Disclaimer, todo lo que leerán a continuación no me pertenece, ni soy JK ni tampoco soy Cris Morena, así que ya están advertidos.

Abre tus ojos.

Abre tus ojos, mírame, estoy perdido buscándote...

Bill Weasley le sonrió a su mujer enamorado, Fleur le respondió con un leve apretón de manos mientras sostenía a su pequeña hija en su otro brazo mientras la niña dormía. Ambos miraron con insistencia hacia la escalera esperando a que ella baje, cosa que no sucedía. El ambiente estaba tenso, sin embargo eso no era algo precipitado, ya aquello estaba programado de esa forma pero no por eso iba a resultar menos doloroso.

- Si quieres yo la voy a buscar- dijo la francesa poniéndose de pie y pasándole a su pequeña hija a los brazos de su marido.

- Habla con ella, ya sabes lo delicada que es- Fleur le sonrió con dulzura acariciándole la mejilla.

- Ya no es una niña, cariño; se ha convertido en toda una mujer que al fin esta lista para volver…

- Pero sabes que ella…

- Shh…- la mujer puso sus dedos sobre los labios de Bill y lo hizo callar-. Ella estará bien- sonrió-, la iré a buscar- anunció comenzando a subir las escaleras.

Bill miró como la mujer que amaba iba ascendiendo y luego no pudo evitar suspirar, era mucho tiempo, cinco años viviendo con esa niña, la cual ya no lo era, para que ahora se alejara de elllos como un pájaro que deja su nido. No dudaba que la extrañaría horrores, al igual que su mujer que tanto cariño le había tomado.

- ¿Estás en tu cuarto, querida?- preguntó la rubia mientras golpeaba levemente la puerta del cuarto de su cuñada.

Dentro, Ginny levantó la cabeza y sonrió mientras colocaba las manos en su falda dejando de peinar su largo cabello.

- Pasa, Fleur- la mujer entró con una enorme sonrisa y al verla sonrió con tristeza.

Todo estaba perfectamente ordenado en baúles, y aquellos libros especiales que antes decoraban cada parte del escritorio, ahora ya no los vería, su ropa preciosa, aquella con que tanto esmero Fleur la había hecho usar, ya estaba guardada.

- Ginny…- la rubia se sentó junto a la pelirroja y le acarició el rostro-. No sabes lo que te vamos a extrañar aquí- suspiró-. Ya te lo dije, tú puedes volver aquí con nosotros cuando quieras, sabes que cocino bien, sé que no soy como tu madre, pero he conseguido mantener a tu hermano con vida- ambas rieron con suavidad-, y que está habitación estará siempre preparada para ti- la abrazó-. No olvides todas las ofertas de trabajo que has tenido por tus buenas notas- la voz se le quebró.

- No llores…- le dijo Ginny sonriendo, acariciando su espalda, sintiendo los temblores de Fleur contra su cuello.

- Te has convertido en una más de esta familia, de eso nunca te olvides- la aludida asintió con lágrimas en los ojos que Fleur se apuró a limpiar.

- Me mantendré en contacto contigo, además los vendré a visitar seguido- Fleur sonrió observando el rostro de su cuñada, no cabía duda que era bonita, ella se había esmerado mucho en enseñarle a resaltar los hermosos rasgos que la caracterizaban y en hacerla usar esas ropas que tan bien le sentaban.

- Bueno vamos- Fleur se levantó acomodando la falta de su vestido-. ¿Ya has guardado todo?

- Espero no olvidarme de nada- le dijo Ginny moviendo la cabeza-, cualquier cosa me lo mandas a La Madriguera.

- Claro que sí cariño…

- Extrañaré mucho a Victoire…- Ginny sonrió-. Pero prometo venir para su cumpleaños…

- Vic está durmiendo, es mejor que no se de cuenta de tu partida- suspiró observando como Ginny se quedaba parada en el medio de la habitación-. Espera a que bajo estas cosas mientras tú te despides de la casa.

- Gracias- susurró Ginny mientras Fleur con magia hacía mover los enormes baúles hacia fuera de la habitación.

Ginny inspiró una vez más muy fuerte y luego soltó el aire con una sonrisa trémula, no iba a ser fácil volver a casa habiendo vivido tanto tiempo en Francia, no iba a ser fácil asentarse en Inglaterra, pero extrañaba horrores a sus padres y hermanos, además ella le había prometido a Ron que iba a volver. Despacio comenzó a caminar hacia la puerta, tocó la perilla de ella una última vez y la cerró, era definitivo, ya aquella no era su casa, simplemente era la casa de Bill y Fleur.

La pareja observó como Ginny bajaba la escalera con su mano sobre la baranda, su cabello suelto y brillante contrastaba con el color pálido del vestido que llevaba. Fleur estaba orgullosa, haber ayudado a Ginny en esos cinco años había sido maravilloso, luego de ver en la persona que se había convertido, sabía que su amiga, porque eso eran lo que eran además de cuñadas, tendría más de un lío amoroso como los había tenido allí, cosa de la que Bill estaba lo menos enterado posible.

- ¿Han visto a Lilah?

- Yo la saqué hace un rato al patio, ya sabes lo juguetona que es- dijo Bill, Ginny asintió hacia donde había escuchado la voz de su hermano.

- Te voy a extrañar mucho Bill.

- Yo también pequeña- respondió abrazándola y besando su cabello-. Ya te lo ha dicho Fleur pero te lo repito, vuelve cuando quieras, esta casa también es tuya.

- Gracias por todo…- susurró Ginny antes de quebrarse y ser abrazada por la pareja, lo cierto es que los quería demasiado como para no extrañarlos.

En eso el sonido de la puerta abrirse sorprendió a todos, pero Ginny al igual que los otros, sonrieron al saber de qué se trataba, simplemente era Lilah, la perra de Ginny, que había entrado a la casa.

- Lilah también extrañará la casa- dijo Ginny inclinándose hacia la perra acariciando aquel lugar detrás de las orejas que tanto le gustaba.

- En la madriguera tendrá mucho lugar para jugar, además podrá perseguir a los gnomos.

- Se divertirá mucho- Ginny asintió sonriendo con melancolía, extrañaría la voz de esa mujer tan buena.

- Ya es hora de irme- Fleur dejó escapar un sollozo antes de abrazarla otra vez-. Vendré a verte seguido…

- Promete que te vas a cuidar, que no vas a dejar que ningún chico raro se te acerque- Ginny asintió divertida mientras caminaban hacia la puerta-, y que vas a tocar esa música tan linda como siempre lo has hecho.

- Te quiero mucho…- susurró abrazándola-. Nunca te olvides de eso- dijo por último para separarse y tomarse del brazo de Bill.

- Enseguida estaré de vuelta, cielo- dijo el hombre a su mujer mientras esta se despedía de Lilah, la cachorra de Ginny.

- Tengan cuidado, y no te olvides que esta también es tu casa, Ginny- le dijo antes de que ambos hermanos junto a Lilah, se desaparecieran en el jardín de su casa.

o0o0o

- ¿Has visto a Ron?- preguntó Harry entrando al despacho de Hermione luego de tocar la puerta-. Necesito que me de unos informes y no sé dónde se ha metido.

- Él no está... recuerda que te pidió permiso el otro día para salir un momento por la mañana- le respondió la castaña levantando la vista de su escritorio.

- ¿Tardará mucho en volver?

- Calculo que vendrá después de la comida- le sonrió-. No te olvides que fue a buscar a su hermana que llegaba hoy de Francia.

- No me acordaba…- Harry se sentó en la silla que había frente al escritorio, él conocía a Ginny desde hacía años, pero cuando ella fue mayor de edad decidió irse a vivir con Bill y Fleur a estudiar música, algo que por lo que le había comentado Hermione, le encantaba.

- Ya sabes la adoración que tiene por su hermana- sonrió con tristeza-. Además de ese sentimiento de culpa que jamás se le va a ir- suspiró y Harry la miró con comprensión-. Por lo que me contó Fleur, Ginny está muy cambiada. Hace como un año que no la veo.

Harry guardó silencio recordando a la hermana de Ron, la única hermana que tenía, con la cual había compartido muchos años de su vida en el colegio, y con la cual había festejado más de una Navidad.

- Debe ser complicado todo para ella, si para nosotros lo es, ella lo debe sentir el doble- dijo él de repente.

- No me cabe duda de eso…- Hermione acomodó un mechón de cabello tras su oreja-, pero mira todo lo que ha logrado, estudió y se recibió. Por lo que estoy enterada recibió muchas ofertas de trabajo allí en Francia, pero prefirió volverse a Inglaterra.

- Recuerdo la fiesta de despedida, ella estaba muy decidida en hacer eso- sonrió-. Es una mujer que sabe lo que quiere.

- Totalmente de acuerdo- le sonrió buscando unos papeles en el escritorio-. Recuerda que esta noche Ron y sus padres te han invitado a la fiesta de bienvenida de Ginny- Harry la miró extrañado.

- También me había olvidado de eso… ¿No te parece un poco desubicado que yo vaya a esa fiesta?

- Para nada, a pesar de que no hayas tenido una relación estrecha con Ginny, ella siempre te guardó un cariño especial, ya sabes… Eres el mejor amigo de su hermano, deberías ir- Harry se quedó pensando un momento en lo que Hermione le había dicho, las comidas en la casa de los Weasley eran moneda corriente en su vida.

- Puede ser…

- Espero que vayas, no sea por culpa de la tonta de Lucy que te pierdas la comida.

- No sé por qué metes a Lucy en esto- Hermione lo miró con las cejas levantadas-. Ya te dije que es sólo una conocida.

- ¿De esas que se meten en tu cama?

- Cállate…- le dijo sonriendo haciendo sonreír también a su amiga.

o0o0o

Ron había llegado media hora antes al Departamento de Regulación del Transporte Mágico, el traslador que Ginny había escogido debía llegar a las once, en ese momento sólo faltaban unos pocos minutos, pero estaba que se moría de impaciencia.

La había visto en la última Navidad, de eso habían pasado como seis meses, y siempre que la veía no podía evitar que la culpa lo carcomiera.

Porque a pesar de todo lo que le dijeran, lo que ella misma le respondiera al inquirir alguna vez su dolor por el estado de ella, él seguía sintiéndose mal. Era su hermana, siempre la iba a ayudar, pero sabiendo que él era el culpable de que ella estuviese en ese estado, hacía que su responsabilidad sea mayor. A él le hubiese encantado haberla apoyado como lo hizo Bill hacía cinco años, él en esos momentos aún no tenía los recursos, sin embargo ahora sí, y haría todo lo posible para que ella estuviese mejor que nadie.

No le importaba tener que vivir con ella para toda la vida, lo había hablado con Hermione, la cual le había sonreído y había aceptado esa decisión, no sin antes decirle que estaba equivocado y advertirle que Ginny no era ninguna inválida y que se sabía valer por si misma.

Pero vamos, eso no era cierto, o el menos eso pensaba Ron cuando aquel círculo del centro comenzó a vibrar y entonces aparecieron unas personas todas apretadas, sosteniendo una sucia botella por el cuello, al igual que Ginny, con su cabello largo y su mascota al lado, la mascota que él le había regalado.

- ¡Ginny!- la llamó al verla, la chica se giró al oír su voz y le sonrió feliz antes de dejarse abrazar por los brazos de Ron que la levantaron del suelo y la hicieron reír.

- ¡Bájame Ron- chilló-, parecemos dos chiquillos…- le dijo Ginny sin quitar la sonrisa de sus labios.

- No te olvides que yo soy tu hermano mayor- la regañó con cariño abrazándola por la cintura-. ¡Que enorme que está Lilah!- sonrió acariciando la cabeza de la cachorra de labrador.

- Vamos, que nos terminarán echando si sigues gritando así- le dijo divertida-. Además sabes que no permiten este tipo de animales en el Ministerio.

- No te olvides que hablas de tu hermano Ron Weasley, el mejor amigo de Harry Potter, yo hago lo que quiero- Ginny lo golpeó con el codo tomándose luego de su brazo, soltando una risa cantarina.

- ¿Cómo está Harry?-e preguntó aprovechando que Rpn lo había nombrado-. La última vez me habías contado que estaba de novio.

- Él siempre está de novio, pero con alguna diferente- Ginny rió con fuerza.

- ¿Y Hermione? Le tengo que contar un montón de cosas a ella.

- Ahora está trabajando, pero cuando termine con eso te irá a ver inmediatamente. Me ha agotado esta última semana siempre hablando de ti- le dijo mientras se metían en un ascensor.

- ¿Cómo está el día? ¿No estoy un poco desabrigada?- indagó señalando su ropa veraniega.

- Está haciendo calor, así que no te morirás de frío- le dijo viendo el vestido claro que llevaba-. ¿Quieres ir por la red Flú o prefieres que nos aparezcamos?

- Quiero oler el aroma de Londres, caminemos un poco Ron- el chico asintió tomando mejor a su hermana del brazo y con la otra mano a Lilah por la correa, la perrita que le había obsequiado hacía dos Navidades.

Ginny disfrutó del aire fresco en el rostro y del contínuo parloteo de la gente al pasar por su lado, a pesar del tráfico ella supo convencer a Ron de que la llevara caminando a tomar algo, hacía años que no paraba en el Caldero Chorreante.

- ¿Qué quieres tomar?- le preguntó Ron tomando asiento cerca de la barra.

- Una cerveza de manteca, no hay nada como las que hacen en este lugar- Tom el cantinero le sonrió agradecido.

- Y otra para mi Tom- le pidió Ron mientras jugaba con Lilah. Ambos guardaron silencio y Ron pudo notar el enorme cambio que Francia había surtido en su hermana.

- Quiero ir a Hogsmeade un día de estos, muero por volver a caminar por esas calles- comentó Ginny disfrutando de ese ambiente familiar y extrañable.

- No ha cambiado nada, luego de la guerra lo han reconstruido- bebió de su vaso de cerveza.

- Lamento mucho no haber estado contigo en esos momentos tan feos…- Ginny buscó la mano de su hermano sobre la mesa y se la apretó con fuerza.

- No tienes nada que lamentar, Ginny- se apresuró a responder él-. Todos estuvimos de acuerdo con que en Francia estarías más segura que aquí, sabes que fueron momentos muy oscuros esos para nosotros.

- A ustedes tres los deben tener como héroes…

- Harry más que nada, pero sabes que él no se lo toma en serio. Hermione se ha aprovechado un poco de su reconocimiento para promulgar leyes a favor de los elfos domésticos- Ginny negó divertida.

- Una de las cosas que más extrañé de todo, eran las charlas con ella, todo lo que nos divertíamos en el colegio hasta que ustedes se recibieron- sonrió con tristeza-. Luego ese año me ayudaron mucho mis compañeros, pero sabes que no es lo mismo.

- Lamento haberte dejado sola- le dijo Ron acariciándole la mano-, nosotros ya habíamos terminado, y con todo el mal acechando…

- Lo sé. Estoy agradecida por lo que han hecho, si no fuera por ustedes lo más seguro es que no tendríamos futuro- suspiró haciendo un gesto con los labios- ¿Y mamá?

Ron le respondió y hablando de esa forma pasaron lo que quedaba de la mañana, luego los tres se aparecieron en la Madriguera en donde Molly y Arthur los recibieron con enorme alegría, que la pequeña Ginny volviese a casa luego de cinco años era razón de festejo.

- ¡Mírate que linda estás!

- Todo es obra de Fleur- giró sobre si misma mostrando su vestido-. Ella me dijo que es de un color claro y que me sentaba bien con mi cabello.

- Te queda hermoso hijita- Molly la abrazó-. ¡He preparado tu comida favorita! Y luego a la noche haremos una fiesta.

- No hace falta mamá…

- ¿Cómo que no hace falta? No todos los días regresa nuestra única hija después de cinco años, eso merece un festejo, ¡ay no!, no te subas al sofá- retó a Lilah la cual se había acostado en uno de los muebles de la sala.

- Es buenita, solamente se acuesta para dormir durante el día, a la noche lo hace conmigo- tocando la pared se acercó a donde estaba el sillón, Ron le había dicho que estaba todo tal cual cuando se fue, y acaricio a Lilah en el cuello-. Al principio nos costó educarla con Fleur, pero luego terminó aprendiendo- la perra se paró sobre sus brazos y le lamió el rostro-. No hagas eso, Lilah- la retó divertida.

Molly miró a su hija con lágrimas en los ojos, totalmente orgullosa por todo lo que había hecho, Ron le sonrió con tristeza mientras se despedía de ellos con la excusa de volver al trabajo. Pero la verdad es que ese tipo de escenas le dolían demasiado. Su hermana no lo merecía.

o0o0o

- ¿Has ido a buscar a Ginny?- le preguntó Harry al verlo aparecer en su despacho.

- Sí, y la he llevado a casa- se dejó caer en la silla tallándose el rostro con las manos, su cara no era la mejor.

- ¿Qué te pasa?

- Lo mismo de siempre…- bufó Ron-. La tendrías que ver, lo linda que está, no me extraña que Bill me haya enviado esa carta advirtiéndome de la cantidad de pretendientes que la agobiaban en Francia.

- No me digas…- Harry sonrió divertido-. Pero debes dejarla, ella ya es una mujer adulta.

- Tú sabes como son los tipos de hoy, ella siendo tan bonita, pero estando en ese estado… Es fácil que abusen de su inocencia- Harry negó con la cabeza mientras acomodaba unas carpetas.

- Que no te escuche decir eso, recuerdo que en el colegio tenía un carácter fuerte, es capaz de hechizarte si sabe que le tienes lástima.

- No es lástima- dijo Ron con la voz neutra.

- ¿Y entonces qué es? ¿Culpa?- Harry frunció el ceño observando a su amigo, era hora que superara esa situación de su pasado.

- Solamente quiero ser un buen hermano para ella, no quiero que sufra.

- Ya es grande para saber lo que quiere, no porque no sea como todos va a ser más débil- Ron iba a replicar algo pero Harry lo hizo callar con un gesto de la mano-. Deberías hablarlo con ella, la última vez que lo hicieron fue hace cinco años, y seguro que la respuesta sigue siendo la misma…

- ¿Pero de qué me sirve? Ella sigue estando igual y todo por mi culpa.

- No fue tu culpa, Ron, tenías nueve años- intentó convencerlo.

- Mi madre me había dejado a su cargo, yo no le tendría que haber dicho eso, no tendría que haberla retado a que se suba a ese árbol- lo miró a los ojos y Harry notó como los tenía brillantes-. He arruinado su vida para siempre.

- Se enojaría mucho si supiese lo que piensas, no le has arruinado nada, mira todo lo que ha logrado- suspiró-. Comprendo que sea dificil para tí, pero mírala, ha estudiado música, Hermione me ha dicho que era la mejor de su clase, ¿qué más puede pedir? Tal vez no sea como nosotros, pero no por eso va a ser menos.

- Tu no lo entiendes…- replicó Ron con amargura mirando el suelo.

- No, no lo entiendo, pero tengo sentido común al igual que todos menos tú, no eres el culpable- Ron sin responderle se levantó y salió del despacho. Harry sabía que estaba enojado y que tal vez había hablado un poco de más.

Harry buscó el teléfono móvil entre los papeles y llamó a Hermione, aunque estaban ambos en el Ministerio, era preferible avisarle de esa forma, así sería más rápido.

- Hermione, Ron ha vuelto… He hablado con él, sí sobre Ginny- esperó a que Hermione le diga algo-. Si, lo mismo de siempre, creo que se ha enojado conmigo- la chica respondió-. Bien, luego me cuentas lo que te dice. ¿Qué? ¿A las siete? Bien a esa hora estoy en La Madriguera- dijo antes de cortar y recostarse contra la butaca. Ron siempre iba a ser un cabeza dura.

o0o0o

Finalmente Harry y Ron no habían vuelto a hablar del tema, juntos habían ido a La Madriguera luego de cumplir el horario en el Ministerio, Hermione había terminado todo antes de tiempo e iba aprovechar para hablar con Ginny a solas antes de la comida, ambas tenían muchas cosas de las cuales ponerse al día, especialmente de esas cosas que solo les concierne a las mujeres.

Ambos chicos llegaron a la casa cuando Molly estaba cocinando y hablaba con una de sus nueras, Audrey, la mujer de Percy. Hermione se había llevado a Ginny al Callejón Diagon, la pelirroja hacía años que no comía un helado de Florean Fontescue, por lo que según les había contado los hermanos de Ron, estaba muy animada.

Mientras esperaban, George y Fred repartieron unas botellas de cerveza entre todos y se dispusieron a jugar un juego de cartas, con ese mazo que Harry jugó la primera vez que pisó esa casa, era una reliquia.

Hermione y Ginny se estaban demorando y Ron estaba algo nervioso por eso, no es que fuere sobre protector con su novia, al menos no más de lo necesario, sabía perfectamente que ella podía cuidarse por si misma; pero algo diferente era su hermana, ella simplemente no podía estar sola, estaba con su novia, su mano derecha, pero igual no estaba tranquilo.

Tomó su teléfono móvil y comenzó a marcar el número de la castaña cuando un ladrido en el patio de la casa lo hizo mirar hacia la puerta con los ojos bien abiertos. Al instante se escucharon voces femeninas charlando entre ellas muy alegres y divertidas mientras reían.

Harry levantó la cabeza al sentir la puerta abrirse y fijó los ojos en el perro de pelaje dorado que entraba corriendo a la casa y se subía encima del sofá, junto a Ron. El pelirrojo lo tomó del cuello y comenzó a jugar con el animal, Harry se rió ante esa escena, en especial cuando el cachorro le lamió una de las mejillas llegando hasta el ojo, su amigo se quitó la viscosa saliba con una mano, haciendo reir a los gemelos. Sin embargo, luego la vista del moreno volvió a desviarse a la puerta en donde su mejor amiga entraba junto a una mujer pelirroja caminando a su lado, la chica llevaba un bastón de aquellos tan característico para su estado, y llevaba lentes oscuros para ocultar sus continuos ojos cerrados.

- Hola familia…- dijo con la voz cantarina Ginny adentrándose en la casa con total naturalidad-. ¡Que bien que huele eso mamá!

- ¿No es que acaban de volver de comer helados?- Ginny sacó la lengua hacia el lugar en donde Fred se había burlado de ella.

- Cállate.

- Ahora con Ron y contigo nos quedaremos sin nada para comer- se quejó George de forma gruñona.

- ¿Está Ron aquí?- movió la cabeza como buscando a alguien y Ron se paró a su lado tomando su mano.

- ¿Se divirtieron?- indagó el pelirrojo más chico.

- ¡Un montón!, Hermione me hizo recorrer todo el callejón- sonrió-. Él olor de los negocios es tan característico- movió las manos intentando expresarse-. No se dan una idea de lo que extrañaba este lugar…- movió su nariz de una forma graciosa y caminó hacia Harry-. ¿Hay alguien más?- Harry miró nervioso como ella se le acercaba, observó sus labios rosados fruncidos y las pequeñas pecas de su nariz, y no supo por qué, pero su corazón comenzó a latir con fuerza ante la presencia de esa chica que hacía años que no veía.

- Ho-hola Ginny, soy Harry- ella sonrió dirigiéndose hacia él-. Tus padres me han invitado…

- ¡Gracias por venir!- le dijo ella contenta abalanzándose sobre él y abrazándolo por el cuello, su voz le había indicado en donde se hallaba.

- No es nada- Harry le devolvió el gesto con torpeza, algo turbado por el aroma del cabello de la chica-. ¿Cómo no iba a venir? Eres la hermana de mi mejor amigo- ella se separó de él radiante y lo besó en la mejilla.

- No tenías ninguna obligación- se acercó a él y por inercia buscó su oído-. Gracias por cuidarlo tanto- susurró agradecida.

Harry se quedó parado en el lugar sintiendo como cada extremidad se estremecía de algo que no lograba precisar, ante las palabras de ella murmuradas en su oído, el calor de su aliento, el aroma de su piel. Ginny había regresado y ahora hablaba con sus hermanos, y simplemente, él no podía dejar de mirarla, era más fuerte que él.


No me pregunten por qué estoy publicando una historia nueva cuando tengo dos que actualizar, porque no lo sé.

Esta historia nació uná mañana mientras viajaba escuchando una canción, para quienes la quieran se llama Abre tus ojos y es de los Teen Angels, de la serie Casi Ángeles de Argentina. Sí una novela de adolescentes que miraba todas las tardes con mi sobrina, y bueno, algunas cosas se te pegan. Y no sé, me basé en una historia de esa novela, y tomé prestadas ideas e intenté adaptarlas al mundo mágico. Lo sé, una locura, pero veremos lo que sale de esto.

Espero no afectar la sensibilidad de nadie, plantear a esta Ginny diferente y especial es medio complicado, y espero no irme por las ramas. Básicamente, como lo dice el summary, Harry la ayudará a ver el mundo de una forma diferente, así que bueno... ¡Eso es todo!

Desde ya agradesco que hayan leído hasta acá, y espero que me acompañen en esta nueva aventura, algo arriesgada, pero que realmente me gusta.

¿Dedicatorias? ninguna en especial, es para toda persona que tenga ganas de salir adelante, de superar los problemas y ser feliz.

Los quiero muchísimo, y nos leemos en el próximo.

Jor.