las ocasiones en que la pelirroja murmuraba furiosa al no comprender las cosas que estaban en los libros. Ginny parecía tener problemas con encantamientos y el joven mago se ofreció a ayudarle, después de varias sesiones de estudio con la pelirroja pareció superar esos problemas.
Pronto el joven mago comenzó a ayudarle con el resto de las lecciones, herbología, transformaciones e inclusive defensa contra las artes oscuras formaron parte de sus sesiones de estudios, Ginny se sentía sumamente contenta ante eso porque ahora sentía que compartía con Harry una parte de su vida que hasta ese momento solo le había pertenecido a Eris. Aunque no lo admitía sentía muchos celos de la pequeña niña por el extraño vínculo que compartía con el joven mago pero ahora cada vez que veía a la pequeña no podía evitar sonreír al pensar que ya no acaparaba esa parte de Harry para ella sola.
Una tarde la pelirroja y el joven mago habían quedado de verse en la biblioteca para estudiar un poco de historia de magia, Harry no se sentía especialmente entusiasmado por esa asignatura ya que el mismo había reprobado aquel T.I.M.O. pero tras mucho insistir la pelirroja logró que el joven aceptara. Pasaron el resto del día tratando de memorizar detalles acerca de la rebelión de Centauros, el levantamiento en armas de los Gnomos y muchos datos igualmente aburridos. Cuando madame Pince apareció indicándoles que ya era hora de cerrar la biblioteca los dos Griffindor se marcharon a su sala común sin embargo a la chica se le ocurrió la fantástica idea de que el joven mago le ayudara con algunas contra maldiciones con los que tenía problemas.
Los Griffindor entraron en un aula vacía, aprovecharon la primera hora para besarse y darse unas cuantas caricias, el recuerdo de su primera vez aún estaba latente, la leve molestia en las ingles que Ginny había sentido hace tiempo había desaparecido ya, pero el recuerdo de Harry dentro de ella se había grabado en su memoria y no se borraría nunca, pero antes de que las caricias pasaran a algo más decidieron que ahora lo que más importaba era la razón por la que habían ido a aquel lugar. La chica le indico al joven mago sus dudas acerca de las contra maldiciones y el muchacho se las respondió. Sin embargo cuando los dos Griffindor iniciaron la práctica el joven mago supo apreciar la habilidad de la pelirroja con la varita.
-No sé porque me pediste ayuda si puedes hacer todo a la perfección-dijo Harry después de que Ginny le desarmara con un encantamiento sumamente sencillo -¿No será que me trajiste aquí para abusar de mí?
Ginny se rio negando con la cabeza.
-Claro que no, en verdad me costaban trabajo-dijo Ginny
Y en efecto, hasta el día anterior se había pasado todo el día practicando aquellos encantamientos pero parecía que simple y sencillamente la varita no quería obedecerle.
-Pues yo te veo muy preparada para el T.I.M.O. de defensa contra las artes oscuras-dijo Harry sentándose en una butaca del salón, la pelirroja se sentó en sus piernas de inmediato-en encantamientos también vas muy bien
-Pero en historia de la magia…-dijo Ginny y se pasó un dedo por el cuello haciendo un silbido-yo soy la que es historia
-Esfuérzate y tal vez la pases-se rió el muchacho-además no están importante esa materia… yo la reprobé y no me ha ido tan mal
-¿Lo dices en serio?-dijo Ginny en tono de burla-tu vida esta arruinada… vas a ser tan solo un simple y mediocre auror
-¿A si? ¿Y tú que pretendes ser? No me digas… ¿Jugadora de Quidditch? Ya se… vas a estar en los Tornados de…
-¡No lo digas ni en broma!-respondió Ginny-no, me gusta el Quidditch pero… creo que me interesa más ser Sanadora
-¿Sanadora?-pregunto Harry interesado-nunca me lo habías dicho
-Pues nunca me lo habías preguntado-dijo Ginny dándole un beso-no lo sé… hay algo que me atrae en todo ese estrés, la falta de sueño, atender a la gente herida
-Nunca me imaginé que te atrajera eso, creo que siempre te he visto como jugadora de Quidditch ¿Cómo será la Ginny sanadora?-Harry la miro atentamente-Ginny, la sexy sanadora
La pelirroja se rio y se abrazó a él.
-Pues si quiero ser sanadora debo de estudiar mucho
-Te ira muy bien, en todo lo que he visto que estudias te va bien, incluso con los hechizos eres toda una experta
Ginny dejó de sonreír lentamente, aún seguía abrazada a su novio por lo que él no se dio cuenta del cambio de expresión en la pelirroja, la muchacha recordó claramente como aquel molesto recuerdo le decía del vínculo que había entre ellos tres, mientras que estuviera con Harry tanto el, Riddley, como ella se fortalecerían.
-Me acuerdo del día en que les hice el examen de obstáculos, me pudiste desarmar fácilmente, si lo sigues haciendo así no tendrás problemas con los T.I.M.O.S.
La chica enterró la cara en el cuello de Harry tratando de olvidar toda cosa que le hubiera dicho aquel Horrocruxe.
-¿Estas bien?-le pregunto el Griffindor sacándola de sus pensamientos
-¿Qué? Hem… si, solo creo que estoy cansada-dijo Ginny-vámonos a la sala común ¿Si?
El chico asintió con la cabeza y los dos se levantaron, al caminar por los pasillos a la torre de Griffindor los dos Griffindor chocaron con algo invisible, Harry escucho un pequeño grito que identifico de inmediato, el joven mago levanto la mano y la movió en el aire hasta que encontró lo que buscaba, cuando bajo la mano Ginny pudo ver que había aparecido la capa de invisibilidad y que Hermione estaba ahora frente a ellos.
-¿Hermione?-preguntaron los dos Griffindor a la vez
La chica parecía sorprendida.
-¿Qué hacen ustedes aquí?-pregunto Hermione
-¿Tu qué haces aquí?-preguntaron Ginny y Harry a la vez
Los tres Griffindor se vieron entre sí, pero nadie dijo nada; Harry intuyo la razón de que andubiera afuera tan tarde.
-Tengo cosas que hacer, debo de… cumplir con mis deberes de prefecta-dijo Hermione rápidamente
Ginny y Harry se vieron entre si y asintieron, Hermione no les dijo nada y después de un incómodo silencio el muchacho le regreso la capa de invisibilidad. Los dos Griffindor se quedaron de pie en aquel lugar cuando la chica de ojos melados se hubo retirado oculta por la capa de Harry.
-Bien, tal vez podrías decirme que es lo que paso-dijo Ginny viendo a su novio
-Nos topamos con Hermione y ya, ya escuchaste que está cumpliendo con sus deberes de prefecta
-¿Y desde cuando los prefectos utilizan capas de invisibilidad para sus rondas?-le insistió la pelirroja
-Pues… ya sabes cómo está la inseguridad hoy en día en Hogwarts-dijo el joven mago y se dio vuelta para caminar en dirección a la sala común más sin embargo su novia le detuvo agarrándole de un hombro
-Anda, dime que es lo que pasa-dijo Ginny cruzándose de brazos y mirándole con el ceño fruncido
El joven mago suspiro y le conto que es lo que había pasado hasta ese momento entre Ron y Hermione. Cuando termino Ginny tenía los ojos abiertos como plato.
-Ron y… y… Hermione-dijo sorprendida y sin poder evitar pensar en el problema que se acercaba, en especial por Ariana
La chica de ojos melados se detuvo cuando estuvo a unos pasos del aula donde estaba alojado el pelirrojo, el corazón de Hermione latía sumamente rápido como ya se había hecho costumbre cuando estaba con él, la Griffindor reviso el galeón y pudo apreciar que el mensaje aún estaba en la moneda, ya la había leído varias veces sin embargo ahí estaba echándole otro vistazo a su galeón. Se preguntó que estaría pasando con su "amigo".
¿Podrías venir? Necesito tu ayuda-decía la moneda
Fueron tan solo unas pocas palabras pero a la chica de ojos melados le sorprendió lo rápido que la había dominado aquel mensaje. Ella había hecho planes para aquella noche, iba a estudiar, ponerse al día con sus deberes, se había atrasado precisamente porque pasaba mucho tiempo con el pelirrojo; hasta hace unos momentos ella había estado en la sala común, había apartado su mesa favorita y la había llenado de los libros y varios metros de pergamino nuevo sin embargo justo cuando apena comenzaba a escribir la primera letra sintió como el galeón de oro falso se calentaba. La frustración de Hermione no tardó en aparecer, no es que no quisiera estar con Ron sino que en verdad deseaba poder estudiar un poco aquella noche, mas sin embargo de pronto sintió un temor irracional ¿Y si le había pasado algo? Ron sabía que ella quería estudiar aquella noche y se imaginaba, deseaba, que él no le llamaría; Hermione sintió terror al pensar que tal vez había sufrido otro ataque o algo similar, miro el montón de libros y la única letra que había logrado escribir en su pergamino y sin otra opción la chica se levantó, tomo la capa de invisibilidad que le había prestado Harry y salió a toda prisa.
Ahora Hermione estaba frente a la puerta del aula donde se alojaba Ron y no pudo evitar preguntarse si lo que estaba haciendo era lo correcto; ella sentía cariño por Ron, de eso no había duda, pero tan solo era un cariño de amigos, ella no quería darle falsas esperanzas al pelirrojo, además estaba completamente segura de que aunque ella se repetía una y otra y otra vez que aquellas visitas que le hacía al pelirrojo eran tan solo visitas de amigos había algo que no estaba bien en ello.
La chica de ojos melados recordó algo que sucedió en los días en que Víctor aún vivía, ella ya se había vuelto su novia, llevaban unas cuantas semanas y no podía evitar sentirse la chica más feliz del mundo. Un día, mientras que ellos dos se encontraban recostados bajo un árbol de los terrenos del castillo una lechuza de color crema había ido a posarse junto a Víctor, llevaba una carta que él le informo venía desde su pueblo natal. No fue la única que llego mientras fueron novios y un día Víctor le informo que eran de una chica que conocía de hacía varios años, eran amigos desde que él todavía estaba en Durmstrang. Hermione no le tomo mayor importancia pero un día sucedió algo que le hizo pensar que esas cartas no eran del todo inocentes, aquel día Víctor le había invitado a sus aposentos en Hogwarts y ella había aceptado, ella nunca pensó en la posibilidad de que existiera cualquier tipo de contacto, ni siquiera los simples y castos besos que se habían llegado a dar, sin embargo después de pasar un rato platicando Víctor la había recostado en su cama y había comenzado un delicioso intercambio de caricias que ella no dudo en recibir, los besos que se habían dado eran mucho más lentos e igual de excitantes y cuando la chica de ojos melados comenzó a sentirse húmeda y ansiosa se escuchó un leve golpe en la puerta del Búlgaro, el muchacho se tuvo que levantar murmurando cosas en su idioma, Hermione estuvo segura que eran maldiciones. Cuando regreso a la cama Víctor le informo que debía de ir rápidamente a ver a Snape pero que regresaría lo más pronto posible.
Mientras que el Búlgaro estaba fuera Hermione aprovecho para apreciar mejor la habitación de Víctor, era sobria, sencilla, varios afiches de Quidditch atestiguaba su anterior profesión, en fin, demostraba totalmente la mente fría, seriedad y madurez que tanto le atraía a Hermione, mientras que caminaba cerca de un mueble la chica observo algunas miniaturas de escobas y otras de jugadores famosos de Quidditch haciéndola sentir cierta ternura por su novio. En ese momento vio unos cuantos rollos de pergamino en otro mueble cercano, mordiéndose un labio, curiosa, se acercó y tomo uno de ellos, miro la puerta cerrada y finalmente lo leyó, era una carta de su madre
Eran tan solo indicaciones que le hacía una madre preocupada a su hijo pequeño, sin poder evitarlo abrió otra carta que resulto ser de su padre y otra de su hermano, Robert. Sin embargo la siguiente carta resulto ser de la chica con la que se solía escribir, eran tan solo comentarios acerca de partidos viejos de Quidditch e intercambio de opiniones acerca de jugadas en prueba, sin embargo al final de aquella carta la chica le recordaba el cariño que sentía hacia él. Hermione sintió un pinchazo de celos pero no le tomo importancia, sin embargo la siguiente carta que leyó ya no eran comentarios acerca de Quidditch, en estos aunque parecían ser frases de cariño o compañerismo aparentemente inofensivo Hermione pudo percibir un leve tono de cariño no tan amistoso.
Pues cuídate mucho, come bien y no te duermas muy noche, acuérdate de que me preocupo mucho por ti… y si, ya sé que te gusta que me preocupe por ti así que lo seguiré haciendo
Aquel era tan solo un extracto de una carta, era una frase inofensiva pero por alguna razón Hermione sentía que había algo más que no le gustaba, había frases que eran más sugerentes pero cuando vio que la fecha de aquella carta era tan solo de dos días atrás no pudo evitar disgustarse. La chica dejo todo como estaba y espero a que Víctor llegara, cuando este volvió la Griffindor no pudo evitar mostrarse algo fría y aunque el búlgaro lo noto no mostro respuesta ante ello, tan solo le ofreció llevarla a su sala común para que hablaran después.
La chica estaba enfadada con él y lo evito por unos cuantos días, cuando el búlgaro finalmente logro encontrarse con ella, él le pregunto directamente si se comportaba así por el contenido de aquellas cartas, ella había pensado que el evitaría el tema así que por el hecho de que el hablara directamente de ello no pudo evitar sentirse desconcertada, él le explico que eran tan solo charlas que tenía con una amiga y nada mas pero ella no pudo evitar decirle que aquellos mensajes no eran de simple amistad. Le explico cómo es que estaban escritos y como llevaban una intensión oculta, y aunque ella se disculpaba por leerlos no quiso hablar más con él, a los dos días se volvieron a ver y Víctor le informo que después de haberlos leído con más atención coincidía con ella, admitió que tal vez no eran simples mensajes de amistad por lo que había decidido mandarle un último mensaje para informarle a su amiga que tenía novia y que era muy feliz con ella. Al día siguiente mientras que estaban juntos en el campo de Quidditch recibió la respuesta a la carta, una declaración de amor de la "amiga". El tiro el pergamino a la basura y no volvió a escribirle.
Ahora Hermione no podía evitar sentir que estaba ocurriendo lo mismo solo que esta vez ella era la amiga incomoda que afectaba al noviazgo entre Ron y Ariana. La chica de ojos melados tomo valor, después de todo ya estaba frente a la puerta, y entro al aula y se percató de que ya había una chica adentro y parecía estar forcejeando con el pelirrojo.
-¡No! ¡Ya te dije que no!-grito la chica que mantenía a Ron sentado en su cama por la fuerza
-¿Cho?-pregunto Hermione
La asiática volteo a verle y su rostro mostro una expresión de alivio
-¡Hermione! ¡Qué bueno que estas aquí!-dijo la Ravenclaw-¿Podrías ayudarme a convencer a Ron de que no salga de aquí? ¡Está loco!
Hermione se acercó a la Ravenclaw y miro a Ron que estaba rojo por el esfuerzo de pelear con la asiática, la chica de ojos melados sintió un nudo en el estómago al notar lo grande que le quedaba el uniforme escolar a su amigo, recordó que antes de que todo ello sucediera el uniforme le quedaba a la perfección, incluso tal vez un poco ajustado.
-Pero Ron… ¿Qué estás haciendo?-pregunto Hermione
-Ya no quiero está aquí-respondió el pelirrojo dejando de batallar a causa del cansancio -ya estoy harto… quiero volver a la torre de Griffindor
-Todavía no puedes, sigues débil-dijo Cho secándose el sudor que había aparecido en su frente-mírate como estas ahorita
-¡Pero me van a dar de alta en unos cuantos días!-gruño Ron-¿Qué importa si salgo antes?
-¡Que aún no estás bien!-grito Cho-siento que tengas que ver esto, Hermione ¿Él te llamo?
-Si-respondió Hermione sin saber cómo actuar
-No me extraña, quiere que alguien le saque de aquí y creo que pensó que tu si lo apoyarías-Cho suspiro agotada- madame Pomfrey me pidió que viniera a darle un chequeo y me lo encontré tratando de escapar de aquí
-Hermione… tú tienes que apoyarme-dijo Ron suplicante-mírame, ya estoy bien
Hermione pensó que en realidad era totalmente lo contrario, tan solo ver lo grande que le quedaba la ropa le hacía sentirse mal.
-Ron… creo que Cho tiene razón-dijo Hermione
-Claro que no… mírame estoy bien-el pelirrojo se bajó de la cama y se mantuvo de pie con los brazos abiertos como si estuviera manteniendo el equilibrio
Cho bufo y se volteó para no ver al Griffindor.
-¿Sabes qué? Haz lo que quieras… yo no ve voy a responsabilizar por ti, no soy una niñera
La chica de ojos melados miro a los dos, Ron le miraba con esperanza en sus ojos mientras que Cho mantenía una cara de clara negatividad.
-Hermione… por favor… apóyame
Hermione miro de nuevo a Cho, esta supo que la Griffindor le estaba pidiendo ayuda, camino de un lado para otro pensando, se sentía molesta especialmente porque Hermione no le estaba apoyando, miro a Ron y después hablo.
-Pues no te voy a prohibir que salgas-dijo Cho-si quieres irte… pues vete
-¿Pero no podría hacerle mal?-pregunto Hermione
Cho bufo, no quiso pensar en nada más.
-Ron esta físicamente bien, progreso muy rápido-dijo Cho con un suspiro-pero aún hay peligro de que tenga una infección o algún ataque… puede irse si se mantiene al día con sus medicamentos
-¡Y lo hare!-dijo Ron emocionado-por supuesto que lo hare, no me olvidare de nada
-Hermione… ¿Crees que podrás responsabilizarte de él? Porque francamente yo no confió en su capacidad de recordar que medicina tomar y a qué hora tomarla
Hermione se mordió un labio, indecisa, Ron le sonreía alentándole y Cho se cruzaba de brazos con una mirada de advertencia.
-Te recuerdo de que si no toma sus medicinas correctamente hay muchas posibilidades de que recaiga-advirtió la Ravenclaw
-Pues… creo que si-dijo finalmente Hermione-no crea que sea más difícil que recordarle sobre sus deberes
Ron dio un grito de alegría y Cho suspiro negando con la cabeza. El pelirrojo comenzó a guardar todas sus cosas mientras que la asiática escribía instrucciones en un papel y le explicaba a Hermione como debían de administrarle todos los medicamentos.
Y mientras que los dos Griffindor salían del aula, Cho se recrimino el no haber insistido en que Ron permaneciera en aquel lugar, no pudo evitar preguntarse por lo que le diría madame Pomfrey cuando se diera cuenta que el pelirrojo se había marchado, finalmente la chica decidió no preocuparse por ello e informar a la enfermera del colegio sobre lo sucedido. Mientras que recogía sus cosas en un pequeño maletín medico una idea apareció en su cabeza, ya se había preguntado eso antes, no le había tomado mucha atención pero ahora volvía a aparecer aquella duda.
¿Por qué Ron había llamado a Hermione y no Ariana?-Cho miró la puerta por donde habían salido los dos Griffindor-¿Acaso habría algo entre esos dos? ¿Ron había logrado algo con Hermione a pesar de que tenía una relación con Ariana?
Recordó que Ron sentía atracción por la chica de ojos melados pero dudaba mucho que esta le correspondiera. El hecho de que le hubiera llamado a Hermione y no a Ariana parecía extraño, tal vez era porque Hermione era su mejor amiga, tal vez porque pensó que sería más fácil que Hermione le apoyara, mientras que Ariana haría lo posible por mantenerlo en cama, además de que seguramente el no habría querido que su novia le viera débil e indefenso. Si, por supuesto, era ese tipo cosas de chicos que a ella francamente le parecían absurdas. Cho suspiro y acepto esa respuesta pero al poco tiempo recordó que normalmente era Hermione la que visitaba más al pelirrojo, era ella la que iba a altas horas de la noches para estar con el chico aunque fuera en contra de las reglas. Se contentó pensando que Ariana no hacía eso por tener que estudiar para sus T.I.M.O.S., pero no puedo evitar pensar que la cumplida, responsable, y prefecta Hermione había dejado de estudiar y faltaba a sus deberes de prefecta para estar con el pelirrojo. Cho arrugo el ceño preguntándose si…
-No… claro que no-se dijo Cho sonriendo para sus adentros-no puede ser
Hermione caminaba en silencio mientras que escuchaba a Ron hacer planes de lo que iba a hacer ahora que había salido, la capa había sido olvidada en la mochila de Hermione y caminaban sin importarles que los encontraran, aunque estaba a un par de pasos de distancia de su amigo se sentía como sí estubieran a kilómetros de distancia, lo que el pelirrojo decía eran tan solo palabras al aire sin importancia para ella, en verdad sentía que todo eso estaba mal y que si seguían eso que hacían las consecuencias podrían ser horribles.
-Y la comida… extraño tanto la comida-dijo Ron-mañana mismo bajare temprano al comedor y no saldré de ahí en todo el día
-Cho ordeno que no comieras nada de carnes rojas-dijo Hermione seriamente y comenzó a leer el papel que le había dado la asiática
Ron tuvo la intención de protestar ante ello pero sabía que su libertad estaba en juego por ello así que se contuvo.
-Pero no dijo nada de los postres, me entretendré con ellos-comento el chico
-Tienes prohibido el chocolate-dijo Hermione
-¿Por qué el chocolate? Es tan delicioso
-No lo sé… tendrás que preguntarle a Cho-dijo secamente
-Ella tan solo seguirá molestando
-Ella quiere lo mejor para ti, Ron, igual que todos nosotros
La Griffindor se detuvo y observo a Ron insistentemente, el pelirrojo sonrió.
-Hermione… voy a estar bien-se burló
Se miraron por un largo rato, después de un tiempo Hermione esquivo la mirada y decidió seguir caminando.
-Vamos, será mejor que nos apresuremos, falta media hora para el toque de queda
-Gracias por todo-dijo Ron sonriente-me gusta que te preocupes por mí
Y eso fue la gota que derramo el vaso, Hermione no pudo evitar recordar la experiencia que tuvo con Víctor. No pudo evitar pensar, saber, que todo eso que estaba pasando era malo, ella no debía de estar ahí con Ron, era su novia la que debía de hacer eso con el pelirrojo, ella estaba de mas ahí.
-Escucha, creo que será mejor que regresemos-dijo Hermione deteniéndose y negándose a mirar a Ron a los ojos-Volvamos con Cho y expliquémosle que estábamos equivocados
-¿Qué? ¿Por qué?
-Mírate, Ron ¡Estas en los huesos! Te cuesta caminar rápido y simplemente no tienes idea de que cosas hacer para cuidarte… yo no quiero cargar con la culpa si vuelves a recaer
-No voy a recaer, Hermione-dijo Ron acercándose-vamos, confía en mí, estaré bien
-No… estas mal, Ron, todo esto está mal… y lo sabes-dijo Hermione alejándose de Ron y negándose a verlo-necesitas que alguien te cuide
-Tú me estas cuidando-dijo Ron sin dejar de acercarse a Hermione
-Pero yo no quiero seguir cuidándote-dijo Hermione y se alejó más
-¿Qué pasa? ¿Porque no ves?-pregunto y dio un par de pasos más a la chica de ojos melados
-Lo siento… ya no puedo seguir cuidándote-Hermione habría seguido retrocediendo pero su espalda ya había chocado contra la fría pared, levanto la mirada lentamente y noto que el chico le veía atentamente-no me veas
-¿Qué?-pregunto Ron
-Que no me veas… no así
El pelirrojo la miro más y se fue agachando poco a poco, Hermione se veía asustada, ahora el rostro de Ron estaba a unos cuantos centímetros de Hermione, ella volteo la cara para que no la pudiera besar.
-Ron, por favor-dijo cerrando los ojos-tienes novia
El chico no dijo nada, solo se enderezo y espero a que Hermione dijera algo, la chica alzo la vista pero no dijo nada.
-Sera mejor que nos vayamos-dijo Hermione y comenzó a caminar a la sala común-te puedes cansar si sigues aquí
Ron la observo mientras que se alejaba y no pudo evitar sentir un poco de esperanza en su interior, Hermione le había rechazado, sí, pero tan solo porque el tenia novia. Sonrió al pensar que si rompía con Ariana él y Hermione estarían juntos.
La Griffindor iba caminando sonriente por aquel pasillo, solo pensaba en una persona, en Ron. En una de las manos de la chica había una canasta de mimbre en la que había un enorme almuerzo, todos los platillos que fascinaban a Ron estaban ahí, no estaba muy segura de que cosas podría comer su novio pero no le importó, ya casi sería dado de alta y quería consentirlo.
-Para amarte… necesito una razón-cantaba contenta la Griffindor-y es difícil creer que no exista una más que este amor...
Últimamente había tenido muchos miedos, había estado demasiado sensible así que su temperamento explotaba por cualquier razón, sin importar que fuera demasiado tonta, todo eso era por la insistente presencia de Hermione en la habitación de su novio, pero ya no, se había decidido a dejar esos estúpidos miedos a un lado y ahora mostraría la mejor de sus caras a la vida. Si en algún momento veía a Hermione con su novio lo que iba a hacer sería sonreírle, si en algún momento las sospechas volvían abrazaría a su novio lo más fuerte que podía, si sentía que algo la descontrolaba besaría a su novio, y después dejaría de sentir esos miedos y sería feliz, y haría que Ron fuera el chico más feliz del mundo.
Ariana se detuvo frente a la puerta de la habitación de su novio, suspiro y puso la mejor de sus sonrisas, se balanceo poniendo su peso en las puntas de sus pies y en los talones alternadamente, estaba reuniendo todo el valor que había en su cuerpo, a pesar de sus intenciones la extraña sensación en su estómago le indicaba que algo no estaba bien.
-Ser feliz-murmuro Ariana-¡Eso es lo que cuenta!
La chica abrió la puerta esperando encontrar a Ron recostado en la cama con rostro aburrido o por lo menos dormido pero no fue así, su sonrisa se desvaneció rápidamente cuando noto que solo estaba Cho en la habitación y que estaba guardando todos los instrumentos de plata en una pequeña caja especial, ya había desaparecido la pequeña alacena en donde habían estado las botellitas con pociones, tampoco estaba la cama. Ariana sintió un fuerte malestar en el estómago.
-No se preocupe, madame Pomfrey-dijo Cho, esta se encontraba de espaladas por lo que no noto quien era la persona que había entrado a la habitación-ya casi termino
-¿Dónde… donde esta Ron?-pregunto Ariana
La asiática volteo rápidamente y Ariana percibió la sorpresa en sus ojos, supo perfectamente que Cho no esperaba verla por aquel lugar.
-¡Ariana!-dijo Cho tratando de no mostrar su evidente sorpresa-¿Q-que haces por aquí?
-Vengo a ver a Ron-informo la Griffindor, la consternación se adivinaba en su rostro-¿Él está bien? ¿Le paso algo?
Cho vio la canasta que la Griffindor llevaba en las manos y sintió un horrible malestar además de desear no haber estado ahí. Ariana se acercó a la Ravenclaw, parecía que de pronto había pensado en la posibilidad de que algo malo le hubiera pasado a su novio y ahora comenzaba a preocuparse.
-¿Dónde está? ¿Le paso algo?-insistió Ariana-está mal ¿Verdad? ¡Por Merlín! ¡Lo sabía! ¡No debí de haberme marchado anoche!
Cho estuvo de acuerdo con ello pero no por las razones que pensaba la Griffindor.
-No, no, no, no… no te preocupes… Ron está bien-dijo Cho alejándose levemente de ella temiendo lo que se acercaba-él está perfectamente
-¿De verdad?-pregunto Ariana aliviada-¡Qué bueno! ¿Dónde está? ¿Lo llevaron a la enfermería?
Cho se mordió el labio inferior nerviosa.
-¿Qué sucede, Cho?-pregunto Ariana
La asiática se lamentó por estar en aquel lugar, se suponía que debía de haber ido a recoger todo el material temprano pero la noche anterior le había confiado a Luna todo el asunto de Hermione y Ron, habían hablado hasta muy entrada la madrugada y por ello había llegado a tarde a realizar su labor.
Maldición-pensó Cho
¿Porque tenía que quedarse dormida? A ella no le concernía ese asunto de triángulos amorosos entre tontos Griffindor. Ya tenía el propio por el que preocuparse.
-El... Ron… el…-comenzó a decir la asiática, suspiro y decidió que no le daría más vueltas al asunto, después de todo ella no tenía culpa de nada-él ya se fue, ya no está hospitalizado… se le dio de alta anoche
-¿Qué? Pero… ¿Cómo es eso?-pregunto Ariana y Cho pudo ver como su rostro pasaba de un estado de confusión a uno de dolor, sabía lo que le pasaba, había comenzado a preguntarse porque su novio no le había avisado-¿Pero el salió bien? ¿Ya no le pasaba nada?-pregunto la Griffindor tratando de pensar prácticamente
-Sí, si… él estaba bien-dijo Cho-la verdad le faltaba más tiempo de descanso pero el no quiso esperar y se marcho
-¿Pero se fue solo ese tonto?-pregunto Ariana entre molesta y preocupada
-No… no se fue solo-dijo Cho poniendo un rostro de incomodidad-el… se fue con… se fue con Hermione
-¿Hermione?-pregunto sorprendida y abriendo los ojos de la impresión-¿Pero… pero… la llamo a ella y a mí no? ¿Pero porque? Yo soy su novia, debió de llamarme a mí… Hermione no tiene por qué venir a sacar a mi novio de su recuperación, soy yo quien debe de hacer eso… ¡yo y nadie más!
La Ravenclaw hizo un gesto de incomodidad ante la desesperación de la Griffindor, pensó que ella no tenía por qué estar presenciado ese espectáculo cuando ella misma no se había sentido libre de demostrar su dolor por la pérdida de Harry.
-Oye… a mí no me concierne… pero… honestamente deberías de hablar con tu novio-dijo Cho pensando que lo mejor sería que la chica lo supiera todo-creo que hay muchos asuntos que deberían de tratar
Pero lejos de mostrarse agradecida por el ligero apoyo que Cho le mostraba, Ariana lo tomo como un ataque.
-¿!Por qué no me llamaste cuando llego Hermione!?-grito la Griffindor perdiendo todo dominio de si
-¿Por qué habría de haberte llamado?-pregunto Cho sorprendida-yo solo soy el medico de tu novio… a mí no me preocupan sus asuntos
-No es normal que este Hermione aquí… ¡Yo soy su novia!-dijo incrédula la Griffindor-¡Deberías de haberme dicho!
-¿Qué no me escuchaste?-pregunto Cho-¡Solo soy su médico!
-No eres su médico-dijo Ariana volteándose y caminando a la puerta iracunda-¡Todavía eres una tonta colegiala que no sabe cuándo alguien te quiere roba el novio! ¡Con razón Ginny te quito a Harry tan fácilmente!
Cho abrió la boca molesta y quiso perseguir a aquella Griffindor idiota, eso había sido un golpe sumamente bajo. El que Ron resultara ser tan solo otro hombre idiota no le daba derecho a insultarla, y aunque le habría gustado alcanzarla y demostrarle quien era ella cerro la boca y se volteó tratando de tranquilizarse, después de todo no era a ella a la que le estaban poniendo los cuernos.
Respiro profundamente tratando de pensar en otras cosas, tratando de pensar que por lo menos aquella tonta iba a pasarla peor, sin embargo después pensó en Hermione, a Cho le agradaba Hermione, no iba negar que aquel curso escolar había tratado más tiempo con ella y había descubierto que, al igual que Luna, era simpática, inteligente… todo un estuche de monerías. Y para qué negarlo… también le agradaba Ron, todo esto era tan solo cosas que pasaban. Definitivamente no les deseaba a ellos dos ningún mal.
Pronto Ariana iría con Ron y le reclamaría el que estuviera con Hermione en la noche, definitivamente no sería una buena experiencia para nadie.
Hablando con el autor: Se que me tarde... dije que iba a actualizar cada quinca dias pero no había podido ni acercarme por aqui, mi unica defensa es que estoy terminando trimestre en la universidad y estaba completamente atareado por los examenes. en fin, solo me queda agradecer a los que leen mi historia, sentí que en este cápitulo puse muchas insinuaciones de lo que va a pasar a futuro, no quería hacerlo pero me gusto como quedo este cápitulo así que lo deje así. Por el momento eso es todo. Nos leeremos dentro de poco tiempo.
P.D. dejen Reviews jijijiji
PROXIMO CAPITULO: el principio del fin.
Xolotl Rogej