Maggie llegó corriendo a su casa y, tras abrir la puerta, corrió como alma que lleva el Diablo hacia la cocina, donde sus padres charlaban.
-¡Papá! ¡Mamá! ¡Le he visto! ¡He visto a John Hopper!
Después de las debidas aclaraciones, los padres de Maggie se pusieron nerviosísimos.
-Escucha, Maggie, no te acerques a ese tipo. Ese hombre escapó de su condena en la cárcel. En el juicio, cuando se lo llevaban arrestado, agarró una pistola y se fugó. Nunca nadie supo nada de él…
-Me dijo que tenía que redimir algo de un juicio, de que habías declarado culpable a un inocente…
-No, él se equivoca. Él es el criminal, pero está empeñado en seguir con su mentira, intentar hacerles creer a todos que él no fue el asesino. Pero no hay pruebas, yo me encargué personalmente del juicio, y una abogada como yo no puede fallar en esas cosas. Ese hombre era culpable, y tenía el perfecto móvil: Krusty le había estafado. Pero tranquila, corazón, no dejaré que ese monstruo te atrape… ahora, vete a la cama, ya es muy tarde.
-Vaya, Hopper, has vuelto a Springfield.
-Y tú te haces llamar Syphilis.
Los dos parecían estar en una disputa en la Taberna de Moe.
-¿Has vuelto por lo que creo que has vuelto?
-Seguro que sí. Descuida, tu amiguito me pisa los talones muy de cerca. Pero él, Maggie y los otros dos estarán muertos muy pronto…
-¡Basta, John! ¡Esta es la locura más grande que jamás he visto!
Hopper se levantó de repente y golpeó a Syphilis en la cara.
-¡Cállate, zorra! ¡Tú no tienes idea de lo que he pasado! ¡Esos malditos deben morir!
-¡Tu sí que vas a morir si no le quitas la mano de encima, cacho mentecato!
El puño del recién llegado se lanzó contra la cara de Hopper y lo derribó.
Maggie, Robert y sus padres se hallaban en la comisaría de policía. Clancy Wiggum trataba de comprender todo lo que le decían.
-O sea, que quiere que encuentre a Hopper, que, según usted, ha vuelto de la nada para asesinarles, ¿No?
-Exacto. Pero recuerde que el otro reincidente le sigue la pista muy de cerca, podría capturar dos pájaros de un tiro.
-¿Quién es el otro reincidente, mamá?
Maggie se llevó a su hija un momento y se lo explicó.
-Un cómplice de Hopper, que, tras ver el resultado del juicio contra su compañero, se decidió a perseguirle y a la vez a escapar de la policía de Springfield. Era un chiflado, igual que el. Si Hopper está por aquí, seguramente él también se encuentre en el pueblo.
-De acuerdo, lo capto.
-No. No es posible.
-Lo es, querida. En cuanto a ti, Hopper, me temo que vas a reunirte con tu asqueroso destino.
John se levantó y miró al recién llegado a los ojos.
-Me temo que tú tienes un destino tan horrible como el mío, ¿cierto?
Syphilis se le acercó.
-¿Cuánto tiempo pensabas tardar en coger a este criminal, Cornholio?
-Vamos, no he tardado tanto. Diez años se pasan a una velocidad alarmante si tienes algo por lo que luchar. Ahora, tu bien sabes que el único culpable en este lugar es esta rata asquerosa.
Hopper le agarró por el brazo y se lo retorció. Cornholio gritó mientras John se escapaba por la puerta.
-¡Dita sea, se me ha vuelto a escapar!
Cuando Cornholio estaba a punto de salir, Syphilis lo agarró por el hombro.
-Si vas a seguirle, no tardes otros diez años, ¿me lo prometes?
Cornholio sonrió.
-Puedes estar segura de que nos veremos dentro de poco, querida. No tardaré.
-De acuerdo. Recuerda que él se sentirá muy orgulloso de ti, pase lo que pase.
-Lo recordaré.
Tras decir esto, salió de la Taberna.
Hopper buscó desesperadamente una forma de escapar de su perseguidor. De repente, vio su oportunidad. Un tipo gordo y calvo acababa de aparcar su coche rosáceo al lado de la taberna. Abrió la puerta del coche justo cuando el hombre salía de él. Lo apuntó con una pistola.
-¡Las llaves! ¡Deme las llaves!
El hombre le lanzó las llaves y escapó. Hopper se metió mientras Cornholio empujaba al hombre y trataba de llegar hasta el coche. Ya era tarde para pillarle.
Homer, Moe y Syphilis trataban de asimilar lo que acababa de pasar. Un tipo le había robado el coche a Homer mientras que otro trataba de atraparle.
-Bueno, Homer ¿Crees que Marge se va a tragar esto?
-No.
-¿Usted es Homer?- Syphilis parecía sorprendida.- ¿Homer Simpson? ¿El padre de Maggie?
-Si ¿Quiere un autógrafo?
Syphilis puso los ojos en blanco.
-No, no quiero un autógrafo. Tengo que advertirle que ese hombre puede causarle muchos problemas.
-¿Nos conocemos?
-Sí, soy Syphilis, la cantante de Below Zero.
Homer se le quedó mirando con cara neutral, como acostumbraba hacer cada vez que recibía nueva información.
Syphilis comprendió que no iba a lograr que aquel estereotipo del americano moderno entendiera nada. Se dio la vuelta y se fue a su apartamento.
Maggie llegó corriendo a su casa y, tras abrir la puerta, corrió como alma que lleva el Diablo hacia la cocina, donde sus padres charlaban.
-¡Papá! ¡Mamá! ¡Le he visto! ¡He visto a John Hopper!
Después de las debidas aclaraciones, los padres de Maggie se pusieron nerviosísimos.
-Escucha, Maggie, no te acerques a ese tipo. Ese hombre escapó de su condena en la cárcel. En el juicio, cuando se lo llevaban arrestado, agarró una pistola y se fugó. Nunca nadie supo nada de él…
-Me dijo que tenía que redimir algo de un juicio, de que habías declarado culpable a un inocente…
-No, él se equivoca. Él es el criminal, pero está empeñado en seguir con su mentira, intentar hacerles creer a todos que él no fue el asesino. Pero no hay pruebas, yo me encargué personalmente del juicio, y una abogada como yo no puede fallar en esas cosas. Ese hombre era culpable, y tenía el perfecto móvil: Krusty le había estafado. Pero tranquila, corazón, no dejaré que ese monstruo te atrape… ahora, vete a la cama, ya es muy tarde.
-Vaya, Hopper, has vuelto a Springfield.
-Y tú te haces llamar Syphilis.
Los dos parecían estar en una disputa en la Taberna de Moe.
-¿Has vuelto por lo que creo que has vuelto?
-Seguro que sí. Descuida, tu amiguito me pisa los talones muy de cerca. Pero él, Maggie y los otros dos estarán muertos muy pronto…
-¡Basta, John! ¡Esta es la locura más grande que jamás he visto!
Hopper se levantó de repente y golpeó a Syphilis en la cara.
-¡Cállate, zorra! ¡Tú no tienes idea de lo que he pasado! ¡Esos malditos deben morir!
-¡Tu sí que vas a morir si no le quitas la mano de encima, cacho mentecato!
El puño del recién llegado se lanzó contra la cara de Hopper y lo derribó.
Maggie, Robert y sus padres se hallaban en la comisaría de policía. Clancy Wiggum trataba de comprender todo lo que le decían.
-O sea, que quiere que encuentre a Hopper, que, según usted, ha vuelto de la nada para asesinarles, ¿No?
-Exacto. Pero recuerde que el otro reincidente le sigue la pista muy de cerca, podría capturar dos pájaros de un tiro.
-¿Quién es el otro reincidente, mamá?
Maggie se llevó a su hija un momento y se lo explicó.
-Un cómplice de Hopper, que, tras ver el resultado del juicio contra su compañero, se decidió a perseguirle y a la vez a escapar de la policía de Springfield. Era un chiflado, igual que el. Si Hopper está por aquí, seguramente él también se encuentre en el pueblo.
-De acuerdo, lo capto.
-No. No es posible.
-Lo es, querida. En cuanto a ti, Hopper, me temo que vas a reunirte con tu asqueroso destino.
John se levantó y miró al recién llegado a los ojos.
-Me temo que tú tienes un destino tan horrible como el mío, ¿cierto?
Syphilis se le acercó.
-¿Cuánto tiempo pensabas tardar en coger a este criminal, Cornholio?
-Vamos, no he tardado tanto. Diez años se pasan a una velocidad alarmante si tienes algo por lo que luchar. Ahora, tu bien sabes que el único culpable en este lugar es esta rata asquerosa.
Hopper le agarró por el brazo y se lo retorció. Cornholio gritó mientras John se escapaba por la puerta.
-¡Dita sea, se me ha vuelto a escapar!
Cuando Cornholio estaba a punto de salir, Syphilis lo agarró por el hombro.
-Si vas a seguirle, no tardes otros diez años, ¿me lo prometes?
Cornholio sonrió.
-Puedes estar segura de que nos veremos dentro de poco, querida. No tardaré.
-De acuerdo. Recuerda que él se sentirá muy orgulloso de ti, pase lo que pase.
-Lo recordaré.
Tras decir esto, salió de la Taberna.
Hopper buscó desesperadamente una forma de escapar de su perseguidor. De repente, vio su oportunidad. Un tipo gordo y calvo acababa de aparcar su coche rosáceo al lado de la taberna. Abrió la puerta del coche justo cuando el hombre salía de él. Lo apuntó con una pistola.
-¡Las llaves! ¡Deme las llaves!
El hombre le lanzó las llaves y escapó. Hopper se metió mientras Cornholio empujaba al hombre y trataba de llegar hasta el coche. Ya era tarde para pillarle.
Homer, Moe y Syphilis trataban de asimilar lo que acababa de pasar. Un tipo le había robado el coche a Homer mientras que otro trataba de atraparle.
-Bueno, Homer ¿Crees que Marge se va a tragar esto?
-No.
-¿Usted es Homer?- Syphilis parecía sorprendida.- ¿Homer Simpson? ¿El padre de Maggie?
-Si ¿Quiere un autógrafo?
Syphilis puso los ojos en blanco.
-No, no quiero un autógrafo. Tengo que advertirle que ese hombre puede causarle muchos problemas.
-¿Nos conocemos?
-Sí, soy Syphilis, la cantante de Below Zero.
Homer se le quedó mirando con cara neutral, como acostumbraba hacer cada vez que recibía nueva información.
Syphilis comprendió que no iba a lograr que aquel estereotipo del americano moderno entendiera nada. Se dio la vuelta y se fue a su apartamento.