Hola! Esta viñeta es, en realidad, un momento cualquiera que se sitúa durante el tiempo en que Hermione estuvo embarazada de Rose. Y me costó. La verdad, es que tengo casi nada de ideas, un casi que es igual o parecido a un nada. Bueno, espero que les guste!
Disclaimer: los personajes no me pertenecen, la trama si.
Ah! Me olvidaba, el título de este capitulo es una frase que encontré en una revista, así que tampoco la puedo reconocer como mía :)
Un poco de aire en la tierra
-¿Ron?
-…
-¿Ron?
-….
-¡RON!
Él se sobresalta. Le cuesta un poco habituarse a la oscuridad de la habitación. Medio se sienta un en la cama y sigue la voz que hace medio minuto le ha gritado. Esa que está a su derecha. Ésa que es de Hermione.
-¿Pasa algo?- pregunta, alterado. Y hace un ademán de agarrar su varita, que está en la mesa de luz, lo suficientemente cerca como para dormir tranquilo, porque los viejos hábitos no se olvidan, dicen.
-Me estaba preguntando… ¿Y si… que pasaría si él o ella no nos quiere?- pregunta Hermione, con la preocupación casi tangible en su voz.
-¿Quién?- Responde su esposo, desconcertado y nunca va a poder entender cómo se le ocurre a Hermione despertarlo a las cuatro de la mañana.
-¡Nuestro hijo, Ron!
-No veo la razón por la cual no nos querría, la verdad.- dice sinceramente Ron, voltea el rostro para ver a su esposa y se sorprende al ver la expresión de inmensa preocupación que tiene y entonces pregunta con amabilidad: -¿Por qué lo preguntas?
-Puede que no seamos buenos padres.- dijo ella y de repente siente cómo toda la angustia que tiene en su pecho se aliviana un poco, cómo el nudo en la garganta se afloja. Apoya una mano en su panza.
Ron coloca su mano encima de la de ella. Era un contacto puro, simple y sin embargo tan sincero que parecía (no, que era) imposible que la preocupación no desapareciera.
-De eso se trata, Herms. Lo iremos aprendiendo a medida que pase el tiempo. A eso, a cómo ser padres me refiero.
Que no tenían experiencia era cierto, tenían toda la experiencia que se puede conseguir de cuidar a Teddy o a James. Pero tenían esas ganas de hacer las cosas bien, que son más que nada de Hermione, o las de hacerlas como Ron, con todo el esfuerzo y el corazón posible. Y por eso Ron no podía pensar en que fallarían, y aunque a veces tenía la impresión de que se estaba enfrentando a algo desmesuradamente más grande que él (que de hecho lo era) después se le pasaba. Porque no tenía miedo.
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