Hola!1 nueva historia… para variar cursi como las tengo acostumbradas! Jeje Espero que les guste!

Capitulo 1

Para el gran auror Harry Potter, tener una cita era un tanto difícil… mas cuando el interesado realmente no tenía todos sus sentidos puestos en la persona que estaba frente a él, y mucho mas difícil era, cuando lo único en lo que tenía sus cinco sentidos puestos era en su formidable trabajo. Nada, ni mucho menos nadie, le quitaba de su mente la necesidad de ser el mejor en su profesión. Se jugaba todo, hasta su vida por el mundo mágico, y si tuviera que dejar de lado su vida, y lo que haya alrededor de esta por su trabajo, lo dejaba… o lo que era mejor, esperaba que lo dejaran.

El problema para la vida que se había propuesto Harry era su querida y adorada madre. Lily Potter ya no sabía que hacer para que su hijo de una vez por todas sentara cabeza y le presentara una candidata. Y su padre… bien, no servía para ayudar a su impaciente esposa… James Potter no era el ejemplo que Harry quería para su vida ¿qué podía decirle el jefe de aurores que se casó apenas terminó la escuela y que a la edad actual de su hijo ya tenía un bebé en sus brazos, y era el hombre mas feliz de la tierra? Nada… pensaba lo mismo que su esposa, pero no era tan vehemente con su hijo como Lily. James Potter estaba convencido que en algún momento su hijo sucumbiría al amor… Pero también sabía que en cuestiones de mujeres, su hijo era demasiado lerdo.

Sentada en su casa, Lily Potter miraba hacia la ventana. Reflexionado sobre la vida de Harry. Pensaba que los parientes cercanos no ayudaban en absoluto. Sirius, su mas querido amigo hizo culto a la soltería hasta los treinta… y Remus, resopló, ni casi a los cuarenta estaba convencido de formar familia. Hasta que lo atrapó Dora…Nimphadora Tonks, y ahora era el feliz padre de un hermoso niño.

Lily, demasiadas veces le suplicaba a Harry que no eran tiempos para estar solo… él sonreía comprensivo a su madre y le decía que lo primero era la carrera… segundo la carrera, tercero sus padres, cuarto, Sirius, Teddy su adorado ahijadito, y los demás… quinto sus amigos, y sexto… la carrera otra vez. Ser auror siempre fue su más preciado sueño. Al igual que su padre, el amor por la justicia y la defensa del más débil, fue su primer objetivo una vez que se decidiera en Hogwarts por la carrera que seguiría… Ronald Weasley, su mejor amigo hizo lo mismo… Hermione Granger, casi su hermana y parte del trío, se decidió por las leyes. Cuando eran adolescentes, Lily imaginó el futuro de Harry junto a Hermione ya que ella era una chica muy bonita y centrada, y podría ser la pareja ideal de su hijo. Pero el destino quiso que Hermione Granger se enamorara de Ronald. Su hijo se quedó solo, abrazando con fervor a los libros de defensa contra las artes oscuras… y así siguió, y siguió… aun hoy su mas preciado sueño era seguir creciendo como auror. Al principio Lily creyó que una vez lograra mayor objetivo, vendrían las demás obligaciones de la vida: una persona que lo amase, y una familia, hijos, una hermosa casa… un perro, cualquier mascota… pero no, Harry James Potter después de lograr su objetivo, siguió estudiando para ascender en su carrera de auror, y aun hoy los libros eran su más preciada compañía. Gastaba cualquier momento libre del que disponía para estudiar sus misiones, sus casos, historiales delictivos de sospechosos, redactaba con el mas pulcro amor sus informes y deducciones, todo aquello que lo podía ayudar a ser cada día mejor en su labor. En cada tarea se jugaba la vida, y siempre era el que se ofrecía primero para cualquier misión arriesgada. Y James Potter, su padre y jefe de aurores lo dejaba… y Lily su madre sufría… Quizás, pensaba aun sentada frente a la ventana, con el paso del tiempo… quizás si…

Pensando como siempre en su adorado y único hijo, la encontró su esposo en la coqueta sala de su casa de Valle de Godric.

- Cada vez que te encuentro perdida en tus pensamientos… - Lily lo miró y sonrió apenas – estoy completamente seguro que estás pensando en Harry…

- Me tiene demasiado preocupada James…

- No se por qué – James se sentó a su lado y tomándole la mano, la besó con dulzura – Es mayor de edad Lily… y tengo entendido que tirará abajo cada buen intento que hagas para entrometerte en su vida…

- No lo se…

- Déjalo Lily.

- No puedo hacerlo…- suspiró y se acomodó en el hombro de su esposo - no quiero que cuando se de cuenta, sea viejo y esté completamente solo… nosotros no duraremos para siempre… - él le acarició su larga cabellera pelirroja – además, si tuviera alguien que lo esperara, no sería tan temerario…

- Bueno, eso es cierto… - sonrió- ayer tuvimos un entredicho… -Lily lo miró - le recriminé que se diera al ciento por ciento… terminará cansándose y bajando su nivel... él me dijo que lo recriminara si no cumplía con su misión, no por su actitud ante los riesgos… en fin.

- Quisiera hacer algo por él…

- No tienes nada que hacer…

- Espera y verás… - sonrió – nunca subestimes el poder de una madre.

*/*/*/

Medianoche en el ministerio. Harry James Potter, auror por vocación y adoración, aun estaba dando vuelta los pergaminos buscando cada dato, revisando cada palabra que le diera una respuesta a su nueva misión. Suspiró. Amaba ser auror, y lo único que lo reconfortaba era cumplir con su trabajo, y cerrar con éxito cada uno de los casos que le encomendaban.

Habían cambiado tantas cosas en el mundo mágico. Los nuevos aires de evolución habían llegado una vez que Kinsley Shacklebolt fuera ministro, después de la muerte de Voldemort, comenzado a implementar magia aplicada a la tecnología muggle, algo positivo para los magos y brujas de las nuevas generaciones. Poder usar computadoras, teléfonos, y cualquier cosa que pudiera ayudarlos a mantener la paz en su mundo, era para los magos jóvenes de vital importancia… mucho mas para aquellos que interactuaban en los dos mundos, mágico y muggle. Aunque la cuestión de la evolución, no llegaba a fondo. Aun se conservaban algunas tradiciones.

Harry estaba conforme y contento con su desempeño en el departamento de aurores donde su padre y su padrino, eran las cabezas del departamento de seguridad mágica. Lo malo venía cuando el tiempo de trabajo terminaba. Se sentía un tanto incómodo cuando salía del ministerio. Ser una persona común y corriente, solamente Harry, y no Harry el auror, era para él completamente difícil. Las mujeres, eran un tema aparte. Su madre, desde que había salido de Hogwarts no había perdido oportunidad de presentarle cada chica disponible que pudiera encontrar. Tenía una inmensa fuente de recursos: ser la presidenta de la fundación Dumbledore tenía su beneficio: Las madres benefactoras estarían mas que dichosas de que sus pequeñas niñas salieran y se relacionaran con el gran salvador del mundo mágico. ¡Y si podían atraparlo, mucho mejor! Harry estaba alejado de la patética realidad que quería imponerle su madre. El noviazgo o peor aun, el matrimonio eran temas vedados en su mente; pero tampoco se negaba de vez en cuando los placeres de la vida: salía con chicas, y si alguna le interesaba salían otra vez, y una tercera, quizás con un aceptable encuentro intimo si la chica estaba dispuesta, y después… ellas sucumbían ante la desazón de tener que perder día a día y noche tras noche, frente a su mas adorada amante: su carrera. Y lo dejaban. Y a Harry Potter no le importaba… tenía su trabajo. Era Auror y lo demás… si venía bien, si no… aun seguía siendo auror.

El sonido de su teléfono móvil muggle adaptado para llamadas mágicas, lo hizo sonreír… su madre. Su querida y preocupada madre, que lo llamaba y estaba seguro, lo iba a obligar a salir con una chica de su club de madres. Resopló. Eso implicaba un nuevo desastre y la consabida recriminación, porque las cosas no funcionaran, por parte de Lily.

- Mamá… estoy trabajando – dijo al contestar y con un tono cansado.

- Aun en el ministerio... –sonó la recriminante voz de Lily.

- ¿Qué deseas madre? – dijo tratando de sonar distendido. Pero la verdad es que las llamadas de su madre lo exasperaban.

- No me hables en ese tono, niño… yo te cambiaba los pañales…

- Mamá… ya tengo 22 años. Voy a cumplir 23… ¿eso te da una idea?

- Que eres un mocoso aun… ¡y me debes respeto!

- Lo tengo… te quiero demasiado y te respeto mas… pero también respétame madre.

- No me digas madre…

- Bien, mami… - dijo riendo.

- Bien…

- Sintetiza. – dijo sonriendo. Sabía perfectamente que su madre odiaba que le hiciera notar su tan exacerbada manera de explicar las cosas. Esta vez Lily no picó el anzuelo.

- Bien, la verdad es que como sabes, el sábado es la fiesta anual de beneficencia de la fundación, y necesitamos que todos los grandes héroes del mundo mágico nos acompañen…

- Si, lo se… - dijo ya sabiendo hacia donde iba dirigida la conversación.

- Si, lo sabes… - dijo ella burlona – y como ya sabes, la invitación hace muchos días que está en tu buzón y como es de esperarse aun no la has abierto… y lo que es peor, no has confirmado tu presencia.

- Sabes que voy a ir… - dijo sereno – no voy a dejarte sola… eres la presidenta de la fundación y necesitas a toda la familia contigo… mi preciosa presidenta, la mujer mas hermosa del mundo mágico… tengo que ayudar a papá a correr a los viejos verdes que te pretenden…

- Gracioso – dijo bufando ante la risa de su hijo – si, irás… y como aun no has leído la invitación…

- Dímelo mamá. Aun tengo trabajo que hacer.

- ¿Es que acaso el jefe de aurores te está explotando? ¡Mira la hora que es y tú aun en el ministerio! – bufó – tendré que hablar con…

- Madre… por favor, si me distraes, no terminaré y tendré que estar más tiempo…

- Si, pero…

- Mamá.

- Está bien… poder de síntesis – Harry sonrió - Tienes que ir con una acompañante.

- Voy a llevar a Ron.

- Dije "una acompañante…" femenina.

- Mamá…

- Y Ron no vale – dijo riendo – tu amigo ya confirmó su presencia y como tu sabes perfectamente, irá con Hermione…

- Bien, le preguntaré a Luna.

- Llevará a Neville.

- Entonces, le diré a Cho.

- ¡No la invité, y es persona no grata! – chilló – además dudo que la invites después de lo que te hizo.

- Me dejó mamá… - respondió tranquilo – y la verdad es que no me estoy quejando porque lo hiciera… fue un alivio.

- Lo mismo, si la traes no entrará…

- Bien, entonces, buscará a alguna de las gemelas Patil…

- Vienen con sus respectivas parejas…

- Mamá… - preguntó ya cansado- ¿es necesario ir con una pareja?

- ¡Si, lo es! – dijo mas nerviosa – y se supone que eres el héroe nacional… ¡no se vería bien que vinieras solo!

- No hay nada malo en ello.

- ¡Tu padre se rasgaría las túnicas! – Harry rió – tú sabes que cuando era joven, y mucho antes de que yo lo aceptara, él tenía una chica en cada esquina…

- Que no te escuche… no alimentes su ego.

- Bien... puedo conseguirte…

- No mamá, – la cortó – no quiero que te involucres…

- Si me involucro es porque no quiero que estés perdido en un rincón como un ratón de biblioteca… como un miserable perdedor… ¡ERES MI HIJO! ¡ERES UN POTTER!

- Si, lo se… no hace falta que me dejes sordo.

- Basta Harry… estoy convencida de que me estás tomando el pelo…

- No creo…

- ¡BASTA! – chilló – si no lo haces por ti, hazlo por mí…

- Nada de sentimentalismos mami, y mucho menos quiero presiones.

- ¿No presiones, eh? entonces te daré un ultimátum… - dijo seria. Harry se acomodó en la silla porque el tono de voz de su madre era bajo, y eso suponía problemas… problemas para él – si para el viernes no me confirmas tu presencia acompañado de una chica, yo te conseguiré una para esa noche... y no voy a discutir mas, ¿entendiste?

- No te atreverías... – dijo serio.

- Ya tengo una en mente... hablé anoche en la reunión de las benefactoras con su madre y si tu quisieras…

- Quien…

- Millicent Bulstrode.

- ¡QUE! ¡CON ESE TROLL! – chilló casi saltando de la silla. Ron entraba sonriente a su oficina, y al escuchar el grito de su amigo, sacó la varita instintivamente y miró hacia todos lados. Al ver que su amigo estaba al teléfono, guardó su varita y se sentó… - ¡NI LO SUEÑES MADRE!

- Confía en mi, querido. Ella será tu destino el sábado si no consigues...

- No hace falta… - miró a su amigo con pesar – tengo una chica – casi se ahoga de la risa, y Harry tuvo que lanzarle un tintero para que se callara.

- ¿Tienes una chica? – dijo ella sonriente. Harry suspiró aliviado. – ¿Como es?

- Ehhhh… Será una sorpresa mami... no le digas a Millicent Bulstrode… yo tengo la chica ideal.

- ¿Cuando la conociste?

- Hace unos días… la… la… conocí por medio de unos amigos…

- ¿Es bonita?

- Preciosa… - miró a Ron.

- Quiero conocerla

- ¡La verás el sábado!

- Si no la traes…

- La llevaré…

- Más te vale…

- Confía en mi... Adiós mami.

- Te quiero hijo y si soy insistente respecto a tus chicas es porque me preocupo por ti…

- Si, mami, te quiero.

- Y yo a ti mi bebé.

- Tengo 22, Lily… - dijo un tanto mosqueado.

- Siempre serás mi bebe… - colgó.

- Que voy a hacer... – dijo largando el teléfono en el escritorio y tapándose la cara con las manos - donde... – miró a su amigo.

- ¿Problemas en Potterlandia?

- Mi madre… - suspiró – y su estúpida idea de buscarme una mujer… - Ron rió – si, tu la tienes fácil… tengo que encontrar una chica para el sábado

- No es un problema para ti, amigo – dijo burlón – tienes que pararte en el atrio, y hacerle ojitos a alguna chica que pase por allí... caerán rendidas.

- No creo… tu sabes que tengo mala fama… las chicas no me soportan… no soy muy comprometido con las relaciones… ni quiero serlo. Prefiero el trabajo. Mi carrera… la adoro.

- Así no tendrás una chica para el sábado… - Harry miró a su amigo – ni para otro día…

- ¡Necesito una chica Ron! – dijo desesperado – una chica que pueda pasar por el radar de mi madre… solo una noche, y adiós… necesito que mi madre se sienta sorprendida y satisfecha. Y que no me moleste… al menos por ahora.

- Si no la consigues…

- No me voy a clavar la noche del sábado con Millicent Bullstrode.

- ¿Con… con esa… chica? – Ron bufó – Merlín… van a tener que extirpártela si tu madre te la enchufa el sábado – Harry se acercó a su amigo y lo tomó de los hombros.

- Por eso mismo, amigo… necesito una chica... todas las que podrían ayudarme están ocupadas… hasta pensé en Cho…

- ¿CHO?

- Si, estoy desesperado… mi madre está empecinada en buscarme una mujer… y lo único que quiero es mi carrera… soy feliz siendo auror. No tengo tiempo para mujeres, ni estupideces que tengan que ver con el romanticismo... no las necesito, y mucho menos las quiero.

- Bien… - Ron pensó unos minutos.

- Puede que…

- Dame una Ron… y te juro que te daré lo que quieras…

- ¿Lo que quiera?

- Menos la moto…

- No es lo que yo quiera entonces, será lo que desees darme.

- ¡RON!

- Está bien… no necesito que me des nada… - sonrió - te debo a Hermione...

- Si, tienes razón…

- Pero podrías ayudarme con una reservación en un restaurante al que quiero llevarla… es caro, y no consigo reserva. Si tu hicieras uso de tu nombre…

- Hecho… haré las reservaciones para ti y Hermione – dijo sonriente – es mas… la cena corre por mi cuenta.

- Estás desesperado…

- No te imaginas... – sonrió – que dices, cena paga para mi mejor amigo y su novia… Solo es necesario que me proporciones una chica

- Parezco un chulo – dijo Ron riendo.

- Ron… mi oferta sigue en pie… - su amigo sonrió y le tiró un besito con la mano.

- Te quiero… - dijo burlón.

- Dame una esperanza… - le dijo Harry. Ron se levantó triunfante y lo miró cual heraldo en ayuda de su mas débil doncella.

- No sufráis más gallardo príncipe, tengo la mujer perfecta…

- Ron… déjate de bobadas…

- Mi hermana…

- Bien… - Harry lo miró un tanto confundido – Tu… ¿Tu hermana?

- Si, mi hermana... no te vas a arrepentir.

- ¿Tienes una hermana?

- Claro…

- ¿Desde cuando tienes una hermana?

- Desde cuando.. – lo miro y le dio un castañazo en la frente – ¡eres idiota… desde que ella nació!¿no te acuerdas de mi hermanita? – Harry cerró los ojos tratando de hacer memoria, pero al cabo de un instante miro a su amigo sacudiendo la cabeza.

- Ehh... no.

- Pues bien… ella es perfecta – dijo sonriendo.

- ¿En que sentido?

- Bueno… no es bonita… - Harry lo miró preocupado.

- ¿Es como Millicent Bullstrode?

- No… es delgada... muy flaca… no tiene nada de…- hizo la seña universal de la forma de los pechos femeninos. Harry asintió – y es baja… no enana, pero mas baja que Hermione seguro… ah, y no tiene un culo extraordinario… diría que apenas tiene uno. Es… pasable.

- Color de pelo – Ron le devolvió el tintero por la cabeza - ¿Qué?

- Pues… mi madre es pelirroja, mi padre es pelirrojo… conoces a todos mis hermanos, que son pelirrojos… ¿como crees que tendrá el pelo mi hermana? ¿Azul?

- ¿Lo tiene azul? – Ron chasqueó la lengua y Harry sonrió - No te enojes… ni si quiera me acordaba que tenías una hermana…

- Bien, es pelirroja, y tiene los ojos de color… castaño, creo… - dijo no muy convencido – eso si, es pecosa.

- ¿Muy pecosa?

- Pues en la cara tiene – dijo seguro – ahora en otra parte del cuerpo no se… si quieres…

- Mira, si me dices que es una chica simplona, y que no me traerá problemas – lo miró – y que pasara afirmativamente la inspección de mi madre, la acepto – sonrió - debería conocerla primero…

- No te queda otra opción Harry – dijo riendo Ron – es mi hermana o Millicent Bullstrode – Harry lo miró serio – creo que ante esa perspectiva, mi hermana es tu única esperanza.

- Bien… pero quiero verla primero – Dijo serio – ¿consígueme una cita a ciegas si?

- ¿Para cuando?

- El viernes… no quiero el martes o miércoles porque si tu hermana no me convence me quedaran algunos días para cambiar de opinión… si la veo el viernes y no me interesa, tendré que llevarla el sábado porque no me queda otra…

- ¡Tampoco mi hermana es un esperpento! – dijo enojado Ron – es linda, a su manera …

- Si – dijo buscando su capa y acomodándola en los hombros – no me interesa si es una sirena Ron – dijo tranquilo y saliendo hacia los elevadores – lo único que quiero es que me salve de mi madre… ya te lo dije, no quiero una relación… quiero mi trabajo, no tengo ni intenciones de estar en pareja, ni enamorarme ni nada de esas cosas ridículas que se te ocurren cuando ves una chica... no es lo mío.

- Eso lo dices ahora – dijo Ron – pero cuando conozcas a la chica correcta se te acabaran esas idioteces… te lo aseguro, aparece y BAM, te pega duro – Harry rió – lo digo por experiencia.

- A ti te pegó Hermione, para que te dieras cuenta que le gustabas… El BAM, fue el sillazo que te dio en aquel bar, cuando coqueteabas con la rubia….

- Estaba tanteando el panorama, amigo… Hermione me encanta… la adoro. La rubia solo fue una estrategia para lograr mi cometido – dijo haciendo alarde.

- Si... una estrategia bastante dolorosa, si mal no recuerdo… - dijo riendo al salir al atrio – te hubiera convenido decirle que estabas loco por ella, antes de buscar el efecto violento en la situación…

- Si, pero en fin… quedará una bonita historia para contarle a nuestros nietos – Harry se detuvo frente a las chimeneas y miro a su amigo.

- Enhorabuena Ron… ya era hora que estén juntos.

- Y tú tendrás a la chica de tu vida... solo espera y verás.

- Ay Ron – dijo sonriendo y parándose dentro de la chimenea - la chica de mi vida es mi carrera… nada va a hacerme cambiar de opinión… nada, ni nadie… - y haciendo una venia a su amigo desapareció tras un fulgurante fuego verde esmeralda. Ron sonrió tranquilo y sacó su teléfono celular. Espero unos cuantos segundos y contestaron del otro lado de la línea.

- ¡Hola enana! – se quito el teléfono un segundo de su oreja, hasta que dejaron de gritarle – si, yo también te quiero… escucha Ginny - sonrió – ¿que tienes que hacer el viernes por la noche?


Nota de la autora: bien, no es waow, pero se deja leer! Me gustó poner a los personajes que en la historia original no estan... o estan muertos. De cualquier manera espero comentarios… hasta el próximo capítulo! no lo esperen en un futuro lejano.. aunque quien les dice!

Bye Silvia

y no se olviden de pasar por mi otra historia Lo que no fui... aun no es muy rat M, pero se hira poniendo pesadita a medida que la historia se vaya desarrollnado!