Memorias de un Ex-Asesino

Prólogo: Hace 39 años.

-¡Ferguson!

El grito resonó en todos los pasillos y aulas del Colegio de Primaria de Springfield. Segundos después, Frank Ferguson corría por el pasillo en dirección a la puerta de entrada, de donde provenía la llamada.

-¡Superintendente Chalmers! ¡Qué grata sorpresa!

-Ahórrese los cumplidos, Frank. Hoy no estoy de humor. Su "Alumno estrella" Me ha arruinado el Ford Focus que me acababa de comprar.

-Quizás lo cubra el seguro…

-No creo que el seguro cubra ESO.- El superintendente señaló su coche y Ferguson vio el destartalado aspecto del automóvil, una rueda pinchada, el cristal pintarrajeado de rojo y una puerta firmada por: El Roberto.

El director suspiró y se dirigió al micrófono para dar el anuncio a la clase de 4º.

La voz de la señora Skinner fue interrumpida por el megáfono, que repetía por novena vez aquella semana, la misma llamada:

-Robert Terwilliger, preséntate en el despacho del director inmediatamente.

La clase siguió con normalidad, como si nada hubiera ocurrido, ya que aquella llamada se repetía todos los días una o dos veces. Un chico se levantó de su asiento en el centro de la clase y se movió hacia la puerta.

-Vamos, Robert, es la novena vez esta semana.

-Vamos, Frankie, usted me conoce, llámeme solo Bob.- El muchacho, de unos 10 años, se revolvía el pelo rojo con un dedo, un pelo que no pasaba desapercibido a la vista dada su extraña forma de palmera.

-¡De Frankie nada! ¡Soy tu director y te dirigirás a mí como tal!

-De acuerdo, Tal.

-¿Que vamos a hacer contigo, Robert?

-¡Oh!, Tengo una idea genial. ¿Qué tal nada?

-Voy a castigarte por este comportamiento y por arruinar el Ford Focus del superintendente, que se acababa de comprar. (Era increíble como repetía a la perfección las expresiones de Chalmers) Pasarás dos semanas en el aula de castigo durante el recreo.

-¿Ah, sí? Pues le diré una cosa…Mañana el examen de Sociales…y estos son los apuntes que he estado tomando todo el mes… sería una lástima que por mi culpa bajara la media del colegio, ya que el superintendente estaría muy enfadado con cierto director… Al grano: Si me castiga, suspenderé el examen a propósito.

Ferguson se paró en seco. Se lo temía. Siempre era igual. Al ser uno el alumno con mejores notas del colegio, podía chantajearlo de aquella forma.

-No te… atreverás…

-Póngame a prueba- Robert acercó unas tijeras a sus apuntes.

-¡Vale, tu ganas!

-Sabía que lo comprendería…Frankie. –Añadió antes de salir, ríendo, por la puerta.

Al llegar a clase, se sentó en su pupitre y se chocó la mano con su compañero de mesa, Melvin Van Horne. Después, se asomó a la ventana y sonrió. Se sentía feliz.

Porque aquella era su vida.

El era Robert Underdunk Terwilliger.