Bueeeenas noches a todos ~ Habla su autora ^.^ LAMENTOOO la tardanza XD Ay, ay. Ya hasta me da pena. ¡No ha sucedido por estar desanimada! No, no. Hace bastante comprendí que las cosas debo hacerlas con amor y para mi, y sólo así podría sentir que estaba bien hecho. Además trabajo también para los que disfrutan de la lectura. Pero admiiiito, que el mensaje de Axhura es quién me ha recordado de publicar XD Quedé en hacerlo en Agosto, pero me fui de viaje fuera de la ciudad, y luego entré a clases y como todos sabrán cuando se empieza la Tesis universitaria tu vida acaba xD Si, si, asi estoy. ¡Por suerte este capitulo ya estaba acabado! Y el próximo no le falta demasiado, pero debo ponerme las pilas y seguir con el otro por que de ese si no hay casi nada.. Buu. Pero no pensemos en eso ^^ para todos los que esperaron aquí está. De antemano me disculpo y digo que la proxima actualización será para Diciembre porque necesito despejarme de la Tesis primero parano atrasarme en mis estudios. Pero acabaré el fanfic no desesperen ^^
Otra cosa que quería decir era que pues, se que hay muchos secretos que no se saben aún, y puede desesperar a muchos. Que el romance no está a simple vista, inclusive los personajes principales, pero no quiero cambiarlo. Así me gusta, así lo siento perfecto, y así se quedará. Además que no falta demasiado para que el secreto más importante se sepa ^^ Espero sepan ser buenos lectores y entiendan mi intención. ¡Ahora si los dejo con el capítulo! ~
Capítulo dedicado a Axhura~
Disclaimer:Inuyasha y su historia original no me pertenece si no a Rumiko Takahashi. Únicamente es de mi propiedad ésta nueva trama y los nuevos personajes, lo hago sin ánimos de lucro por y para fans.
••Fate's red Thread••
Capítulo 14
Lo simple de ser humano.
La humanidad era compleja, pero también muy completa.
Había desde emociones buenas hasta malas, desesperación, tranquilidad. Por suerte era todo muy armonioso.
Y aunque éramos fuertes para muchas de las cosas que decidíamos en nuestras vidas, éramos débiles. Éramos un soplo apenas en ésta gran esfera, un soplo que podía desaparecer en segundos y luego ser reemplazados. Eso consideraba yo que era la parte más simple de ser un humano; nuestra fragilidad.
Aquel día había llovido desde muy temprano. Las personas estaban refugiadas en sus casas, Sango, Keichi y sus dos hijas estaban en la montaña ya que el día anterior habían partido a exterminar a unos monstruos. Yo me quedé en la aldea, no por mi decisión, ni por decisión de la señora Sango sino porque ahora mismo estaba indispuesta con un tobillo dislocado y varias heridas en mi cuerpo, tras aquella batalla con los ogros en mi último entrenamiento acabé mal herida.
El entrenamiento era bastante fuerte, y les mentiría si les digo que jamás pensé en renunciar a todo, me he sentido derrotada muchas veces y aunque tardaba continuaba con mi entrenamiento.
La lluvia inundaba mis fosas nasales, yo la admiraba caer desde la entrada de la casa de la Señora Sango y el Monje Miroku, todo estaba en un silencio tranquilo y aunque me había acostumbrado a escuchar a los aldeanos hablar a estas horas del medio día me agradaba escuchar las gotas golpear el techo. Los charcos en el suelo, y las plantas gozaban de aquel líquido vital sobre ellas. Un momento perfecto para retomar toda esta locura en la que se había convertido mi vida.
-Entonces… aquí estoy… -Inicie mi charla conmigo misma, ausente viendo más allá de la lluvia-
-También yo. –Agregó otra voz que no me asustó pero si me hizo arrugar el entrecejo. Suspiré y cerré los ojos, por lo visto tampoco podría pensar en ese instante-
-Si vienes a burlarte… -Comencé a advertirle, pero escuché una risa bastante natural tras de mí, escuché los pasos y luego como el rostro del demonio zorro se asomaba del otro lado de la puerta, moviendo con su mano la puerta de paja mirando hacia afuera también. Ni idea de cómo entró.-
-No, ya lo hice lo suficiente. Pero admito que aún me da risa acordarme. –Confesó, yo estaba imaginándome que él caía en el estiércol de los cerdos de aquella otra aldea cercana, donde se hallaban unos cerdos regordetes y cubiertos de lodo todo el tiempo- Estabas hablando sola.
-Uhm. –Respondí seco, no me gustaba ser interrumpida en un momento tan íntimo y menos que me lo recordaran- Pensaba en voz alta.
-¿Cosas importantes?
-Todo lo que pienso es importante. –Contrarresté de inmediato-
-Tsk. ¿Sabes? Menos mal que no eres una princesa realmente… Tu personalidad sería peor. –Musitó apoyando su otro brazo en el marco de madera y sacando la mano levemente para mojar su palma-
-La tuya no es mejor que la mía.
-Soy un Demonio, poderoso, es distinto. –Me habló como si fuese obvio aquello, yo enarqué una ceja y me quedé callada, realmente esas conversaciones con Shippou se hacían más frecuentes y me agradaban, eran divertidas-.
-¿Por qué no sales a la lluvia? Es raro ver a un "demonio poderoso" resguardado en una casa de humanos. ¿Te derrites con el agua? –Le fastidié y sus ojos zafiros me miraron con enfado, yo encogí los hombros por momentos- Sólo me lo preguntaba.
-Bueno, si puedo evitar mojarme lo hago. –Respondió sin mucha importancia-
-Me culpas de tener mal humor pero también eres así.
-Deberías hablarme con más respeto, soy casi 7 años mayor que tú. –Inquirió ahora recostando la espalda en el marco y mirándome directamente con los brazos cruzados, yo sólo parpadeé y volteé un poco mi boca sin cambiar mi posición- Hey. ¿Me estás escuchando?
-Ya no quiero hablar. –Dije tranquila, Shippou bufó y continuó-
-No eres tan desagradable cuando hablas de ésta forma, no tienes esa cara congelada de siempre, y pareces más humana.
-Los elogios de ésta época son peculiares.
-Hablo en serio. –Usó un tono severo que me hizo mirarlo, ahora esos ojos zafiros parecían querer atravesarme el alma, ¿Podría?- ¿En qué tanto piensas? Cada que te veo así, estás muy sumida en lo que sea que estas pensando. –Con eso supongo que quiso que le contara pero no era de esas y solo me quedé viendo las gotas que resbalaban del borde del techo- ¿Extrañas tu mundo? ¿A tus familiares? –Esperó, no respondí- ¿Por qué observas tanto a Goshinboku?
Aquella pregunta me hizo mirarle de inmediato, ya teníamos esa confianza por lo menos de si decía algo que veía inoportuno y ofensivo se lo decía, aunque ahora sólo era curiosidad.
-¿Me estabas observando? –Pregunté con un poco de recelo, él sostuvo la mirada sobre la mía oscura pero no duró demasiado tiempo, la desvió hasta la lluvia enseñándome ahora su atractivo perfil-.
-A veces. –Musitó dejando salir esos colmillos inhumanos. Entrecerré mi mirada, no me enfadé, aún era muy raro que me enfadara, seguía estando medio muerta en ese aspecto, y además me acostumbraba a tratar cada día con las mismas personas.-
-Shippou.
-¿Uhm? –Me miró de nuevo. Quería preguntar algo, tenía la necesidad pero aún no reunía todas las pistas en mi mente para saber qué pregunta hacer, de qué tenía curiosidad- ¿Qué? –Insistió él, yo pasé saliva sin mucho esfuerzo y entreabrí mis labios para lanzar mi duda-
-Anteriormente, mencionaste el nombre de Inuyasha. –Comencé con una breve introducción- Cuando, hablábamos aquel día sobre Kagome. ¿Quién es esa persona? –Volví a usar la misma inocencia de antes, falsa, pero no la sentí así por completo, conocía el nombre de Demonio Perro nocturno, y una vaga imagen de la persona pero eso era todo, por lo que mi inocencia y curiosidad eran casi reales-.
Pero lo que vi en el rostro de Shippou me impresionó, pues desde que vine a éste mundo jamás vi esa sensación de nostalgia, melancolía y añoranza que me mostraron los ojos claros de aquel demonio. Mi curiosidad creció abominablemente.
Supe que estaba dudando de cómo responder, sus labios se abrieron y volvieron a cerrarse para luego cruzar sus brazos cambiando puestos y tomó aire.
-Inuyasha era un Hanyou que vivía en ésta aldea. Hacía muchos años atrás, amigo cercano de Sango, Miroku y Kagome.
Inuyasha era, era un Hanyou. Inuyasha fue el resultado de la unión entre un Humano y un Demonio, del que Wikipedia hablaba pero Shippou pronunciaba esa palabra de una forma distinta a como yo lo veía.
-Fue, en la época cuando la Shikon no Tama estaba dispersa en 1000 fragmentos, principalmente Kagome e Inuyasha recolectaban cada trozo pero luego me uní a ellos, luego Miroku y finalmente Sango. Creo que, eso fue hace ya 26 años. –Musitó tratando de calcular el tiempo pasado-
-Entonces, supongo que ya será viejo. –Dije por inercia, y era obvio pero vi como Shippou sonrió ladino y con un brillo de picardía me miró-
-Eres una ignorante. –Me insultó- Los Youkai vivimos mucho tiempo, y podemos vernos exactamente igual. Los Hanyou igualmente tienen esa habilidad, nunca pensé ni pregunté la edad de Inuyasha pero no me sorprendería si rondara ya los 300 años.
-Tre… ¿Trescientos? –Pregunté pasmada y con mis ojos muy abiertos- Estás bromeando.
-¿Para qué bromear con eso? Los Youkai somos muy distintos de los Humanos, en todo. Hasta en apariencia, pero algunos preferimos llevar una más aceptable, y así no ser rechazados.
-Hmm… ¿Cómo lucía Inuyasha? –Por alguna razón temí que la descripción concordara con la fotografía que vi en casa-
-Tenía cara de rabioso. Pelo blanco y descuidado, y orejas de perro. –Describió muy rápido y casi sin pensar, y mientras trataba de hacerme una idea mental de él la risa frenética de Shippou me alarmó y volví a verlo matando todo pensamiento que tenía. ¡¿Qué le pasaba a ese loco?!- Ah. Inuyasha. Ese gato era un maleducado.
-¿Gato? ¿Con orejas de perro? –Pregunté confundida-
-Era un Perro. –Me confirmó ya más en sus cabales, por momentos mi mente humana y futura me llevó a cuando llamábamos a un hombre "perro", obviamente no tenía que ver pero la concentración a veces me fallaba- Mitad humano, mitad Youkai perro del Este.
-¿Qué hay varias clases de Youkai Perro? –Pregunté con algo de sarcasmo- ¿Perro del viento? ¿Perro de la lluvia? ¿Perro de hojas? –Intenté ser sarcástica pero él respondió tan serio a cuando había dejado de reír como hiena-
-De hecho solo hay dos, o eso he escuchado por ahí. Pero de la familia del Este solo quedan tres. –Me contaba Shippou con detenimiento y yo escuchaba con cautela, por dios, era como una historia fantástica y aunque nunca las creía de pequeña me fascinaba escucharlas, con diferencia de que ahora si eran reales.- Inuyasha, Sesshoumaru e Irasue.
-¿Quiénes son Sesshomaru e Irasue?
-Sesshomaru es… -Hizo una mueca de desagrado puro- El hermano mayor de Inuyasha, medio hermano. Irasue es la madre de Sesshoumaru, que por suerte no suele visitar este mundo con frecuencia. –Sonó aliviado con eso, y aunque seguía queriendo escuchar más de aquella historia no podía evitar preguntarme algo más, pero me encontré en el punto de decirme a mí misma ¿Qué tanto me servía esta información? Si lo analizaba no me era de ayuda más que para satisfacer mi desmedida curiosidad-.
-¿Cómo sabes de todo esto? ¿Era Inuyasha alguien muy cercano contigo?
-No. Bueno, algo así. Hmm… Yo, era un niño muy pequeño cuando le conocí. –Dijo algo incómodo- El mismo día que asesinaron a mi padre unos Youkai. Momentos luego me encontré con un fragmento de Shikon que poseía una mujer con ropas extrañas, Kagome. –Me miró por momentos para aclarar quién había sido esa mujer- Y un sujeto con una espada y traje rojo. Planeaba vengarme de aquellos Youkai que mataron a mi padre así que robé el fragmento que Kagome e Inuyasha tenían, pero luego ellos terminaron ayudándome y me quedé en su compañía. Digamos que, ellos fueron mis padres de reemplazo. –Finalizó con una sonrisa distinta y cálida, percibí la tristeza de la misma tanto que me hizo sonrojar.-
-Por eso… tú… querías saber si Kagome era de mi mundo… -Musité sin estar segura, Shippou no contestó otorgándome la razón, yo bajé la mirada y miré la entrada de la casa mojada. Me sentía miserable ahora por haberle mentido… cuando él… Cuando él me estaba confiando aquello tan doloroso. Pero sentía que no debía decirle sobre esa persona, y sobre el amuleto, no aún. Pero el sentimiento de culpa no se iría- … Mis padres están vivos, pero es como si no lo estuvieran. –Confesé en un intento desesperado de no sentir aquello-
Shippou pareció confundido.
-No viven conmigo, y tengo ya mucho sin verlos. He perdido la costumbre de tratarlos, y poco a oco se han vuelto... extraños. –Concluí con un ligero suspiro de decepción, pero no demasiado profundo, esa clase de cosas ya las había superado.-
-Lamento oír eso…- Comenzó a disculparse pero yo di un paso hacia afuera mojándome con la lluvia- Ah… ¡Miko! ¡¿Qué haces?! –Me preguntó sacando una mano para tomar mi brazo- ¡Ustedes los humanos se resfrían muy fácilmente! ¡No debería salir!
-Entonces no te derrites si te mojas. –Le dije aparentando seriedad, pero una sonrisa se me escapó, pues la situación me parecía divertida.- Caminemos bajo la lluvia, ya que no te derrites ni te mueres si te cae lluvia.
-Pero… -Lo vi dudar. Quería seguir conversando con él, quería seguir fastidiándolo hasta que se enojara en serio pero quizá él no. Me soltó el brazo poco a poco a pesar que ya había mojado parte de su traje y se quedó dentro.-
-De acuerdo Demonio poderoso, tú quédate. Regreso en un rato. –Musité mientras me volteaba y caminaba con sumo cuidado pues la tierra estaba resbalosa y además mi tobillo estaba demasiado delicado. No le escuché decir nada pero tampoco pretendía que me siguiera ahora cuando había rechazado mi invitación.
Si con el entrenamiento la aldea me parecía una ciudad entera ahora lastimada sentía que atravesaba media Europa, pero a todo esto me alegró que Shippou no viniera conmigo, pensaría lo que me interrumpió en un principio.
Estoy aquí, ahora bajo la lluvia, en un mundo que no es el mío. Pero al parecer tengo que buscar mi propia manera de regresar, descubriendo la razón entera de por qué me ocurrieron estas cosas. Mejor dicho, "quién era el causante".
El kimono comenzó a pesar un poco más pues estaba totalmente mojado pero no era problema, mi cabello también estaba igual y sin darme cuenta estaba cercana a Goshinboku, él me atraía con una naturaleza sorprendente.
En los alrededores de Goshinboku las raíces de los demás árboles eran muy altas por eso me tomé mi tiempo en llegar a él, mis sandalias de madera eran estorbosas por eso me las quité en medio camino y las llevé en la mano, con pisadas certeras en mis pies desnudos sabía que llegaría a salvo. Cuando estuve bajo Goshinboku aún me caía la lluvia pero con menos intensidad, las ramas paraban las gotas y se deslizaban por el tronco hasta llegar a la grama. Con infinita paciencia me senté en el pasto mojado cayendo justo en un charco, me quejé mirando mis manos llenas de tierra pero el estar con Goshinboku alejaba todo sentimiento negativo. Oh no, estaba con él y todo iría de maravilla.
-Hane-sama. –Musité mirando hacia arriba, parpadeando algunas veces temiendo que las gotas entraran a mis ojos- Ella creó el Amuleto Ryu, no Kagome. –Miraba intensamente las cuentas de la pulsera, y las palabras de aquel Monje volvieron a mí. Esa pulsera no me causaba ningún dolor en lo absoluto, ni cosquillas, pero resulta ser que estaba…- Realmente no sé que me está haciendo éste amuleto… no sé si me hace un bien o… me destruye… -apreté mi mandíbula y negué- Es que no sé qué es lo que hace… debería sellar mis poderes. ¿No? Entonces… ¿Por qué los puedo usar? –pregunté como si alguien pudiera responderme, las gotas caían sobre mi pulsera, solo el ruido de la lluvia y mi respiración pesada.- Y si… están sellados ahora, supongo que luego… Ash… Ojalá el Monje me hubiera explicado con más detalles, siempre dejan las palabras a medias… O Kagome, ella debía saber mejor que nadie. –Cerré mis ojos y bajé mis rostro queriendo buscar calma para pensar con claridad- Si elijo, ser la de antes, sólo tengo que dejar que el Amuleto termine de fusionarse conmigo, aunque no sé cuánto tiempo será eso… pero, si quiero, liberarme… yo… -Me costaba pensar en eso- Yo… -Me detuve de hablar. Abrí mis ojos. Pendiente y escuchando mi alrededor.
Aguanté la respiración, un segundo, dos segundos… tres, cuatro.
Ahí estaba.
Otra respiración más. Tenía un excelente oído y engañarme era casi imposible.
Había alguien allí conmigo así que me levanté de inmediato de mi sitio y el sonido de una de las ramas de arriba sonó, miré y busqué alguna figura, estaba tensa y muy insegura. Estaba sola, totalmente sola y herida, pero tenía aún mis poderes purificadores. Ahora, mi respiración se volvió demasiado pesada, no era miedo, era que sabía que esa presencia era de un Youkai.
-Dónde… -No llegué a pronunciar cuando otra rama distinta y más delgada de Goshinboku sonó, apunté de inmediato con mi mano cuando vi bajar la sombra de alguien justo hacia mí-
-Humana. –Me llamó Shippou aterrizando a mi lado con bastante facilidad y yo bajé mi mano suspirando fuertemente-
-¿Por qué insistes en observarme todo el tiempo? –Le recriminé por el susto que me acababa de hacer pasar, el me miró con tranquilidad y enarcó una ceja-
-¿Así es tu trato para quienes se preocupan por ti? –Preguntó ligeramente altanero, yo incliné mi cuerpo para tomar mis sandalias y le di la espalda-
-Te pedí que me acompañaras, no quisiste. Esperaba encontrarme sola de todas formas. –Le respondí retomando el camino a la aldea cuando Shippou me alcanzó y se colocó a mi lado.
-No entiendo porqué, pero pareces enojada.
-Tu pequeño pasatiempo casi te cuesta la vida. Deja de observarme oculto desde los árboles. –Fue lo último que le dije antes de acelerar el paso un poco más aún con la lluvia andando, era molesto saber que me trataba como una rata de laboratorio o quizá me vigilaba para que no les "traicionara".- ¡Oush! El enfado no me deja pensar con claridad. –Dije en voz alta sin darme cuenta-
-Pero… Si yo acabo de llegar. –Respondió incrédulo y bastante confuso. Ya yo estaba bastante lejos.
Normal POV
-Su excelencia. ¿Lo ha percibido? –Preguntó en tono lento la Sacerdotisa Kaede frente a su humilde hogar junto al hombre Monje, ambos observando el firmamento oscuro y lluvioso serenos pero consternados por la presencia que atravesó el bosque en sigilo.
-Es obvio que aquel ser no quiere ser descubierto. –Musitó serio con toda su concentración proyectada a ese bosque que guardaba a un inquilino misterioso.- Sin embargo, ha estado bastante rato y no ha realizado ningún movimiento.
-¿Qué podrá ser? Es la primera vez que siento un poder de ésta magnitud… Pero al mismo tiempo, ha sabido esconder su presencia. –Respondió a la idea del Monje sin prisa.- ¿Qué clase de demonio es?
-No puedo asegurarlo, Señora Kaede. También es desconocido para mi, semejante poder… No ha de ser bueno. –Concluyó distrayéndose un poco cuando escuchó voces acercarse a ambos desde el bosque, eran la humana del futuro y el joven zorro que parecían estar en una de sus peculiares charlas, pero lo que más preocupó a Miroku era que parecían regresar precisamente del lugar donde aquella presencia se ocultaba con tanto ahínco. Goshinboku.
-Se ha marchado. –Dijo Kaede segundos luego, Miroku no contestó pues aún miraba el árbol sobresaliendo del resto marcando una diferencia considerable. Y no pudo evitar que el rostro de alguien pasara por su mente.
Aderu POV
Más días pasaron, más días se acumulaban a mi estadía en la aldea de la señora Kaede. Mi mal humor estaba mejorando considerablemente, ya no era una déspota, silenciosa y prejuiciosa, los avances eran sorprendentes y todos lo notaban, no negaré que me hacía sentir orgullosa.
No es que odiaba ser como era antes, pues me protegía de muchos golpes que no quería volver a llevar, pero ahora había encontrado una forma de vivir que; sonará estúpido, me hacía feliz.
Justo en ese momento llevaba a la pequeña Kaname en brazos, si, se llamaba igual que mi madre. ¿Coincidencia? No me sorprendería de saber luego que era el antepasado de mi madre. La hija menor de Sango y Miroku era muy tranquila, siempre me han llamado la atención los niños pequeños pero jamás había estado cerca de uno pues solía darles miedo, y digo solía porque Kaname jugaba muy alegre conmigo. La pradera cerca de la aldea era nuestra guarida ahora, la niña de cabello negro corto jugaba a lanzar al aire los pétalos de las flores que había destrozado y reía cuando le rozaban la cara. Yo le observaba con media sonrisa apoyada en mis rodillas y por un momento miré al frente, los tres hermanos entrenaban y de nuevo yo estaba fuera de eso, ya había acabado con mi entrenamiento de ese día y en aquel no podía entrar aún. Era una pelea.
Con armas filosas rozando tu piel, ataques demasiado rápidos y una resistencia que aún no tenía (pero estaba a punto de obtener si seguía como iba). Era cierto que me había enfrentado a un ogro, pero según Sango pelear contra otro exterminador era mucho más peligroso.
Kaname movió sus manitas y golpeó el pasto, yo le miré serena dejando que la brisa se llevara toda preocupación en ese momento.
-También quieres ser exterminadora ya ¿Eh? –Le pregunté como si fuera a responderme, solté una risilla en el mismo momento que una sombra me cubrió y se posó a mi lado, era el padre de Kaname.
-Nuevamente nos sentamos a lo lejos para sólo observar. –Me habló en tono bastante educado, parecía que su formación de Monje era bien completa, ya que a veces usaba palabras demasiado profundas, era agradable a decir verdad.- Por lo que veo, Sango aún no considera que debes entrenar en batallas con ellos.
-… Aún me falta entrenamiento. –Comenté con respeto y en tono de voz claro. Cargué a Kaname y la senté en mis piernas, las manitos de la niña destrozaban otra florecilla más para enseñarle los destrozos a su padre y luego a mí, para ser ya casi de 2 años ella aún no hablaba ni hacía ruidos extraños, pero nadie hablaba de eso por lo que yo tampoco lo haría.
-Aderu-san. ¿Puedo tomarme el atrevimiento de preguntarle algo? –Cargó a su hija y ahora la sentó en sus piernas para luego mirarme, amablemente pero siempre educado y cauteloso de no decir nada inapropiado. Justo como el Miroku que llegué a conocer un día en mi mundo. Pero además sentía que todo el mundo iba con cuidado al tratarme, a excepción claro del idiota de Shippou, pero yo no quería eso. Era ilógico porque estaba obteniendo lo que pedí y forcé pero ahora que lo tengo no quería tenerlo.
-Miroku-sama. Debo disculparme con usted, con todos ustedes. Mi comportamiento, cuando llegué aquí fue bastante hostil pero le aseguro que todo fue por una razón, y que ahora es distinto…
-Estabas asustada, era comprensible. No debes preocuparte por aquello, ya ha quedado en el pasado.
-En parte lo he hecho por miedo, la otra parte actuó sola. –Dije con un poco de descuido y algo apenada, el señor Miroku aún estaba en silencio y temí tener que explicar todo.-
-Aderu-san. ¿Me permite contarle una breve historia? –Preguntó sólo por formalidad mirando al frente como su esposa y sus hijos seguían arduamente entrenando- Antes de conocer a mi flamante y cariñosa esposa, solía ser un Monje bastante prejuicioso. En estos tiempos y en los anteriores también era normal tener una gran desconfianza, las malas intenciones están dispersas, tentaciones y energías malignas que actúan sobre el corazón humano de forma directa y violenta. El tener cierta malicia no era pecado, era algo que tenías que hacer para sobrevivir… En uno de mis viajes ya emprendidos con mi entrenamiento completo, escuché hablar sobre un tesoro que concedía cualquier deseo, un llamado a la ambición de todos. Y me vi envuelto directamente.
Luego de ello pasó a mirarse la mano derecha, quizá como si en ella estuviera impreso todo lo que me contaba, me hizo pensar en la mía puesto que eso era lo que me ataba a toda ésta locura, era el objeto ícono de la travesía que vivía y jamás pensé travesar.
- Luego conocí a dos personas, bueno… Digamos, dos y medio. –Bromeó y rió luego bajo y ronco- Un Hanyou, con un pésimo carácter y muy violento, una dama sacerdotisa, arquera y bastante hermosa, y un niño zorro de no más de seis años. –La mirada del Monje se tornó lejana, de añoranza, bastante parecida a la que Shippou colocó en aquella ocasión bajo la lluvia, entonces supe de quiénes hablaba.- Era una combinación muy extraña, alguien con una primera impresión terrible y además usaba muchas malas palabras, una criatura despreciada por muchos, humanos y Youkai. Y por otro lado estaba la dulce doncella, amable, poseedora de un alma compasiva y cálida, que aparte confiaba ciegamente en el Hanyou violento. Más un niño Youkai que siempre estaba con la señorita. Para mí fue una visión increíble y recuerdo que me pregunté. ¿Cómo puede tal hermosa doncella estar junto a una criatura así? –Arrugó las cejas pero en ningún momento dejó de sonreír- Pero me bastó con observarlos unos momentos más para darme cuenta que ese Hanyou no era lo que aparentaba ser, que sólo había tenido una primera mala impresión, y que poseía un corazón más valiente que cualquiera, y lo usaba de la forma correcta. –Me miró luego de eso, yo seguía inmersa en la historia imaginando su relato- Para proteger a esa doncella y al niño. Probablemente no hayas escuchado nada de él, y es lamentable que no le llegaras a conocer, estoy seguro que su relación sería bastante interesante. –Bromeó de nuevo y recibió luego el abrazo de su hija, dejó un beso en su mejilla y se mantuvo junto a ella.
La imagen me dio nostalgia.
Solía estar todo el día pegada de los brazos de mi padre también. Hace tantísimos años atrás…
Había prestado atención a todo lo que el Monje había dicho pues me agradaba recibir esos relatos tan íntimos de personas que tienen esa mirada sabia y experta, apacible. Pero cuando vi esa imagen mi cerebro se desconectó del tema anterior y otra cosa se activó. Lo que los humanos llamamos recuerdos lejanos que aún añoramos.
-Si no hubiera dado la oportunidad a esas dos personas que parecían incompatibles, y además que no me inspiraba confianza, no hubiera llegado a donde estoy ahora. No hubiera conocido a mi adorada Sango, mucho menos fuese padre. –Suspiró con la alegría que no le cabía en el pecho, podía sentirla plenamente- Con todo esto quiero decirte que, a pesar que tus actos no eran los apropiados lo comprendí, estabas asustada, en un mundo desconocido, no podías confiar plenamente en nadie. Yo tampoco lo hubiera hecho, pero por suerte nos conociste primero que otra persona y pudimos brindarte ayuda, era todo lo que queríamos. Ahora supongo que tu trato ha cambiado porque ya no hay razones para tener la otra actitud.
Yo deseé realmente que el señor Miroku tuviera razón, era una buena persona, un buen padre, y muy sabio. Todo lo que dijo tenía lógica y credibilidad pero muy en el fondo y no tan en el fondo sabía que mi cambio era plenamente egoísta.
Sentí que me estaba yendo mejor, que me convenía y ahí estaba mi cambio por puro interés.
Dejé de mirar la hermosa imagen de Kaname dándole cariñosas palmadas a su padre en la mejilla y miré al frente de nuevo.
-Sí, supongo ha sido eso. –Mentí sin muchas ganas, entonces vi que la pelea se detenía, Hana y Haru hablaron sobre unas cosas mientras Keichi saludaba a su padre eufórico y Miroku le regresaba el saludo con una sola mano. Shippou llegó luego a aquella escena lejana, directamente a hablar con Haru. Yo podía ser una miserable mentirosa (antes no pronuncié ni una sola) pero también una de las mejores observadoras, y aún lastimada había tenido mucho tiempo para vengarme de Shippou y "espiarlo" tal como él lo hacía conmigo desde los árboles.
Shippou estaba enamorado de Haru. Me atrevo a usar la palabra "enamorado" porque no había ninguna otra que le quedara mejor que esa. Su trato era completamente distinto, incluso creo que se preocupaba por ser un poco más sutil, pero eso no era mi asunto y por eso no me preocuparía por… Un evidente rechazo que veía de Haru.
-Entonces, Aderu-san. ¿Aún puedo hacerle la pregunta? –Intervino Miroku-
-¿Ah? Ah, por su puesto. –Dije un tanto distraída-
-¿Vivir con nosotros se ha convertido en algo agradable?
-…. Ah. –Lo pensé, pero no ciertamente lo que pensaba sino como decirlo-
-Hablo de parte de todos cuando digo que ya eres parte de ésta peculiar familia. Si no te importa ser parte de una tan extraña. –Rió de nuevo, ya le estaba agarrando gusto a esas conversaciones-
-Creo que, no puede haber familia mejor que ésta. –Me atreví a confesar con un ligero rubor en mis mejillas-
-¿Ha sido un sí? –Preguntó insistiendo, yo aún sonrojada asentí leve pero fui sorprendida por el hijo menor de aquella familia, mi nueva familia.
-¡Aderu-nee-chan! ¿Cuándo vas a pelear contra mí? –Me habló emocionado inclinando su cuerpo hacia mí apoyando sus manos en sus rodillas, y como estaba de buen humor le regalé una sonrisa natural y coloqué mi mano en su cabello corto y castaño-
-¿Tan pronto deseas que te venza en batalla? –Le pregunté juguetona y luego le guiñé un ojo para mirar como Miroku se levantaba a recibir a sus hijas y su esposa que caminaba colina arriba hacia nosotros. Keichi seguía a mi lado ahora él sonrojado y mirándome sin parpadear, pero por un momento me concentré en Haru y Shippou, iban un poco más alejados y conversando así que no iba a importunar a Shippou con mis comentarios, y creo que Hana también lo temió porque me habló de un momento a otro-
-Aderu-chan. ¿Me acompañas? –Me preguntó amable, la misma vocecilla de Haru, pero ésta era un poco más feliz además que Hana tenía el cabello mucho más largo y un Kimono distinto. Comenzamos a caminar lejos de los demás sin mucha prisa pero nos perdimos lo suficiente para acabar al otro lado de la pequeña colina- Sé que no hemos hablado prácticamente nunca… Dejé que los demás hicieran lo que debían hacer, y te preguntaran, yo no deseaba inmiscuirme… Pero ahora tengo una razón. –Relamió sus labios y llevó sus manos hacia su espalda- Haru es muy tímida, introvertida, y a veces no sabe cuando… le hacen un mal… -Estaba tratando de decírmelo con cuidado pero yo comprendía por dónde venía, pero la dejé hablar, me daba igual lo que pensara.
La vieja y sin sentimientos Aderu no había desaparecido.
-… Y ella, no sabe cómo tratar esas situaciones, es torpe de hecho y por eso estoy yo aquí. Para protegerla. –Hizo una pausa mínima y se detuvo de caminar, me daba la espalda ahora, estaba algo dudosa de decir aquello pero sentí si determinación de un momento a otro cuanto subió un poco más su rostro. Si hubiera visto el mío seguro que no sabría que decir- Haru, y Shippou de alguna manera están unidos. Sé que están unidos y aunque ahora atraviesen problemas… lo he sabido siempre, desde que jugábamos de niños. He estado preocupada desde entonces por la felicidad de mi hermana y así continuaré. Y con tu llegada ahora, es entendible pero a la vez no, que todos estén pendientes de ti. Incluso Shippou. No permitiré que él también desarrolle tanto interés en ti, ni permitiré que algo surja entre ustedes. Comprende que, a parte que no es tu mundo, es tarde para ti.
Todo aquello pudo haberme hecho reír, por todas las conclusiones apresuradas y las acusaciones hacia mí. Hacía tiempo que no las escuchaba, desde la secundaria más exactamente. Luego de eso extrañamente encontré dos amigas y las ofensas se detuvieron. Pero no reí, porque ella estaba protegiendo la felicidad de su hermana, cosa que aunque ella no me creyera yo también estaba dispuesta hacer aún sin ningún lazo de sangre.
Y por dios, jamás podría ver al demonio Zorro como algo más. Es un sonso que solo le gusta burlarse de mí y escudriñar entre mis secretos, me agrada pero no a tal punto.
-Está bien. –Fue lo único que respondí. El silencio se hizo presente por momentos contados, tres golondrinas cantaron justo antes que Hana se volteara a verme indignada.
-¿Está bien? –Me preguntó cruzándose de brazos- ¿Comprendiste todo lo que te dije?
-Sí.
Hana suspiró y relajó su semblante.
-Entonces te alejarás de Shippou. –Sostuvo ella-
-No lo haré.
Otra nueva faceta de Hana apareció frente a mí, el ceño fruncido para luego enarcar una ceja.
-Acabas de decir que "Está bien". Y aunque no esté bien realmente para ti, no te meterás en aquella relación. No tienes el derecho.-Me reclamó. Quise responder pero, me dio mucha pereza tener que explicarle todo lo que ocurría así que solo asentí y parpadeé- ¿Si qué? ¡Responde algo coherente!... Eres muy rara…
-No debiste seguir el impulso de querer hablarme, o tratar conmigo. No todos tienen el talento. –Lo dije muy serena y sin bromas. ¡Y era cierto! Únicamente Haru y Shippou sabían cómo aguantarme.-
-¿Eh?
-Lo que dije. No debiste hablarme, sobre todo porque no había nada de qué preocuparse. No pretendía inmiscuirme en el asunto entre Shippou y Haru. Por si no te has dado cuenta, estoy atrapada en un mundo ajeno al mío, lejos de mi familia y amigos. Lejos de todo lo que yo creí y me acostumbré desde pequeña, no estoy en condiciones para preocuparme por algo tan superficial como obtener pareja. –Expliqué en el mismo tono, a la final tenía que hacerlo porque las personas que no me comprendían debía explicarles con Manzanas.- No pretendo sonar grosera…
-Pero lo hiciste. –Me interrumpió Hana ligeramente molesta-
-Porque así soy. Por eso evitaba quedarme aquí y causar molestias, sé lo venenosa que puedo llegar a ser y mientras menos contacto conmigo, mucho mejor. Aunque… Por alguna razón que desconozco… -miré ligeramente la hierba debajo de nosotras que se mecía con la brisa- a Haru no le importa como soy… Y a Shippou tampoco. Y si es ignorancia, entonces seré egoísta y no prestaré atención tampoco, porque me agrada poder hablar con alguien aquí. Si eso es todo tu reclamo entonces me marcharé ahora.
-Espera. –Me detuvo por mi muñeca izquierda- Entonces, no hay interés alguno en Shippou.
-No.
-Es que… parecías entenderte muy bien con Shippou. Y no fui la única que lo notó.
-Shippou es insistente.
-Lo sé, por eso, llegué a pensar…
-Tengo mal carácter, pero no soy una mala persona aunque no me lo creas. Y me dará igual si lo crees o no. No pretendía meterme en esa relación, ni pienso hacerlo, esas cosas no son relevantes para mí.
-Ahh… Aderu… yo… -Balbuceó, no sé que planeaba decir ahora luego de todo aquello, y no lo sabría porque Shippou y Haru se acercaban a nosotras, el ruidoso hablándome desde lejos-
-¡Oe! ¡Humana! ¿Huiste porque aun no puedes pelear? –Me gritó con esa sonrisa de estúpido autosuficiente. Continué mirando a Hana que parecía asustada, por un momento más para voltear ligeramente hacia los recién llegados-
-En una pelea entre tú y Haru seguro gana ella. Tengo ganas de verte exterminado. –Le bromeé, él se detuvo y me entrecerró los ojos, Haru rió bajo cubriendo sus labios-
-Creo que Aderu-chan tiene mucha razón. –Opinó ella, llegó a mi lado aún con su traje negro de exterminadora y me tomó de la mano- Quería buscar algunas frutas para hacer un nuevo invento.
-Oye Humana, retráctate de lo dicho. –Insistió Shippou, Hana seguía ahí de pie sólo observándonos pero yo ya la había olvidado-
-Me cambiaré y luego, quizá… ¿Querrías acompañarme? –me preguntó dulcemente-
-¿Ésta cosa irá con nosotros? –Pregunté señalando con mi pulgar a Shippou que volvió a quejarse tras de mí, Haru rió y luego se separó de mi para ir con su hermana-
-Onee-san. Vamos a cambiarnos. –Tomó el brazo de su hermana y la arrastró con ella hasta la aldea, entonces me quedé con Shippou a solas que aún veía irse a las hermanas. Tenía una mirada bastante profunda… Y me pregunté si en ésta época los hombres también "miraban" de esa forma a las mujeres.
-Oye serpiente venenosa. –Me llamó amablemente, yo le miré de reojo- Es raro que, estuvieras hablando con la "Miroku mayor".
-"La Miroku mayor". –repetí y negué luego-
-No es un secreto que no le agradas. ¿Te ha dicho algo?
-Nada que me incomode. –Respondí al momento que seguía los pasos de Hana y Haru, Shippou me seguía sigiloso y de brazos cruzados-
-No conozco nada que te "incomode" aún.
-Estoy ansiosa por aprender a pelear como se debe, sin tantos tropiezos. Realmente, no puedo esperar. Me siento inútil.
-Te sientes inútil. ¿Aún teniendo poderes purificadores? Yo los querría. –Bufó luego- No es que necesite ser más poderoso que ahora.
-Sigo siendo inútil… Y si no hago algo… -Subo mi muñeca derecha mostrándosela a Shippou aún sin voltearme a encararlo- Esto me volverá aún más inútil.
-Entonces, hazte fuerte. Así podrás acompañarnos en nuestro viaje.
-¿Viaje? –Me detuve para mirarle confundida. ¿Pensaban partir? Shippou siguió con su andar hasta posarse a mi lado-
-Justo el día que llegaste aquí, planeábamos iniciar un viaje en busca de alguien. –Comentó con sus brazos cruzados- Debido a los accidentes alrededor del pozo pensamos que… Kagome estaría en problemas, y sólo conocemos a una sola persona que puede cruzar el pozo.
-¿Existe alguien que puede atravesar el pozo? Es, decir… ¿Qué puede abrirlo? ¿Hacerlo funcionar?
-No sé, si tanto como hacerlo funcionar… Pero hace algunos años él era la única persona que podía viajar a través del pozo. Ir y venir a su antojo, planeábamos buscarlo y traerlo. Inuyasha.
E Inuyasha volvía a aparecer en todo esto, de pronto ya parecía una persona tangible y constante entre nuestros temas. Hm.
- Ah.
-Sabemos será complejo, ya he intentado buscarlo anteriormente pero íbamos a intentarlo de nuevo.
-Bien. Los acompañaré.-Lo interrumpí tomando mi decisión.-
-¿Qué? –Me miró extraño con un rostro desencajado- ¿Cómo decides eso?
-Sólo lo hice.
Shippou se cruzó de brazos y suspiró como preocupado y pensativo. No era algo tan grave el querer acompañarles ¿No?
-No creo que haya problemas… Pero… ¿Por qué tan repentino interés?
-No es tan repentino si te pones a pensar un poco, he querido regresar a mi mundo justo desde el momento que llegué. –Le expliqué distraída, realmente me preocupaba más las cosas que debía llevar en ese viaje o cuando nos iríamos-
-He hablado ya con Haru, justo en éste momento debe estar hablando con Hana para participarle la idea. Hablamos de irnos mañana.
Bien, eso sí era muy pronto… Yo pretendía acompañarlos pero mi preparación como exterminadora estaba aún incompleta, aún no podía luchar sin cansarme rápido y debía entrenar un poco más mis músculos y resistencia, estaría en desventaja. Pero no podía esperar entonces, si era mañana, mañana me iría.
-Bien.
-¿Uhm? –Preguntó Shippou-
-Tengo unas cuantas cosas que preguntarte. –Me detuve y le vi a los ojos muy seriamente- Vayamos a otro lugar.
-¿Ah? Pero… ¿Qué cosas? –Insistió aunque me siguió al instante, estábamos de regreso al claro dónde Sango y los demás habían luchado. Si no tenía mi entrenamiento completo por lo menos me aseguraría de saber lo básico de supervivencia en ese lugar. ¿Y qué mejor que un mismo demonio para que me explique todo?
Haru POV
Justo ahora estaba un poco molesta con Hana, ella iba callada y yo con mi nariz arrugada, puesto que a mi hermana mayor había insinuado hacía unos minutos que no era adecuado que Aderu-chan nos acompañara en nuestro viaje. Yo lo pensé por un momento pero únicamente por su seguridad, Hana y yo estábamos preparadas para cualquier situación de peligro sin embargo Aderu-chan se cansaba muy rápidamente luego de usar sus poderes, y aunque llevaba su entrenamiento muy adelantado no era suficiente.
¡Pero Hana había insinuado que no era buena idea que ella nos acompañara porque no era de fiar!
-Onee-chan. ¿Por qué insistes que Aderu-chan es una mala persona? No es correcto que digas tales cosas cuando no es cierto.
-Aderu-chan es… una persona muy extraña. –Me respondió un poco distraída para después negar fervientemente con la cabeza- ¡Definitivamente hay algo raro con ella!
-¿Por qué dices eso? Yo pienso que es una persona demasiado agradable.
-Shippou parece que te dejó completamente tonta porque ya estás hablando cosas sin sentido.
-¡Onee-chan! –Le regañé y ella sonrió enorme, siempre molestándome- Pero ¿En serio no lo has notado?
-¿Ah? ¿Qué cosa?
-Aderu-chan está cambiando. –Sonreí enorme y aliviada. ¡Era así! Estaba abriéndose a nosotros y cada día veía un progreso, sé que ella llegaría a dejar salir la verdadera Aderu.- Sé que ella es realmente alguien animada y feliz.
-¿Cómo puedes saber semejante cosa si apenas la conoces? ¡Haru! –Cortó la pregunta y me llamó de pronto con tono preocupado, yo abrí mis ojos pues estuve caminando con ellos cerrados por unos segundos, cuando miré al frente mi corazón se disparó violentamente de mi pecho haciéndome sentir aterrorizada cuando la figura de nuestra madre yacía en el suelo en un charco de sangre. Mis oídos se taparon en ese instante y mi pecho se abrió en dos.- ¡OKASAN!
-¡OKASAN! –Repetí yo en mi voz más aguda y algo quebrada.
Aderu POV
-Y por eso no es bueno ser una mujer hermosa en estos tiempos. –Finalizó Shippou. Mi rostro era tranquilo pero por dentro me preguntaba ¡¿Cómo rayos habíamos llegado a eso?! Parpadeé dos veces y negué suave- ¿Qué? ¿No entendiste?
-No entiendo porqué… respondiste… o… Yo, no te he preguntado eso. –Balbuceé porque no sabía qué rayos decir-
-Me preguntaste sobre la supervivencia de los humanos aquí. ¿No es cierto? –Me miró de reojo, yo asentí una vez- Bueno, por eso te expliqué el porqué no es bueno ser una hermosa mujer en éstos tiempos.
No sabía que el demonio Zorro era de "ese" tipo de hombres.
-Ah…. Ah….
-¿No has quedado satisfecha con la explicación? –Preguntó enfadado, pero yo no sabía cómo decirle que… no sabía si quiera qué decirle sobre qué cosas, porque ese relato me dejó totalmente perpleja-
-¿Ah?...
-Si no me vas a tomar en serio me iré.
-Oye, siento que he perdido éstos minutos de mi tiempo, soy yo quién debería estar enojada. –Le expliqué por fin, el parecía ofendido aún- Te lo pregunté en serio, quiero saber de qué forma los humanos conviven/huyen/enfrentan a los Youkai cotidianamente.
-¡Te lo he explicado seriamente también!
-Qué… -Dejé mi boca abierta para decir algo pero, de verdad yo creí que me estaba tomando el pelo con aquella explicación. Si fue lógica y, todo lo demás pero ya yo sabía eso.- ¿Me explicarías sobre las familias con dinero, dinastías? –Opté por cambiar la pregunta porque si continuábamos con la misma seguro que saldría mi yo enfadado y le gritaría o quizá solo le hablaría bastante directo, y no quería hacerlo con él. Era como un niño.
-Eso… -hizo un ruido por la nariz para luego recostarse en el tronco del árbol y cerrar los ojos- Humana, no puedo explicarte todo, a pesar que soy tan experimentado y sabio en todos los temas, me es imposible llenarte de mis conocimientos.
-¿Los de Familia rica y los Youkai se odian? –Pregunté directamente en voz lánguida ignorando el odioso discurso de Shippou por querer parecer inteligente-
-No siempre. La mayoría les teme a los Youkai pues siempre estamos tratando de secuestrar a la princesa de una gran fortuna o una de sus hijas que posea enorme belleza sin igual.
-¿"Estamos"? –Pregunté entrecerrando mis ojos-
-Sí. Me incluí porque soy un Youkai, no porque lo haya hecho. –Recalcó antes que preguntara- Los Youkai suelen dejarse llevar por la belleza humana muy rápido, sea atracción o mera hambre.
-¿Hambre?
-Algunos comemos humanos.
-¿Tú comes humanos? –Pregunté enarcando una ceja, él también la enarcó. Me incliné un poco hacia él para verle tan directamente como pudiera, nos miramos durante mucho tiempo en total silencio, yo porque quería leer en sus ojos si acaso mentía, él quizá estaba pensando demasiado la respuesta y eso me ponía tensa. Suspiré por la boca y vi como el tragó fuerte y parpadeó una vez, luego lo hice yo.
-¡Por supuesto que no! –Soltó exclamando de pronto con una gran sonrisa-
-Idiota. Haberlo dicho antes. –Actué como si ya lo supiera y me devolví a mi puesto mirando al frente, no iba a decirle que casi tengo un mini infarto.-
-Pero podría.
-Estás jodiéndome la vida, por eso no te haré caso. Mejor le preguntaré a Haru. –Me levanté de mi sitio para luego sacudir mi yukata llena de tierra pero Shippou me tomó la muñeca de inmediato evitando que me fuera-
-Maldita mujer malagradecida. –Gruñó entre dientes, yo me solté del agarre y comencé a alejarme sin decir nada, era cierto que le preguntaría a Haru porque el zorro no me había servido más que para reírme internamente un buen rato. Pero volví a sentir aquella mano fuerte sobre mi muñeca, ésta vez con una fuerza un poco más elevada así que le puse mi cara de pocos amigos e iba a refutarle cuando vi su rostro de preocupación, olfateaba el aire y miraba hacia el frente- Huelo a sangre. –Murmuró bajo, vi como el vello de sus brazos estaba erizados, sus pupilas apenas se distinguían en esa delgada línea felina, y amenazaba con mostrar los colmillos. Si estaba así… era porque algo apocalíptico debió haber sucedido.
Luego de eso sentí un agarre hostil en mi otro brazo que seguro dejaría marca, y me mareé por el movimiento tan repentino que me dejó en la espalda de Shippou, no pude reponerme del lugar donde estaba ahora porque comenzó a correr a toda velocidad que me causó un vértigo y vacío en el estómago.
Corría tan a prisa que el paisaje a mi alrededor era inexistente y fugaz. Cerré los ojos temiendo caerme aunque Shippou me sostenía muy fuerte de mis muslos, podía oírlo gruñir de rabia y eso me había causado una sensación de incomodidad nauseabunda pero el miedo a caerme no duró demasiado, el se detuvo con una impresionante precisión que causó mi golpe en el pómulo con su espalda, me quejé y abrí mis ojos justo en el momento que él decidió soltarme, torpemente coloqué mis pies en el suelo casi resbalando pero me erguí sacando reflejos de dónde no los tenía porque estaba presintiendo que ese "apocalipsis" iba a afectarme.
Mis oídos estaban tapados. Una presión en mi nariz, mis ojos, como si toda mi cara estuviera enterrada a metros bajo el suelo.
La señora Sango estaba en los brazos del Monje, con su yukata habitual manchada por su propia sangre, espesa corría entre las rocas del suelo pintando todo a su paso. Haru lloraba con vehemencia, Hana también pero se controlaba un poco más apretando los puños sobre sus piernas. ¿Había… Había muerto?
Cerré mis ojos y de inmediato con las manos temblorosas intenté quedarme en total silencio para saber si estaba aún con vida. Mis labios temblaron y mis manos estaban entumecidas, estaba distraída… no, no era esa la palabra…. Es que el llanto de Haru estaba calándome en los huesos e incitándome a sollozar. No podía, no lograba encontrar la calma... no hallaba, no sabía…
Abrí mis labios y me obligué a respirar tranquila, tenía que eliminar la voz de Haru de mi cabeza, y saber si Sango estaba viva aún. .. ¿Por qué no tan simple como correr hacia ella y comprobarlo?
Mis piernas eran un asco, paralizadas.
Tragué aire como si estuviera en una piscina y debiera volver a sumergirme, y aguanté. Tenía que concentrarme sí o sí, tenía que conseguir esa determinación, del mismo lugar donde salió ese reflejo repentino para no caer de la espalda de Shippou.
El llanto de Haru paró. ¿Paró? Abrí los ojos y los observé reunidos, aún lloraban, Shippou con un semblante lúgubre, y no podía ver el rostro del Monje. Seguían ahí pero no los escuchaba así que comencé con eliminar los ruidos que producía mi cuerpo y a concentrarme en el corazón de la señora Sango.
Tengo un muy buen oído, era inútil para correr y esas cosas pero siempre tuve un "oído de halcón"… Siendo sarcástica y jugando con las palabras. Y para mi alivio ahí lo encontré, ese suave "pum, pum" que me indicaba que la señora Sango luchaba por seguir viva.
La calma que tenía ahora segundo provenía del mismo lugar que mis reflejos y la determinación, estaba tan segura de lo que debía hacer. Debía salvar su vida, debía curarle. No tenía la respuesta certera de cómo hacerlo pero tenía la seguridad que hizo mis piernas moverse, debía acercarme a la señora sango, y todo lo demás vendría solo.
Era como ver muriendo a mi mejor amiga Sango… Jamás. Jamás iba a permitir aquello.
Tomé la mano ensangrentada de la señora sango y vi su pecho, estaba abierto en una herida espantosa, la sangre salía burbujeando y… no sé cómo, pero supe que tenía veneno en su interior, y pude notar que dicha herida estaba cuidadosamente hecha con algo muy filoso que sólo rozaba el órgano que mantenía a los humanos con vida. No tenía certeza de que eso era así pero, si pudieran ver la herida tan cerca como la veo yo pensarían lo mismo.
Apreté la muñeca de la señora sango antes de soltarla y dirigirla a esa enorme brecha en su piel, respiraba en mínimo, no me había atrevido a mirarle a los ojos porque no estaba preparada, si perdía mi concentración en ese momento todo se iba a la mierda.
Inserté mis dedos en la carne viva, nadie se me acercó, como si nadie existiera, dejé mis ojos abiertos pero perdidos, para mí es como si estuvieran cerrados porque ya no estaba usándolos para ver, ahora mi cuerpo entero veía todo mi entorno pero encerrada en una burbuja que nadie debía atravesar.
Ser humano definitivamente era complejo y simple al mismo tiempo por la facilidad y sencillez en la que nuestra vida podía extinguirse. Los Youkai manejaban nuestras vidas como si se trataran de Dioses, sé que no todos eran así pero la mayoría tenía un grave problema, el tener poderes, ser enormes como una montaña o ser capaz de… ¡Qué sé yo…! volar, no significaba que nosotros, los que debíamos hacer todo con nuestras manos; siendo algunos más bajitos que otros y nos manteníamos caminando en tierra firme, éramos la raza débil.
Éramos mucho más efímeros pero no débiles.
Cuando el veneno tocó la punta de mis dedos sentí que me quemaba, quise retirar la mano y sacudirme las llamas, la moví con esa intención pero un susurro me devolvió la determinación y fijé mi mirada en el rostro de la Señora Sango, estaba sufriendo, sus labios pálidos y sus ojos queriendo cerrarse, su cuerpo rogaba por clemencia y misericordia.
Yo no era Dios, ni un Youkai de los que mencioné pero si podía hacer algo lo haría.
Ella no quería morir, no quería dejar a su familia sola, no quería verlos llorar por una repentina partida, no quería irse hasta haber cumplido con todo lo que había venido a hacer en éste mundo, su destino aún no estaba consumado y ella quería; deseaba, llegar hasta el final.
Justo en ese momento mi mano se alumbró en la luz verde que salía cada que usaba mi poder de purificación, todo comenzó ahí, un remolino que atrajo toda mi energía absorbiendo cada gota hasta dejarla en la punta de mis dedos y me abandonaba para alojarse en el cuerpo de la señora Sango, mi mano iba saliendo de la herida conforme ésta iba cerrándose. Escuché un "crack" fuerte, pero no supe de dónde provino el sonido.
La Señora Sango me miró con ternura y sus lágrimas salieron de sus ojos a medio cerrar, era mi amiga Sango, podía sentirlo, la quería como una hermana misma de sangre, ni más ni menos, no iba a dejar que su vida se esfumase frente a mis ojos y ella lo sabía, que de alguna forma nos conocíamos o tal vez fue solo la impresión que me dio mi gastado cuerpo después de usar toda mi energía vital para regalársela a ella.
¿Qué iba a pasar conmigo después? Yo era tan humana como la señora Sango… La existencia humana era un simple parpadeo para éste mundo que muchos cuidaban con recelo durante años… Y yo había entregado la mía.
Shippou POV
-¡ADERU! –Exclamó la voz de Haru un segundo luego que la humana se desplomara sobre el cuerpo de Sango, todo aquello pasó con una lentitud rápida, maldita sea no sé explicarlo sólo que, pude ver cada detalle de lo que hacía pero sucedió en un abrir y cerrar de ojos, tan pronto como le gritaba a la humana que fuera por ayuda ella se acercó sin mirar a nadie y esa energía extraña comenzó a repelernos a todos quedando sólo ella y Sango juntas. La humana no parpadeó ni una sola vez y su mirada ya no era la misma, el mismo tono que adquiría su poder sagrado había llegado hasta sus pupilas y estaba paralizada con su mano justo donde se abría la herida hecha por algún demonio, podía oler las garras aún en ella, el fatídico olor a bosque, sangre, veneno y la asquerosa saliva, me repugnaba y acrecentaba mi rabia al mismo tiempo.
Pero como eso no duró demasiado cuando la humana cayó desplomada sobre el cuerpo de Sango me acerqué inmediatamente y le miré de cerca, se había desmayado o eso creía pero me sorprendí más cuando Sango me miró con sus ojos envueltos en lágrimas pero vivos, estaban muy vivos, la vi abrazar a la humana y su labio tembló.
-E-está… muy fría… -Habló con la voz quebrada, bajé mis ojos a ella y reparé en el rostro ahora pálido de Aderu, sus ojos cerrados, y totalmente inerte, era ella ahora quién parecía haber sido asesinada por un Demonio.
Notas de la autora: CHA CHA CHA CHAAAAANNNN Oh my god! ¿Qué ha sucedido? kkk~ La última escena fue muy interesante de escribir. La verdad que si, si. No revela demasiado. ¡Pero no desesperen! Pronto, pronto. Aceleraré algo los descubrimientos ;) Mientras esperen un poco más. ¿Piensan que Aderu realmente quiere a Shippou? Pues ellos estan muy juntos ~ Jujuuu, ¿Ustedes que dicen? ¿Los quieren juntos? :D Opinen! Saludos~
Adrianne Gray