SEGUNDO ASALTO, Capítulo 1
Castle se acercó a su mesa con dos vasos de café, le ofreció uno y ella le respondió con una sonrisa.
-¿Vendrás esta noche a cenar? Alexis y yo vamos a hacer una maratón de cine fantástico.
-¿Con Alexis?
-Sí.
-No sé, Castle, ¿no se sentirá incómoda con mi presencia?
-¿Por qué se iba a sentir incómoda? Ella te adora.
-Porque los viernes de maratones de películas es algo que hacéis los dos solos, ¿recuerdas la charla que le diste cuando quiso invitar a Max el mes pasado? – Castle lo recordó, e hizo un gesto para restarle importancia.
-En cualquier caso, ha sido ella la que me ha dicho que te invite ¿No querrás decepcionarla? – Dijo Castle bromeando.
-Está bien. Iré – Aceptó la inspectora mientras él acercaba su silla para sentarse a su lado. – Espero que sea Alexis la que elija las películas.
-Perdona, pero ¿estás intentando decirme que mi gusto cinematográfico es malo? Porque te recuerdo que la última vez que vimos una película juntos elegiste 'Día de San Valentín'
Antes de que Kate pudiese reprocharle lo que acababa de decir, Espósito llegó con nuevos datos sobre el caso.
-Han encontrado a Martin Dawson intentando huir, con 500 mil dólares. Lo traen a comisaría.
Siguiendo a Espósito, Ryan se acercó a la mesa de la Inspectora Beckett.
-Me acaban de llamar los técnicos forenses. En el apartamento de Martin han encontrado una pistola de calibre 22.
-Es nuestro asesino. Que lo lleven a la sala de interrogatorios número dos cuando lo traigan.
Los dos detectives asintieron y se alejaron. Tras esto, la inspectora se puso a repasar, con la ayuda de Castle, todos los documentos que tenían del caso. No le gustaba dejar ningún cabo suelto. La víctima era un afroamericano, de 32 años, que apareció muerto en un descampado hacía dos noches. Lo habían relacionado con varios camellos de la zona donde apareció el cadáver. Al parecer, la víctima traficaba con drogas y, entre varias pistas desconcertantes, habían averiguado que había hablado por teléfono con un tal Martin Drawson la misma noche del asesinato, el cual, ya había sido acusado en 2003 por tráfico de drogas. Beckett había tratado cientos de casos de este estilo. Hacer confesar al sospechoso era pan comido.
Así que cuando el sospechoso llegó a comisaría, la Inspectora Beckett tardó exactamente ocho minutos en hacerle confesar. Al salir de la sala de interrogatorios, sus compañeros le felicitaron, algo a lo que Beckett estaba ya más que acostumbrada, pero no por ello le resultaba menos satisfactorio. Castle le esperaba con una sonrisa junto a su mesa.
-Enhorabuena inspectora, ¿nos vamos a cenar?
-En realidad… creo que esta vez no voy a ir. – La cara de Castle se tornó a decepción – Ya sabes, con una adolescente, no sé… - No pudo evitarlo y se echó a reír. Le hubiese gustado continuar con la broma, pero la cara de Castle era un poema. – Te tendrías que haber visto la cara.
-No ha tenido gracia. – Contestó él, mientras cambiaba su cara a una de tranquilidad.
Mientras ella continuaba burlándose, salieron de la comisaría y se dirigieron al loft de Castle.
Gracias por leer la historia. Espero que os guste y espero vuestros comentarios ;)