LA CARTA


Disclaimer: El mundo de «Rurouni Kenshin» pertenece a Nobuhiro Watsuki. La siguiente historia no tiene ánimo de lucro, ni nada parecido. Sólo es una historia creada por divertimento.


Notas de la autora sobre el fic:

Os aseguro que no vuelvo a decir que X-fic es el último —aunque estoy convencida al 99% de que éste lo será al menos por un tiempo—, pues «Recuerdos olvidados» apareció tras un «vídeomontaje inspirador», mientras que éste lo es por «necesidad». Y alguna dirá: ¿por necesidad? Pues sí, porque la menda tiene la «mala costumbre» de poner en formato libro aquello que escribe (si tienes nociones de maquetación de páginas interiores y algo de diseño gráfico para la portada, hacerte un libro por pocos € con plataformas tipo CreateSpace, es un juego de niños).

Así que estos días atrás, mientras hacía la maquetación de los dos últimos fics para convertirlos en libro de papel, resulta que, incluso con letra de tamaño majo, «Un final alternativo» es bastante cortito (142 páginas de bolsillo frente a las 350 de libro grande de «Recuerdos olvidados» O_o). De modo que me dije: ¿cómo aumentarlo para que quede un tamaño más adecuado de alrededor de 200 páginas? Pues haciendo otro cortito y metiéndolo detrás, jiusjiusjius ^o^.

Y ahí es donde aparece la idea de hacer otro fic. Pero ¿qué tipo de fic?

Y entonces es cuando vienen las INSTRUCCIONES de «La carta».

Alguna pensará: «menudo tocho que nos está soltando esta tía, ¿será porque el prólogo es muy corto y quiere rellenar?». Pues podría ser… Pero la verdad es que es muy necesario avisar de cómo es este fic para que se pueda entender como es debido.

Lo primero y fundamental es que se atienda sí o sí al género de este fic. Es de humor. Repito, de HUMOR, y lo digo porque la temática podría dar lugar a situaciones depresivas de «sí me quiere-no me quiere», y blablablá. Pero no es la idea. Los personajes, aunque habrá partes que no les parezcan divertidas, no van a deprimirse. ¿OK?

Lo segundo y que también es importante. Este fic es lo que considero un chorri-fic. Si consigue entretener, su función ya estaría hecha. Si esperáis algo parecido a los dos anteriores, olvidadlo. Ni son tramas profundas, ni de reflexiones interiores, etc., etc. El caso es que soy una persona a la que le encantan los capítulos únicos de RK, ésos en los que se dan situaciones graciosas de su día a día, más o menos. Habría sido muy feliz si Watsuki hubiera insertado unos cuantos capítulos al estilo de los primeros tomos entre la saga de Kioto y la del Jinchu. Para relajar un poco la vida de los personajes. Así que pensé: ¿por qué no intentar hacer un fic de ese estilo?

Sobra decir que es complicado, no… lo siguiente. Intentar escribir con una narración semicuidada una historia que pretenda emular escenas gráficas «exageradas», es difícil. Alguna vez he visto fics en que lo que hacen es poner notitas descriptivas por todo el texto, pero para mí, eso no es mucho fundamento en un relato :-s. Así que he hecho lo que he podido, de ahí lo de «redacción semicuidada».

Es, por tanto, en este punto, donde menciono cosas como que si leéis que Kaoru tiene un aura asesina, poco más o menos me estoy imaginando la caricatura de Kaoru en cabezón, con los ojos blancos triangulares y llamas a su alrededor, mientras un incauto encogido en una esquina aguanta el chaparrón cayéndole una gotita por la cabeza. Yo es que mientras lo escribía, me aparecían tal cual esas escenas en la cabeza (como en el manga), por lo que me ha resultado gracioso el fic ^_^º.

Tercero, obviamente, la fidelidad de los caracteres de los personajes podría diferir bastante. No era mi misión; sólo quería experimentar haciendo una fic gracioso con el que rellenar el librito dichoso de «Un final alternativo».

Y cuarto, pero no por ello menos relevante, es que yo escribo romántica, no humor. Aunque tengo un sentido del humor muy sano y acabo insertando algún comentario gracioso por ahí en mis escritos, no escribo humor. Esta historia es lo primero que intento así (es 100% un experimento) y releyéndolo me he dado cuenta de que en algunas partes, me ha sonado a un estilo narrativo tipo «Chick lit camuflado» por la forma en que piensan los personajes. Pero no es Chick lit »_«, ¡que no me gusta ese género!

Pero en fin, que a falta de expresión gráfica, pensamientos tan directos de «andar por calle» eran una vía para conseguir un contexto más desenfadado.

En resumen, el fic es de humor, un experimento por mi parte, ¡y un Kenshin/Kaoru sin dudas! ¡No os dejéis llevar por la parte pesarosa de la trama!


LA CARTA


PRÓLOGO

Mientras cogía un fragmento de papel y los pinceles de escritura, no podía dejar de pensar en la tarde tan maravillosa que habían pasado el día anterior.

Quería repetirlo, pero no tenía valor para pedirle cara a cara que pasaran otra tarde juntos. Todo había surgido de una forma tan espontánea que casi no se lo creía. Siempre se hacía a un lado sin querer interferir en su vida, aunque se vieran a menudo e incluso hablaran casi todos los días. Por eso había sido tan mágico lo sucedido, porque por un momento, se había sentido parte verdadera de su vida; como si fuese importante y no sólo alguien que conociera de su rutina diaria.

Hasta hacía poco, su propia vida era un sinfín de penalidades. Hasta hacía poco, no había comenzado a ver cierta luz al final del túnel. Porque, hasta hacía poco, no había podido romper las cadenas que habían aprisionado su libertad.

Pero incluso así, consciente de que debería tener valor para hacerse cargo de las riendas de su vida al no tener ya la presión de su familia, sólo podía mirar en la distancia cómo otras personas sí conseguían seguir adelante; haciendo que les envidiara por no encontrar obstáculos que les impidiera hacer lo que querían.

No tenía valor para acercarse al objeto de su admiración. Por eso había sido tan sorprendente cuando se habían quedado solos, y más contando con lo que pasó después. Nunca lo habría esperado. Siempre estaban rodeados de personas y sobre todo por su parte, que siempre tenía a alguien de su grupo de amigos al lado.

Por eso, haber salido juntos a dar una vuelta y pasar el rato había sido toda una sorpresa. Pero cuando de pronto se había girado y cogido de la mano con una sonrisa para que acelerara el paso, hasta su corazón se había detenido. Todos sus miedos se habían esfumado. Y por una tarde, había conseguido sentirse feliz; porque por una tarde, se había sentido importante para aquella persona que siempre anhelaría.

¡Qué afortunados eran en el dojo Kamiya por el hecho de que formara parte de sus vidas! ¡Lo que daría por estar en el lugar de ellos dos! Poder verse, tocarse, hablar con confianza…

Pero por ahora, sólo podía suspirar por tener momentos como el de aquella tarde, mientras seguía soñando con que un día lograra ser lo más importante de su vida. Sabía que se engañaba porque nunca alguien tan fuerte de espíritu y con tanta energía podría fijarse en alguien tan débil.

Sin embargo, soñar no hacía daño a nadie más que al que un día sería su corazón roto. Porque algún día le llegaría el rumor de que le pertenecía a otra persona y todos sus sueños se romperían en pequeños fragmentos.

Pero hasta entonces, si conseguía reunir el valor, podría disfrutar de más tardes como la anterior.

Miró el papel en blanco que tenía sobre su escritorio después de largos minutos de indecisión. Ni siquiera había sido capaz de quitar la tapa al tintero. ¿Y así pretendía cambiar las cosas?

Dando un profundo suspiro, la levantó y hundió el pincel en la tinta negra. Quince minutos después, soplaba para que se secaran las escuetas cuatro líneas que tanto le habían costado pensar y, poco después, salía rumbo al dojo Kamiya.

Sin embargo, a medio camino se detuvo. ¿Qué iba a hacer? ¿Dárselo en mano? Entonces alucinaría pensando por qué diantres le daba en persona una carta para quedar en vez de pedírselo en voz alta. No… mejor era hacer ver que no había tenido oportunidad de decirle y que alguien se lo llevara como si fuese un recado.

Volvió a la ciudad pensando en quién podría servirle a tal fin. Podía buscar a algún chico que hiciera de mensajero, pero corría el peligro de que no fuese discreto y le diera la carta a la primera persona que viera en la casa. No tenía nada contra los demás, pero con lo que le había costado reunir valor para escribir aquella carta, se moriría de vergüenza si alguien más estuviera al corriente.

Necesitaba que le llegara directo a sus manos, y si fuese discretamente, mucho mejor. Pero para eso, necesitaba que lo llevara alguien que les conociera.

Y entonces le vio: la persona indicada para dicho fin.

—¿Sanosuke? —Se acercó corriendo hasta él, el cual se había girado en cuanto escuchó que le llamaban.

—¿Qué haces tú por aquí?

—Entro a trabajar en un rato. —Como no era mentira, tampoco esperaba que al hombre le sorprendiera—. Pero necesito enviar un recado al dojo Kamiya. —Sacó la carta del bolsillo y, tras largos momentos de indecisión, al fin se la tendió—. ¿Podría llevarla?

Sanosuke cogió la carta y miró el papel con atención. No ponía a quién iba dirigida.

—Es para…

—Sí —le interrumpió teniendo en cuenta que era obvio a quién iba dirigida, y supo al momento que se estaba ruborizando—. Y, por favor, sé discreto.

Sanosuke alzó una ceja con el asombro pintado en su cara y no pudo aguantar más su mirada.

—Tengo que irme —dijo a la vez que avanzaba por su lado para así evitar una posible negativa a llevar la carta o posibles preguntas incómodas sobre ella—. Adiós.

Sanosuke se quedó parado en el sitio viendo cómo se alejaba. Estaba perplejo por la reacción que había tenido al decirle a quién iba destinada, por lo que dedujo que esa carta no podía ser un simple recado.

La miró como si a base de concentración pudiera ver el interior. Por supuesto, era consciente de que sólo tendría que desdoblarla para saber qué ponía, pero eso sería una invasión de la intimidad por la que no estaba dispuesto a pasar.

Sin embargo, una cosa sí tenía clara: se iba a montar una buena entre los integrantes del dojo Kamiya…

Y quería estar presente para verlo.


— * —


Fin del Prólogo

4 Septiembre 2013


Notas finales:

Bueno, no creo que os podáis hacer una idea de lo complicado que me ha resultado escribir estas dos páginas. De hecho, el resto me salió del tirón en un par de ratos libres que encontré. Pero os aseguro que escribir dos hojas completas sin poner el género de nadie, es una odisea e_e . Pero en fin, es que ésa era la idea: que no se sepa si es hombre o mujer quien escribe ni quien va a recibir la carta.

El fic es cortito, calculo que de unas 17 páginas (es que tengo que escribir el último capítulo, pero tampoco creo que dure lo que los otros), y sus capítulos, por tanto, también son pequeños. De todas formas, los subiré seguidos.

Espero que al menos os divierta. Soy consciente de que soy una persona que se ríe por todo, pero espero que también vosotras lo encontréis gracioso :-D.

¡Saludos!