¡Hola! ¿Cómo están? He decidido dejarles el primer capítulo de mi fic editado. Recomiendo releerlo, porque las situaciones fueron cambiadas.
Edición: 25/08/2016.
Sin más, ¡empecemos!
Capítulo Uno: Muchas dudas y pocas respuestas.
Mi nombre es Hanzo Hasashi. Mi familia y mi clan fueron asesinados por Bi Han; o como era conocido en ese momento: Sub-Zero. Él me había asesinado un tiempo antes del torneo de Mortal Kombat. Mi alma descendió al infierno y allí juré vengarme de él, aunque fuese lo último que haga. Quan Chi vio mi alma en pena y me dio un cuerpo para que pueda albergarlo; a cambio, debería servirle y jurarle lealtad.
Los sucesos del último torneo trajeron muchas consecuencias: eliminé a Kung Lao y posteriormente a Nightwolf del torneo; luego vencí a Cyrax y Sektor. Logré vencer a Sub-Zero, aunque no lo hubiese matado de no ser que Quan Chi me mostró la horrenda realidad: él mato a mi familia. Lo maté, siguiendo en el torneo; hasta que Liu Kang me derrotó en conjunto con mi maestro Quan Chi.
Un tiempo después, escuche que Sub-Zero había vuelto. Pero no podía creerlo, precisamente no podía creerlo, porque yo lo había asesinado a Sub-Zero en el Netherrealm. Pero luego Quan Chi me llamo mediante su magia para que vaya al coliseo de Shao Kahn, y ahí lo vi...
—¿Qué es esto? ¡Tú no eres Sub-Zero!—dije en mi asombro.
—Yo soy su familia y su clan. ¡Yo peleo por su honor!—respondió con determinación.
—¡Él no tenía honor! ¡Y tú morirás como él lo hizo!
Ese día recuerdo que recibí una de las palizas de mi vida. Kuai Liang peleaba con determinación y coraje-cosa que yo no tenía porque lo subestime-. El me venció y estuvo a punto de rematarte, sin embargo, los cyborgs del Lin Kuei aparecieron, llevándoselo para volverlo un cyborg. Yo me escapé y no volví a saber de él luego de eso.
Con los meses, me enteré bastantes cosas: Liu Kang había vencido a Shao Kahn, quien había matado previamente a Kung Lao a traición; Sub-Zero se convirtió en un cyborg, aunque fue salvado por Smoke, Raiden y un amigo de Kano; Sindel fue revivida por Quan Chi, y mato a Kitana, Jade, Smoke, Sub-Zero, Jax y dos guerreros llamados Stryker y Kabal—a quienes conocí en el Infierno—. Nightwolf, por su parte, sacrificó su vida para matar a Sindel.
Apenas una hora había pasado de toda esa masacre y Raiden se apareció ante mí, pidiéndome una audiencia con Quan Chi. Yo respondí que no estaba. El maldito se metió con lo que más de duele: mi familia. Me reprochó mi error y me enojé, siendo derrotado y desapareciendo, ya que vi a mi amo aparecer detrás de mí.
Había pasado un año de la muerte de Shao Kahn. Solo tres guerreros del Earthrealm seguían con vida: Johnny Cage, Sonya Blade y el propio Raiden.
En tanto, Liu Kang fue revivido por los Dioses Antiguos, pero el dolor que le causó la pérdida de Kitana y Kung Lao hizo que se exiliase para buscar una especie de paz.
En el Outworld, las cosas estaban peores: sin Shao Kahn como Emperador, muchos de sus esbirros quieren adueñarse del Outworld. Baraka, Mileena, Reptile, Reiko, Kano, Rain, Goro y Tanya se peleaban por el dominio del Outworld.
Baraka y Reptile argumentaban ser los más longevos en servirle al Emperador; Goro argumentaba que ellos tres ayudaron a que el Emperador ganase nueve torneos de Mortal Kombat; Tanya argumentó que gracias a ella, Quan Chi pudo revivir a Sindel; Mileena argumentaba ser la "hija" del Emperador; Rain decía que le sirvió a Kahn contra los Edenianos: Y Reiko decía que fue su mejor general y siempre lo ayudo a su Emperador.
¿Cómo sé todo esto? Es fácil, Quan Chi me cuenta los detalles, ya que él y Shinnok tienen planeado invadir ambos reinos. Yo solo acepté porque él me revivió, aunque siendo honesto, no me interesa nada de esto.
Ha pasado un año, donde lo único que he hecho es matar a alguno que otro demonio y observar los ríos de lava en el Netherrealm, pensando en mi familia y clan. Sobre lo otro no tengo idea, pero estoy seguro que nada ha cambiado.
Estaba en una región del Netherrealm; pensando en mi familia y su clan, cuando recibí la visita de Noob Saibot, quien me comentó que Quan Chi necesitaba de mis servicios. Por alguna extraña razón, deseé preguntarle por su hermano, recibiendo una respuesta algo... Rara.
—Mi hermano esta bien, aunque no sé para que deseas saberlo; tú lo impulsaste a ir a Outworld a matarte, Hanzo Hasashi.
—¡Fue por qué tú mataste a mi familia, Bi Han!
—¡Yo no maté a tu familia, tarado! ¿Cómo pude matar a tu familia y clan? ¡Estaba en Netherrealm recuperando el Amuleto de los Elementos para salvar a la Tierra!—gritó—. ¡Yo no sabía qué tenías una familia, tonto!, ¡de haberlo sabido, nunca te hubiese matado!—blasfemó.
La reacción de Saibot me sorprendió. No sé porque, pero esa reacción fue inusual en él. Decidí sacar mis espadas en forma de amenaza para que me explique esa extraña actitud. ¿Su respuesta? Una bola de hielo que me dejó helado—en sentido figurado—.
—Tal vez no me creas, pero puedes preguntarle a Raiden sobre ello. No todo lo que dice Quan Chi es cierto.
Esas palabras resonaron en mi mente. ¿Acaso Noob Saibot estaba siendo bueno conmigo? ¿El ninja que me mató y luego fue asesinado por mí? ¿Por qué Raiden? Él no había hecho muy bien las cosas en repeler a los enemigos en verdad. Aún recuerdo cuando le ofreció las almas de aquellos que confiaron en él para salvar su mundo. Fue un acto máximo de cobardía.
Noob Saibot desapareció de mi vista de un segundo a otro, dejándome una nota donde estaba ubicado. Al leerla, ésta decía: "No todo es lo que parece, Hanzo. Busca respuestas en la Tierra y te aseguro que te llevarás una sorpresa".
Su extraña forma de actuar dejó muchas dudas en mi ser. Dudas que debo resolver cuanto antes. Tal vez, y sólo tal vez, Bi Han me ha estado diciendo la verdad todo éste tiempo.
Me paré, tomando una decisión inusual en mí: salir e ir a la Tierra. Estoy seguro que allí encontraré mis respuestas; de todas maneras, tengo un permiso especial para ir y volver cuantas veces lo deseo de otros mundos.
Es hora de hacer una visita al Templo del Cielo.
En el Outworld, la discusión había terminado, y cada quién se fue por su lado.
Mi nombre es Reptile, y estaba caminando para irme a dormir a mi habitación. Necesito ser el Emperador del Outworld si deseo revivir mi raza. A mí no me interesan los reinos, solamente quiero a mi raza conmigo de vuelta.
Yo se que no soy el único sobreviviente, se que hay más de nosotros, pero creo que se ocultan en el Outworld. Por eso debo ser el Emperador: para buscar a otros sobrevivientes y poder lograr el resurgimiento de nuestra raza.
Mientras mis pensamientos me inundaban, sentí un olor familiar en mis alrededores. Le pedí a mi amigo Baraka que salga de donde estaba escondido. Éste salió, preguntándome como pude descubrirlo. Al contestarle, éste asintió, diciéndome que me dejaría descansar, debido a que debía ver a su novia "Milli". Cuando me dijo el sobrenombre, quedé boquiabierto: éste sólo contestó que el amor cambia a la gente, sin importar cuán dura sea.
Antes de irme, él me preguntó que pienso sobre todo éste embrollo, respondiéndole lo de siempre.
—Sabes mi opinión: quiero que mi raza renazca y este bien. Es todo.
—Yo también quiero lo mejor para mi raza—contestó con sinceridad—, por eso alguno de nosotros debe guiar a este mundo. Te seré honesto: Dejaría al Earthrealm en paz.
—Yo también, Baraka. Fue el reino de mi raza hasta que Raiden y Shinnok arrasaron con él—lamenté en silencio.
Baraka y yo seguimos hablando. Ambos nos concentrábamos en nuestros problemas. Baraka me decía que cuando iba a dejar de ser el soltero más codiciado por las tarkatanas. Le dije que yo quería a alguien de mi raza.
—Quiero una Zaterra pura, y luego vendrían los híbridos—confesé cruzado de brazos y mis ojos cerrados.
Mileena apareció, pidiéndome que le "devuelva" a su novio. Yo saludé a mis amigos y se fueron. Quedé solo, entrando a mi habitación. Sentado en mi cama, recibí una visita inesperada.
Era una mujer de cabello negro atado en forma de rodete; con escamas en su piel pálida por su poca recepción de sol; y un traje de ninja muy gastado de color gris y negro.
—Oye, ¿tú eres Reptile—me preguntó la chica; yo salté de mi cama, sacando mi espada de mi espalda—, tranquilo, yo no vengo a hacerte daño—respondió—. Mi nombre es Khamaleon, y soy de tu especie.
—¿Cómo puedo creerte? No sé si es cierto lo que dices—dije.
Ella me explicó sobre la anatomía de nuestras especies y le creí, en base a su perfecta explicación sobre nuestra anatomía. Le dije que era lo que necesitaba y ésta me respondió que era mi ayuda para revivir nuestra raza. Le pregunté como podía hacerse y ella estaba a punto de contestar, sin embargo, Baraka apareció abriendo la puerta sin tocar.
-Oye Reptile, ¿dónde dejaste tu espada? Mileena y yo queremos practicar un poco y..., ¿quién es ella?—preguntó mi amigo, sacando sus cuchillas.
—Vivo en los Bosques Vivientes con mi hermano. Búscame allí—comentó, desapareciendo de un salto en la ventana.
Miré a mi amigo, quien se disculpo, retirándose en silencio. Por mi parte, decidí salir a caminar un poco; Baraka me dejó a solas, yéndose a su habitación compartida con Mileena. En tanto, me crucé a Ermac y Skarlet, quienes tienen una relación de maestro y discípula.
Les comenté la situación y pregunté que podría hacer en esto, el conjunto de almas contestó que debería buscar a esa chica, al ser la clave de revivir mi raza. Ella, por su parte, me cuestionó si realmente yo quería a esa mujer o no. Le contesté que no, aunque me interesaba saber sobre ella.
—Proponemos acompañarte, Reptile. Estoy segura que si te acompañamos, podríamos evitar una tragedia—dijo.
—Está bien, te agradezco, Skarlet.
La mujer se retiró a descansar; en tanto, su maestro y yo decidimos quedarnos a hablar un poco más. Le conté que sabía sobre su hechizo realizado por Shao Kahn para servirle y que ahora estaba roto. Estos quedaron impresionados al entender que yo sabía la verdad de hace mucho tiempo. Entonces, Ermac me agradeció el nunca haber dicho nada, porque eso podría haber causado su muerte prematura.
Sin embargo, tomé la determinación de preguntarle quien era el jefe, ya que al liberarse el hechizo, seguramente se armaría un caos en el cuerpo de Ermac por su control.
—Yo lo soy, Reptile. Yo soy quien manda en éste cuerpo.
Esa voz ronca, grave e imponente... ¡Era la voz del Rey Jerrod!
Recuerdo el día en que Baraka y yo lo matamos. Y luego Shao Kahn tomo su alma. Nunca supe que fue de su alma. Pensé por mucho tiempo que cuando Kahn murió, el alma de Jerrod había ascendido a los cielos. Pero lo tenía todo este tiempo a mi lado y nunca pude darme cuenta de ello.
Ahora entiendo porque Ermac se sentía mal cuando le conté las muertes de Sindel y Kitana. Él ya era libre de conciencia; a pesar de esto, tenía mis dudas de porque estaba aquí. Cuando le pregunté, contestaron que deseaban separarse y rescatar a Kitana y Sindel del Infierno.
Entonces, cuestioné porque no estaban interesados en Edenia; ellos respondieron que esa era una causa perdida. Al contarles sobre la posibilidad de separar los mundos si había un nuevo emperador, estos quedaron sorprendidos. Aunque ellos me dejaron impresionados luego al ofrecerme su ayuda en mi travesía para encontrar a esa mujer.
—Tal vez ella sepa quien destruyó a nuestra raza—comenté—, yo creo que la gente miente con que nuestro antiguo soberano Shao Kahn haya matado a mi raza, pero estoy preparado ante todo.
—Creemos saber quien puede responder eso—mencionaron—, hablamos del Dios del Trueno Raiden.
Asentí con determinación. Le dije que mañana mismo partiríamos junto a Skarlet. Ellos me dijeron que debía intentar traer a Baraka y Mileena. Dudé un poco, aunque separarme de mi mejor amigo era algo que no quería hacer.
Orderrealm, un mundo donde el orden es palabra común y la simple palabra del caos causaría miedo y terror en cualquier ser de aquel mundo.
Gracias a una alianza entre Raiden y Hotaru, algunos guerreros como Johnny Cage, Sonya Blade y otros discípulos de éste fueron a entrenar en dicho mundo. Allí se encontraban tres guerreros, todos con túnica de dos telas.
El primer humano tenía una túnica naranja y verde; el segundo hombre poseía una túnica verde y blanca, ; en tanto, la única dama portaba una túnica violeta y blanca. Curiosamente, las tres túnicas no cubrían su cuello y cabeza, dejando sus cabelleras al descubierto.
El humano de la túnica naranja y verde poseía cabello castaño, un poco largo, tez blanca y ojos café; el otro varón tenía piel trigueña, cabello negro recortado y ojos café oscuro; en tanto, la dama también tenía tez blanca, aunque era rubia y tenía ojos azules.
Uno de los humanos decidió preguntarle algo al otro hombre, quien parecía su líder, el cual se encontraba meditando.
—Magnus, ¿cuánto tiempo más estaremos en Orderrealm?—preguntó el otro hombre.
—En poco tiempo volveremos a la Tierra, Andrae. Nuestro entrenamiento ya habrá terminado en una semana.
—¡Estoy muy aburrida!—bufó la chica por su parte—. ¿Por qué no nos vamos ya?
—No sería ideal irnos ahora, Daisy; Lord Raiden podría enojarse con nosotros.
La chica asintió, recordando cuan violento puede llegar a ser Raiden en situaciones donde no quede bien parado. El trío decidió irse a descansar un poco, o de lo contrario, no podrían dar el máximo en su prueba final contra el guerrero del Seido más fuerte: Hotaru.
Magnus decidió meditar un poco más; ello es algo que le ayuda a conciliar el sueño. Sin que nadie lo supiese, en sus sueños escucha una voz, la cual le pide que lo deje salir. Magnus piensa que esto sólo es una alucinación temporal de malas comidas; aunque no ha parado a pesar que cambió su alimentación...
Fin del primer episodio.
Bueno, ése es mi primer capítulo editado. Espero les guste más que la versión original.
¡Saludos!